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Juan Morote

La Gestapo de Cobo

Jamás he escuchado de nadie que se autodefina como esclavo moral de Esperanza Aguirre. Parece que no debe buscar muy lejos Cobo a su "gestapillo".

El vicealcalde de Madrid, hombre sin adscripción política formal tras su suspensión de militancia en el PP por el período de un año, ha vuelto a indicar que fue espiado por una "gestapillo". Debe sonarle gracioso al amiguito del alma de Gallardón, el diminutivo de la que fue la policía secreta del régimen nazi. Ya acusó, este sujeto, a la presidenta de la Comunidad de Madrid, a través de una presumible entrevista en el diario El País, de utilizar métodos nazis para conseguir sus propósitos.

El chico no pega ni una. La verdad es que puestos a pensar, voy a tratar de exponer algunos paralelismos entre los nazis y determinadas actitudes mantenidas por algunos de nuestros políticos más conocidos. Como dice César, no tengo ánimo de ser exhaustivo. En primer lugar, debemos tomar en consideración la megalomanía. Es indudable que cuantos dictadores han aposentado sus reales en un trono, han tendido indefectiblemente hacia esta patología intrínsecamente relacionada con la soberbia. Pues no ha sido doña Esperanza la que se ha hecho construir un palacio, so pretexto de la necesidad de un nuevo Ayuntamiento, ha sido más bien el señor alcalde.

En segundo lugar, consideraremos el incremento de la burocracia, el endeudamiento y el volumen de funcionarios. Las actitudes totalitarias llevan ínsito el control burocrático de todos los actos de los administrados; la consecución de semejante objetivo conlleva el incremento del número de funcionarios, también de asesores –si bien, estos más que asesorar acaban controlando lo que no deberían– y las dos previas no son posibles sin un incremento de la deuda. Lo descrito también me encaja más en el Gobierno municipal de Madrid, que en el de la Comunidad.

El tercer síntoma y no menos importante, es el desprecio hacia el bienestar de los administrados, que pasan a ser tratados como súbditos. Así, le sugiero a Cobo que analice quién provocó la famosa frase de Danny de Vito, el cual en su última visita a Madrid, y ante la contemplación de más zanjas abiertas de las que jamás hubiera imaginado, le deseó al alcalde que encontrase pronto el tesoro. Lo grave es que han pasado tres años y las zanjas no sólo no se han cerrado, sino que se han incrementado impidiendo la actividad comercial en pleno centro de la capital. Tampoco ha sido esto causado por Esperanza, sino por el alcalde y sus secuaces.

En cuarto lugar, el uso de la policía para alcanzar objetivos políticos por encima de la legalidad ha encarnado el sello de todos las dictaduras, y especialmente de los regímenes estatalistas o nacionalsocialistas. Por ejemplo, la Gestapo actuó bajo dirección de Himmler y Hitler, sin someterse a ley alguna. Hace apenas dos semanas que la policía local de Madrid, es decir, la policía de Gallardón, intentó desalojar de sus viviendas de forma manifiestamente ilegal a unas familias de clase trabajadora que vivían en la zona de Puente de Vallecas para facilitar la construcción de una gran central eléctrica. La susodicha "calefacción muy grande" adolece del preceptivo permiso de la Comunidad de Madrid.

En cuarto turno: la escasa capacidad para formar equipos, aumentando sistemáticamente el poder de aquellos pocos de quienes se pueden fiar los tiranos, y la generación de adhesiones inquebrantables, más allá de lo moralmente admisible, también han sido rasgos de las dictaduras. Jamás he escuchado de nadie que se autodefina como esclavo moral de Esperanza Aguirre. Por todo lo anterior, parece que no debe buscar muy lejos Cobo a su "gestapillo".

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