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Pío Moa

El pensamiento simplón, 2

Cierta marca de cerveza convirtió en publicistas suyos a una serie de personajes históricos -- Shakespeare, Bach y otros--, colocando sus efigies al lado de una botella, y debajo una frase que sugería su entusiasmo por la marca en cuestión. Una muestra más, vagamente graciosa, de la trivialización de la vida actual. El pensamiento simplón --que no ingenuo-- domina esa técnica, si bien con menos gracia. Canta Carlos Fuentes: "Para Goytisolo, mestizar es cervantizar, y cervantizar es islamizar y judaizar". Que eso crea Goytisolo apenas importa, pues en fin de cuentas cada cual puede interpretar las cosas como le dé la gana, aunque no pretender que todas las interpretaciones tengan valor. Importa, en cambio, que Fuentes y demás intenten hacer de sus muy particulares y aun peculiares interpretaciones un canon, faltar al cual hundiría al transgresor en las tinieblas del fascismo.

No podemos saber --aunque sí imaginar razonablemente-- qué replicaría a la versión goytisoleña Cervantes, tan estrechamente relacionado con la Inquisición, soldado en Lepanto, catador de las delicias del cautiverio en tierras islámicas, donde tantos miles de cristianos perdieron la salud y la vida, español y católico nunca desmentido. Y ante esa imposibilidad de saber, el mínimo pudor intelectual exige evitar la desvergüenza de usar al indefenso como hombre anuncio de nuestras preferencias ideológicas. Si, por ejemplo, Cervantes tuvo algunas frases de comprensión para los moriscos expulsados, eso entra perfectamente en la moral católica de la época, junto con la aceptación de una expulsión que, con los turcos y berberiscos amenazando el país (¿o sólo querían infundir tolerancia a los cristianos?) casi todo el mundo juzgó entonces necesaria, aun si dolorosa. En todo caso cabe suponer que Cervantes no hubiera caído en simplezas, puesto que no las escribió.

Trucos tales, que más que tergiversar destrozan la verdad, tipifican el campo de la barbarie. ¡Es tan relativa, y trabajosa, la verdad! A muchos intelectuales les da igual ser veraces, lo que cuenta para ellos es parecer "progresistas". Les suena progresista pintar a los árabes y judíos medievales como tolerantes, emprendedores y avanzados frente a la cerrazón y brutalidad achacadas a los cristianos. Pero vayamos a nuestra época, sobre la que podemos conocer algunas cosas con más certeza: Goytisolo y Fuentes han encontrado fácil acomodo en tiranías tan siniestras como la de Hassan II o la del PRI.. Esto es una verdad, matizable, desde luego, pero en lo esencial indudable. Ambos intelectuales disfrutan de un carácter desenvuelto, gracias al cual pretenden sentar cátedra en asuntos de libertad y tolerancia. Esa pretensión es también un hecho, curioso, desde luego, pero cierto.

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