Urbanismo, cultura y Dieta Mediterránea

Dr. Ruiz Liso

En la España de hoy, el controvertido debate sobre Memoria Histórica está provocando el cambio de nombres en muchas plazas y calles de nuestra geografía. Algo que, en mi opinión, debería hacer que nos planteáramos darle un sentido más didáctico a estos cambios de nombre por otros que condicionen un sentido saludable a la vida.

En Soria hemos conseguido que el urbanismo tenga un sentido educativo y formativo en un área tan vital e importante como es la Salud y todo a través de un planteamiento sencillo, eficaz y eficiente y con el respaldo de todas las asociaciones de vecinos y de amas de casa, colegios profesionales, grupos políticos, asociaciones ecologistas, casas regionales, clubes deportivos, y un largo etcétera. Es decir, un respaldo unánime de la población. De hecho, todo quedó refrendado y firmado en el Manifiesto de Soria para que la Dieta Mediterránea sea declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, por la UNESCO.

Sencillamente se trata de utilizar las plazas, arquitectura urbana y las nuevas urbanizaciones como canales de promoción de la dieta y cultura mediterránea. Seamos prácticos, didácticos y objetivos y expliquemos algunas de las actuaciones.

En primer lugar, y para que la población sea sensible a los mandamientos de la dieta y cultura mediterránea, situamos un monolito de piedra en la Plaza del Olivo –lugar idóneo- sobre una placa de bronce conteniendo su decálogo. Al ser una plaza céntrica, es lugar obligado para que padres e hijos, nietos y abuelos se detengan, repasen y rememoren estas parábolas de bienestar.

Allí se enterraron semillas de diferentes productos y constituye el Jardín de las Semillas de la Dieta Mediterránea como el mejor depósito de los gérmenes de los frutos de esta Dieta Mediterránea, referentes de las futuras generaciones de sorianos para que día a día recuerden la importancia que tienen para su salud.

Pero hay algo más. Agentes sociales, constructores y grupos políticos municipales han dado su visto bueno para que la próxima urbanización que se va a edificar en el perímetro ciudadano lleve el nombre de Barrio de la Dieta y Cultura Mediterránea.

Ahora bien, poner un nombre sin más no tendría repercusión alguna. Va a ser un barrio con unas especiales características. Sus calles llevarán nombres tan significativos como Avenida del Olivar, Calle de la Borraja, Calle del Pescado azul, Calle del Naranjo, Plaza del Nogal, Calle de la Cepa…..así más de treinta calles, avenidas y plazas.

Los edificios residenciales de esta barriada serán denominados con los nombres que acompañan el sentir de las gentes ribereñas de ese mar : Edificio de la Concordia, del Diálogo, del Paseo, del Caminante, de la Tertulia… y también de la Siesta. Todo ello con aplicativos murales en sus paredes a expensas de Refranes Castellanos como “De sardinas harto, se alejó el infarto”, “Un poco de algo y mucho tomate y no habrá quien te mate” ó “poca cama, poco plato y mucha suela de zapato”.

Como verán, nuestro propósito es hacer del urbanismo una Fuente de Educación para la salud, porque se puede y se debe.

Además los vecinos han propuesto también que en las recepciones oficiales públicas se reemplacen los productos poco saludables por productos de la Dieta Mediterránea y a ser posible en las películas y programas de televisión en que aparezcan situaciones gastronómicas, estas comidas y cenas se ajusten a los preceptos de nuestra ancestral alimentación y vida saludable.