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Luis Pazos

Chiapas, ¿qué guerra?

A mediados de 1993, el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari recibió una llamada del secretario de la Defensa Nacional para comunicarle que el ejército tenía rodeados a los cabecillas y al principal contingente de un grupo de guerrilleros en Chiapas y que esperaban sus órdenes para detenerlos o exterminarlos. El presidente consultó a sus asesores, quienes le dijeron que si bien esos guerrilleros no representaban ningún problema bélico y muchos de ellos ya habían desertado después de la caída del Muro de Berlín, tenían el soporte del obispo de San Cristóbal, quien a su vez era apoyado por teólogos de la liberación en Europa, principalmente en Bélgica y Alemania, y por grupos de izquierda, como el de la esposa de Miterrand, quienes se presentaban como defensores de los derechos humanos. Esos grupos iniciarían una fuerte campaña contra México si detenían o mataban a esos guerrilleros.

En esa época estaba en discusión en los Estados Unidos la ratificación del Tratado de Libre Comercio (TLC), por lo que se requería un ambiente de paz y estabilidad en México. Los asesores le dijeron a Salinas que cualquier noticia de guerrillas podría retrasar la ratificación del Tratado. Ante esos argumentos, Salinas le pidió al secretario de la Defensa que no emprendiera ninguna acción contra esos guerrilleros y los dejara ir.

El 1º de enero de 1994, el primer día que entró en vigor el TLC, irrumpió en San Cristóbal de las Casas el mismo grupo de guerrilleros que el gobierno había dejado ir. Uno de sus principales reclamos era la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá, al que su líder, Marcos, calificó de un tratado de muerte. Hasta antes de la aprobación del TLC, a ningún medio de prensa nacional o internacional le había interesado hablar sobre esa desgastada guerrilla marxista, que la mayoría de los analistas consideraba obsoleta y extemporánea; sin embargo, grupos tan poderosos como la Federación de Sindicatos de Estados Unidos (AFL-CIO), importante pieza dentro del Partido Demócrata que se oponía al Tratado de Libre Comercio, se encargó de difundir y agrandar internacionalmente el brote guerrillero en Chiapas y acusar al gobierno de México de violación de los derechos humanos y represión a los indígenas. Los congresistas contrarios a la apertura comercial pidieron que por los hechos de violencia en Chiapas se rescindiera el Tratado de Libre Comercio con México.

La resonancia y agrandamiento de un día para otro de esa pequeña guerrilla no se debe a la miseria o atraso de los indígenas de la región, sino a factores políticos, muchos de ellos externos. A partir de ese año, se habla de guerra en Chiapas, lo cual no es cierto. El 99% del territorio chiapaneco está en paz, por lo tanto es una ficción hablar de un tratado de paz donde no hay guerra.

© AIPE

Luis Pazos es director del Centro de Investigaciones sobre la Libre Empresa de México.

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