Menú
Pedro de Tena

30 años de nada

La democracia puede derivar hacia una forma de despotismo que impide su desarrollo normal, que, dígase lo que se diga, siempre tiene un sustrato liberal.

Así se llama el libro escrito por el periodista Francisco Rosell en Andalucía, primera obra que centra su tarea en lo que se ha dado en llamar "régimen andaluz", o sea, el régimen impuesto por el PSOE desde 1979: fecha en la que comenzó su dominio institucional, político, económico, social, cultural y civil de Andalucía en un mandarinato sin precedentes democráticos en España aunque sí los tiene, naturalmente, en México. En Andalucía, hoy más que nunca, hace falta poner el acento en lo principal, la necesidad del cambio, y dejar a un lado las pequeñeces personales y las vanidades que en la Historia, la gran Historia, se pudren por los rincones, diminutas y estériles. Éste es un libro que, teniendo presente todo lo dicho, merece ser leído.

Francisco Rosell es el director de El Mundo de Andalucía, la edición que Pedro J. decidió poner en marcha tras la experiencia de una delegación en Sevilla que estuvo en pie durante cinco años. Aquella delegación dio a luz numerosas investigaciones, desde el caso Guerra al caso del préstamo de las Cajas de Ahorros. El caso Ollero, el caso Expo 92, el caso Faros, el caso Gratis Total de Mariano Rubio y señora y muchos más jalonaron el trabajo de aquella delegación cuyo responsable fue el autor de esta columna. Con esos precedentes históricos y con el bagaje de su experiencia como director de la edición andaluza del grupo 16, Diario 16 Andalucía, cabecera hoy lamentablemente en manos socialistas, Paco Rosell ha compuesto un cuadro general de la realidad andaluza actual.

Fundamentado en viejas y nuevas crónicas de compañeros como Manuel Becerro, Pepe Contrarios y otros, así como fotógrafos como Carlos Márquez y otros –valientes periodistas y profesionales que arriesgan tela del telón como otros lo hicimos y lo hacemos– Rosell describe una realidad política peculiar devenida de la instauración de la democracia y el advenimiento de la autonomía regional pero convertidas, ambas y de hecho, en un "régimen" despótico de dominio abrumador de un único partido, el PSOE.

Rosell defiende entre líneas que desde la democracia puede derivar hacia una forma de despotismo que impide su desarrollo normal, que, dígase lo que se diga, siempre tiene un sustrato liberal: libertades civiles y públicas, separación de poderes, control del Gobierno, primacía del derecho y alternancia democrática, transparencia, honradez en lo público y no sólo respeto, sino veneración incluso, por el exquisito uso de las reglas de juego. Sin embargo, el propio Rosell se refiere a una "perversión de las reglas de juego" o al "régimen de corrupción sostenida".

Los malintencionados al servicio del régimen apuntarán que este es un libro contra Chaves, una venganza personal del autor por ser el primer presidente de la Junta de Andalucía que intentó enchironar a dos periodistas de El Mundo por el llamado caso "espionaje" hacia los presidentes de dos Cajas de Ahorros (precisamente aquellos que estorbaban a Manuel Chaves y a su entonces consejera Magdalena Álvarez, empecinados en dar a luz una Caja Única más al servicio del PSOE todavía). Paco Rosell fue uno de aquellos dos periodistas, junto con Javier Caraballo. Pero este libro va más allá de los resentimientos personales y entronca mucho mejor con los "sentimientos" políticos y personales de quien es un observador sistemático de la escena política.

Anatomía del régimen andaluz. Treinta años de nada es un libro que se fundamenta en hechos contundentes. Y además es un libro oportuno porque estamos viviendo uno de los momentos más críticos de la política andaluza. Tocados por mil y uno escándalos, heridos por un ejercicio del poder que refleja las escasas intenciones democráticas de esta oligarquía del Sur, ensoberbecidos por un voto sistemático mayoritario e incapaces de asimilar ni la más liviana crítica, rodeados de cortesanos y de clientes. El PSOE de Andalucía comprueba como poco a poco su prestigio se va desmoronando, sus razones se estrellan contra los hechos de una Andalucía situada en el penúltimo lugar de España y sus protestas de honradez se asfixian con los olores inconfundibles del enchufismo y la corrupción.

Por ello, este libro publicado por el editor Manolo Pimentel en la editorial Almuzara, es un libro que debe leerse. Pero, en mi opinión, le faltan dos cosas: una explicación profunda del por qué ha pasado lo que ha pasado –la organización de una dependencia colectiva en nombre de la autonomía de un partido, el PSOE, incumpliendo las más elementales normas y costumbres democráticas–, y la conclusión acerca de lo que debe ser hecho para que este régimen deje de existir y Andalucía recupere lo que nunca debió perder: la democracia transparente y crítica y su autonomía vital. El autor sabe que no hay otra opción realista que una plataforma abierta por el cambio bajo la dirección del único partido que puede hacerlo, el Partido Popular. El andalucismo ha desaparecido, tal vez para siempre. Izquierda Unida, que con el andalucismo sirvió de muleta vergonzante al régimen de Chaves cuando lo ha necesitado, se está despeñando en un abismo de personalidades y contradicciones.

Para escribir sobre Chaves y su régimen, hay que tener valor. El miedo es una de las características de todo despotismo. Cuando empresarios, sindicalistas, socialistas críticos o profesionales hablan de este cáncer y observan la presencia de algún gerifalte o propagandista del mismo, bajan la voz y murmuran: "Chiisssst. Mira quién acaba de entrar Luego hablamos". Pues bien, Paco Rosell, no ha bajado la voz. La ha levantado. Y por ello, todos debemos darle las gracias y dejar las pequeñeces para otra época de la historia de España y de la historia de Andalucía. Sea por el cambio.

En España

    0
    comentarios