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Debacle histórica de la izquierda en Andalucía, su antiguo bastión electoral

Se tienen que conformar con 37 escaños, la cifra más baja de la historia de la democracia. Pierden un millón de votos desde las elecciones de 2015.

Pedro Sánchez junto a Juan Espadas | EFE

La jornada electoral de este domingo se ha convertido en un auténtico infierno para los partidos de izquierda y extrema izquierda en Andalucía. Las principales encuestas a pie de urna lo avanzaban en el cierre de los colegios. El recuento ha confirmado después la sangría electoral para el PSOE, Por Andalucía (Podemos, Izquierda Unida y varios partidos más) y Adelante Andalucía (la formación de Teresa Rodríguez). Una tragedia en su antiguo granero electoral.

El PSOE ha conseguido este domingo 870.000 votos. Pierde casi 200.000 votos respecto a 2018, cuando superó por poco el millón de votos. Y queda muy lejos de lo que había conseguido en 2015 con Susana Díaz como candidatata electoral (1.400.000 votos). Desde ese 2015, pierde casi el 40 por ciento de los votos. Las cosas no han ido mejor para las dos candidaturas de extrema izquierda que participaban en la contienda electoral.

Por Andalucía, la candidatura que integra a Podemos, Izquierda Unida y toda una ristra de partidos extremistas en coalición, avalada por la vicepresidenta del Gobierno, Yolanda Díaz, se tiene que confirmar con algo más de 250.000 votos. Sus exsocios de Adelante Andalucía consiguen casi 150.000 votos. En conjunto, unos 400.000 votos, lejos de los casi 600.000 obtenidos en 2018 o los casi 900.000 que obtuvieron en 2015. Se dejan más del 50 por ciento en siete años.

La debacle de la izquierda se ve mucho mejor sumando las cifras. PSOE, Por Andalucía y Adelante Andalucía han sumado este domingo 1.250.000 sufragios. En 2018, los partidos representados por estas tres candidaturas de izquierda y extrema izquierda sumaron 1.600.000 votos. Tres años antes, en 2015, habían llegado a sumar 2.250.000 votos. Es decir, en siete años la izquierda y la extrema izquierda se han dejado un millón de votos en Andalucía.

El porcentaje de voto también es muy significativo. Las tres candidaturas suman en estas elecciones de forma conjunta el 36,38 por ciento de los votos. Una cifra que está muy lejos del 44,13 por ciento que tuvieron de forma conjunta en las elecciones de 2018. El reflejo real del batacazo de la izquierda y la extrema izquierda se ve a la perfección si se compara con lo que obtuvieron en 2015: 57,07 por ciento. En siete años se dejan más de 20 puntos porcentuales.

El número de diputados conseguidos por estos partidos refleja asímismo el tremendo batacazo que se han dado. Las tres listas han sumado este domingo un total de 37 escaños (PSOE 30, PorA 5, AA 2), la cifra más baja en la historia de las elecciones andaluces. Un cifra lejana de los 50 que consiguieron en 2018 y muy lejana a los cosechados en 2015, cuando los partidos de estas tres candidaturas sumaron 67 escaños.

Una quimera resultan ahora las cifras de diputados en las que la izquierda y la extrema izquierda se movía en los años ochenta y a principios de los noventa en esta comunidad autónoma. En las elecciones de 1982, PSOE e IU sumaron 74 parlamentarios. En 1986, subieron a los 79 escaños -récord histórico para la izquierda en la región-. En 1990, entre socialistas y comunistas alcanzaron los 73 escaños. Lo dicho, una quimera.

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