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Zoé Valdés

Romney, 'Sandy', Obama

Las medidas socialistas de Obama, de impuestos y más impuestos, sólo harán de la primera potencia mundial una potencia de holgazanes.

Las medidas socialistas de Obama, de impuestos y más impuestos, sólo harán de la primera potencia mundial una potencia de holgazanes.

Sandy, una ultramegatormenta, llegó a Estados Unidos y devastó varias ciudades de la Costa Este, entre ellas (la mitad de) Nueva York, Hoboken y Atlantic City. Esto ocurre en medio de la campaña para las elecciones presidenciales, que se anuncian bastante apretadas.

Mientras Romney pedía donaciones para la Cruz Roja Internacional, Obama las pedía para su propia campaña. Sin moverse de la Casa Blanca, el presidente ya empezó a cogerse la tormenta para él solo, a manipular el desastre a su favor. Lo de siempre. El cuentico de "Yo lo arreglaré todo, ya lo verán". Para colmo, se ha buscado nuevamente a los Clinton para que le hagan de monigotes favorables y le saquen las castañas del fuego, que en varios estados las tiene ardiendo.

El otro día vi a Bill Clinton, que es un ser que a mí me causa una repulsión tremenda por el mero hecho de haber intercambiado en el pasado a unos presos amotinados en Luisiana por el niño Elián González, entregándoselo –como sabíamos– no a su padre, que es un zocotroco de primera, sino a los Castro, para que hicieran sus brujerías. Lo de los cuernos que le puso a Hilaria siempre me pareció cosa íntima de socialistas, que son unos expertos en ponerse los cuernos y seguir viviendo como si estuvieran juntos durante años, sólo para no soltar el poder. Clinton es un hombre sin corazón, un farsante, se le nota a la legua, lo único que le latía en un tiempo era el pito, y ya ni eso.

Resumiendo, que Obama tiene a toda esa prensa adocenada y lameculos de la izquierdona, a los Clinton (que para algunos son una moneda ganadora) y ahora a Sandy. No contento con que la tormenta haya destruido medio país, ahora quiere aliarse con ella para destruir juntos lo que quedará de la otra mitad.

Francamente, tanto oportunismo por parte de este hombre, cuya vida es tan secreta, tan sospechosamente sombría, sólo me da un repelús y una mala vibra que no la brinca un chivo.

Si a eso le sumo lo que ha significado Obama para el castrismo, un impulso y un aliento vital asqueroso y vil, verdaderamente yo no votaría por él ni en la peor de mis pesadillas. No ha movido un dedo por Alan Gross, quien se pudre en una cárcel castrista. No moverá un dedo por el pueblo cubano nunca, ignora a la verdadera oposición, le importa un bledo el racismo de los Castro y la situación de los negros en la isla, a la única oposición que reconoce es a la disidencia light, que es la que asegura la eternidad en el poder a la dinastía de los Castro. Bajo su mandato, Miami se ha llenado de toda la basura castrista, de espías y de gente que sólo quiere robarle al Medicare, aplastar al exilio, borrar la verdadera historia del horror y el terror castristas. Esa es la labor de Obama, en contra de la libertad de Cuba.

En cuanto a los inmigrantes latinoamericanos, ha sido el presidente norteamericano que más deportaciones ha ordenado. Y el más mentiroso sobre este tema, porque no se cansa de prometer lo que se le cuela por la mirada que jamás hará porque no podrá. 

El crecimiento económico es mínimo, y sus medidas socialistas de impuestos y más impuestos sólo harán de la primera potencia mundial una potencia de holgazanes, y si no miren a Francia.

En cuanto a Romney, confieso que no me gustaba. No me gustan los mormones, ni nadie que ponga su religión como una ventaja. Pero después del primer y el segundo debates, donde se mostró como un gran caballero y un político educado, equilibrado, que no iba a ganarse el show, sino a asegurar a sus votantes y al pueblo norteamericano, me dije que esa sería una opción bastante cuerda. Después de conocer más de su vida, de su familia, de la educación de sus hijos; pero, sobre todo, después de observar y analizar el equipo que tiene, pues creo que sería la mejor alternativa para los Estados Unidos, para que siga siendo el gran país que fue y que es, aunque bastante desmoralizado últimamente. Romney tal vez no sea el ideal, pero es la solución.

La situación es la siguiente: están varados con Sandy en el medio, seguramente por poco tiempo, aunque poco tiempo es el que queda. Y eso es lo que trajo el barco, esperemos que no ocurra lo que sucedió con la copia del Bounty, precisamente ahora bajo la tormenta.

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