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José Ignacio del Castillo

Estafa a la turca

El gobierno turco anunció el jueves que dejaba “flotar libremente” la lira turca. Los noticiarios y los periódicos hablan de devaluación. En este mundo de eufemismos, los bancos emisores que quiebran fraudulentamente “dejan flotar” libremente sus deudas incumplidas. Si quieren reembolsar mucho menos de lo que han recibido, sólo tienen que “devaluar” sus deudas, que da la casualidad que son nuestro dinero.

La extensión de la corruptela se aprecia meridianamente por el hecho de que no hay ningún tribunal que tenga la fibra moral y el conocimiento suficiente para poner en cuestión este incumplimiento unilateral de obligaciones y esta parodia de pagos. Sin embargo, el Derecho declara que la práctica de alzar los bienes destinándolos al uso particular, siendo con ello incapacitado de extinguir las obligaciones contraídas, en sus justos términos, cumple exactamente la definición de un crimen llamado fraude –con independencia de que quien lo cometa sea un individuo o un gobierno. ¿Dónde está el Estado de Derecho que dicen representar?

El gran economista catalán Faustino Ballvé utilizaba un símil muy adecuado para ilustrar el fenómeno de la inflación. Decía Ballvé que inflar la moneda –envilecerla— era lo mismo que aguar el vino. Imagine el lector que el dueño de un almacén donde los cosecheros depositan su vino, se dedica habitualmente a saquear las reservas para correrse juergas de todo tipo. Cuándo los depositantes sospechan de sus andanzas, ofrece altas retribuciones para captar nuevos depósitos.

La farsa dura algún tiempo hasta que las reservas de vino son manifiestamente insuficientes. Entonces llega el pánico. La gente se agolpa para deshacerse de los vales de nuestro amigo. Probablemente los gorrones que se corren con él las juergas, atacarán la “libre retirada de capitales”. Algún economista ad hoc le dirá que es perfectamente adecuado que reembolse las cantidades recibidas con un vino aguado cuya naturaleza en nada se parece a la del líquido recibido originariamente. Habrá quien diga incluso que esto es un gran logro del mercado.

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