(Libertad Digital) A pesar de los atentados de este jueves en Estambul, el euro ha registrado una muy buena semana, superando su techo histórico. Hacia las 16.25 GMT de este viernes, la moneda única se cambiaba a 1,1915 dólares, frente a los 1,1889 dólares de esta mañana; mientras que el Banco Central Europeo (BCE) fijó su cambio oficial en 1,1899 dólares.
Los operadores del mercado de divisas consideran que el euro todavía tiene potencial alcista y que es muy probable que logre la marca de los 1,20 dólares los próximos días. A pesar de que algunos políticos ya han dado la voz de alarma, la mayor parte de los expertos consideran que la reciente revalorización del euro, que el pasado miércoles logró un nuevo valor máximo histórico en 1,1978 dólares, no es motivo de pánico.
El canciller alemán, Gerhard Schroeder, dijo en una entrevista con Bloomberg que una apreciación del dólar puede beneficiar tanto a EEUU como a Europa, favoreciendo las exportaciones europeas y cubriendo los déficit estadounidenses. Los analistas consideran que un cambio del euro de hasta 1,20 dólares no supone un gran problema para las exportaciones alemanas, aunque creen que una continúa revalorización puede tener consecuencias negativas para el crecimiento de la economía germana.
Los operadores del mercado de divisas consideran que el euro todavía tiene potencial alcista y que es muy probable que logre la marca de los 1,20 dólares los próximos días. A pesar de que algunos políticos ya han dado la voz de alarma, la mayor parte de los expertos consideran que la reciente revalorización del euro, que el pasado miércoles logró un nuevo valor máximo histórico en 1,1978 dólares, no es motivo de pánico.
El canciller alemán, Gerhard Schroeder, dijo en una entrevista con Bloomberg que una apreciación del dólar puede beneficiar tanto a EEUU como a Europa, favoreciendo las exportaciones europeas y cubriendo los déficit estadounidenses. Los analistas consideran que un cambio del euro de hasta 1,20 dólares no supone un gran problema para las exportaciones alemanas, aunque creen que una continúa revalorización puede tener consecuencias negativas para el crecimiento de la economía germana.