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Ignacio Villa

Las hipotecas de un acuerdo

a nadie le puede pasar desapercibido que Rodríguez Zapatero tiene una buena coleción de hipotecas políticas. Su gobierno depende de los chantajes permanentes de Izquierda Unida y de los partidos nacionalistas

El pacto alcanzado el pasado viernes en Moncloa es eso: un principio de acuerdo que hay que sustanciar y delimitar en toda su extensión. Desde luego es una buena noticia que el presidente del Gobierno se haya caído del guindo, y empiece a aceptar que con sonrisas y con talante no se llega a la esquina. Zapatero, después de estar embarcado en un "NO" permanente contra toda propuesta de Rajoy, ha decidido recomponer su situación y aceptar las iniciativas del Partido Popular. ¡Bienvenida  sintonía con el sentido común!.

Desde luego,  el acuerdo es bueno; como también es positiva la entrevista del Rey don Juan Carlos con Zapatero y Rajoy en La Zarzuela. Pero al mismo tiempo es un claro signo de la gravedad de la situación en la que estamos inmersos. Un encuentro que nunca se había producido desde el inicio de la democracia. Un ritual reservado sólo para situaciones extremas Por lo tanto estos primeros pasos son interesantes, pero no son suficientes.

Y es que a nadie le puede pasar desapercibido que Rodríguez Zapatero tiene una buena coleción de hipotecas políticas. Su gobierno depende de los chantajes permanentes de Izquierda Unida y de los partidos nacionalistas. Zapatero llega a un acuerdo con Rajoy, mientras que a sus ministros y portavoces les ha faltado tiempo para decir que el "acuerdo de Moncloa" no es un pacto y que no se preocupe nadie puesto que en nada van a cambiar las propuestas de "modelo de Estado" del Gobierno socialista. Unos matizan a su presidente y otros contradicen las ideas de Zapatero. Y es que el desconcierto entre los propios socialistas es considerable.

¿En que quedamos?. ¿Con quién dice pactar Rodríguez Zapatero?. ¿Con quién se queda?. Aquí no vale con decir una cosa y luego hacer otra. Aquí no se puede jugar a varias bandas. Defnitivamente sí queremos hacer algo esto debe ser el final de la etapa de la sonrisa y del talante. Debe comenzar la etapa de los principios. Y de eso Zapatero no entiende mucho. Va a necesitar unas cuantas tardes.

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