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El debut

El nuevo empleo de Blair ha sido un reconocimiento a su lealtad a Estados Unidos. Tras su primera visita como representante de Cuarteto a Israel y a los territorios palestinos, Blair ha dicho haber percibido la posibilidad de alcanzar la paz

Tony Blair busca residencia en Jerusalén, o buscaba porque parece que ya se ha decidido. Se ha encaprichado de un fantástico palacio en el Este de la ciudad y orgullo de la diplomacia británica hasta que en 1948 pasó a manos de Naciones Unidas. Está situado en un lugar llamado La Colina del Mal Consejo (Hill of Evil Counsel), un nombre quizás inapropiado para la residencia del nuevo representante del Cuarteto para Oriente Medio. Se dice que fue allí donde Judas cerró con los Fariseos su traición a Jesús.

Los servicios de seguridad le han advertido que la desmesurada residencia no es la más adecuada para estar a salvo de la ira de los extremistas palestinos. En el recién estrenado viaje de Blair a la zona, los servicios israelíes de seguridad han tenido que extremar las medidas por miedo a un atentado. Muchos siguen enfadados con él por su papel en la guerra de Irak: "Es como si el asesino volviera a la escena del crimen", ha dicho un rotativo. Su credibilidad en el mundo árabe está minada pero intentará compensarla con su refinada retórica, su encanto personal y su tenacidad.

Pero el principal obstáculo con el que Blair se dará de bruces es el propio mandato que le ha sido asignado. Su capacidad de maniobra está limitada a movilizar la ayuda internacional para los palestinos, apoyar la reconstrucción de sus instituciones, promocionar su desarrollo económico y colaborar con otros países para que apoyen los objetivos del Cuarteto. Pero el mandato no dice nada de cuestiones políticas ni de un papel negociador entre las partes, que sigue siendo una labor de las secretaria de Estado norteamericana. Su predecesor en el cargo, James Wolfensohn, ha dicho a un periódico israelí que a Blair le han dado el mismo encargo que a él, que consiste en ayudar a los palestinos pero nada de negociar la paz. Él mismo renunció a su cargo hace más de un año por frustración, según sus propias palabras.

En su debut como representante del Cuarteto, Tony Blair ya ha dado muestras de que quiere más protagonismo –algo similar al que tuvo en el proceso de paz de Irlanda del Norte– lo que significaría pasar por encima de la secretaria de Estado de Bush. "El Cuarteto ha dejado muy claro su mandato. La verdadera tarea política la lleva Washington", ha dicho Rice.

El nuevo empleo de Blair ha sido un reconocimiento a su lealtad a Estados Unidos. Tras su primera visita como representante de Cuarteto a Israel y a los territorios palestinos, Blair ha dicho haber percibido la posibilidad de alcanzar la paz, aunque para ello se deba trabajar duro, lógicamente. A ver hasta cuando le dura el optimismo y sobre todo su lealtad. Esperemos que la elección de su residencia no sea un mal presagio.

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