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Agapito Maestre

XVI Cumbre Iberoamericana, ZP y ETA

No nos ha dicho cómo lo harán, pero no les quepa la menor duda de que esta Cumbre pasará a la historia como la del respaldo al proceso de negociación de Zapatero con ETA.

Veintidós naciones, incluida Andorra, se reunirán en Uruguay en la XVI Cumbre Iberoamericana. Imagino que hay muchos temas a tratar en las agendas de los participantes, pero sólo hay un objetivo concreto en el Gobierno español: la utilización de este foro para vender su negociación con ETA. El resto no le importa nada. Buscarán un respaldo de los jefes de Estado y de Gobierno para seguir su proceso de espaldas a las instituciones democráticas y, por supuesto, al margen de los ciudadanos. Buscarán "legitimación" a costa de deslegitimar una Cumbre, que no levanta "cabeza" a la hora de condenar los populismos en la comunidad iberoamericana.

La retórica de este tipo de Cumbres viene como anillo al dedo a Zapatero, quien ha aprendido de Castro, Chávez y el resto de populistas de la zona a instrumentalizar estas reuniones internacionales en beneficio personal. Zapatero no se privará de utilizar todas las técnicas propias del populismo más barato, por ejemplo, hablar de pobreza, pacifismo, multilateralismo, respeto a todos los regímenes políticos por despóticos que sean, por ejemplo, Cuba, alianza de civilizaciones y críticas al mundo occidental, etcétera, en su provecho personal. Todo es bueno, menos explicar de modo claro y distinto qué cosa está negociando con la banda criminal ETA. En fin, para que nadie se llame a engaño Moratinos ya ha anunciado el aquelarre qué montará el Gobierno español en Uruguay; por supuesto, no nos ha dicho cómo lo harán, pero no les quepa la menor duda de que esta Cumbre pasará a la historia como la del respaldo al proceso de negociación de Zapatero con ETA.

Una vez más esta Cumbre dejará de tocar lo fundamental, a saber, que es una comunidad cultural, que sólo si algún día consigue formar un mercado común de países iberoamericanos, planteado en principio en términos estrictamente económicos, podría en el futuro avanzar un proyecto de confederación política. Sólo desde un mercado común tiene algún sentido plantearse, especialmente para los países de América, los siguientes problemas: primero, dejar de ser la reserva de mano de obra barata del vecino del norte, EEUU. Segundo, superar todo tipo de aventurerismo ideológico de corte neo populista, que intenta despedirse de la cultura capitalista y liberal alegremente. Tercero, construir un modelo político, económico y cultural que llamamos Comunidad Iberoamericana. Cuarto, integrar en las Cumbres a EEUU, porque lo hispano, los hispanos, tienen un peso decisivo en la economía y cultura política de Norteamérica. Hoy, por desgracia, este nuevo protagonista de lo hispano en el mundo, llamado EEUU, no será aprovechado por los países de la Cumbre; por el contrario, una vez más, EEUU será la nación vilipendiada porque países como Cuba, Venezuela, Bolivia y España, la España de Zapatero, nada serio quieren con la cultura democrática de los EEUU.

Lo dicho: Zapatero visitará Uruguay para que esta Cumbre le otorgue el visto bueno para que se rinda al terrorismo izquierdista de ETA. Vivir para ver. Mientras tanto, los otros, sus compañeros de aquelarre, insistirán en volver a la Pachamama, o a las utopías, siempre totalitarias, de la "filosofía" de la liberación. Pasan y tragan por todo, excepto aceptar su cultura occidental, la hispana, para construir sociedades vertebradas de acuerdo con el paradigma democrático.

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