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Otros lo habían intentado y algunos, como Altavista, estuvieron a punto de conseguirlo en el pasado. Sin embargo sólo uno lo ha logrado: Google puede reclamar por derecho propio el título de centro neurálgico de Internet. Pese a quien pese, en la Red todos los caminos parten del buscador creado hace seis años por Larry Page y Sergey Brin.
 
Entre las máximas preocupaciones de muchos responsables de sitios web figura el aparecer en un puesto destacado en las búsquedas de Google. Con razón, la inmensa mayoría de los usuarios confía casi ciegamente en este buscador. En muchos casos se trata de casi una fe religiosa: Google la sabe todo y no puede fallar. Por eso la caída, provocada por un virus, sufrida este lunes ha causado asombro y desolación en numerosos internautas.
 
Pero no sólo ha causado desolación a muchos usuarios, sobre todo a los menos veteranos, para los que Google es sinónimo de búsquedas y no tenían muy claro dónde acudir para tratar de localizar lo que les interesa. También ha provocado serios problemas a otros buscadores y portales. Estos sites han tenido que asumir gran parte del tráfico que normalmente canaliza el invento de Page y Brin, y empresas e internautas han descubierto que no estaban preparados para ello. Un ejemplo: Alltheweb ofrece unos resultados excelentes, al mismo nivel que los de Google si se sabe manejar, y suele funcionar con una velocidad bastante satisfactoria. Sin embargo, mientras el gigante estuvo caído, su funcionamiento fue triste, en ocasiones no se llegaba a cargar la página.
 
Google se ha ganado a pulso, y de forma limpia, su predominio absoluto en el sector de las búsquedas. Su fácil manejo, la calidad y cantidad de resultados que ofrece y una política basada en ser "chicos buenos" han sido las claves de su éxito. Están cerca del monopolio, sin duda, pero lo han hecho de una manera impecable. No se les puede acusar de abuso de posición dominante. No han hecho nada, al menos que se sepa, para frenar a otros que quieran ofrecer lo mismo e igual de bien.
 
Con la caída del martes, sus rivales han tenido una oportunidad de oro para recuperar terreno y ganarse la confianza de parte de los usuarios. Demostraron no estar a la altura. Mientras no lo consigan una de las peores noticias para los internautas seguirá siendo: "¡Google se ha caído!".

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