Colabora

Dolor y lágrimas ecologistas por la tala del ficus de San Jacinto en Sevilla

Los portavoces de asociaciones ecologistas asistían desconsolados a la pérdida de este "símbolo de memoria colectiva".

Entre llantos desconsolados y abrazos, varios miembros de diferentes asociaciones ecologistas se han concentrado este lunes para darle el último adiós al ficus de San Jacinto, el emblemático árbol situado ante la parroquia del mismo nombre en el barrio de Triana (Sevilla).

"Hemos querido venir a darle el último adiós al ficus de San Jacinto", ha explicado en declaraciones a EFE Clara Márquez, coordinadora del partido animalista Pacma, quien ha expresado su desacuerdo con la decisión del gobierno municipal, que el pasado jueves inició su tala definitiva: "Lo que habíamos acordado era mantener el árbol como recuerdo y símbolo de la ciudad".

"Esto es la crónica de una tala anunciada que empezó en el año 2022 y desde el jueves pasado se está ejecutando definitivamente" ha lamentado.

Una poda mortal

El ficus macrophylla junto a la iglesia de San Jacinto en Triana se plantó en 1913 por frailes dominicos procedentes de Puerto Rico y se consideraba un Bien de Interés Cultural local. Sin embargo, en marzo de 2021, la caída de una rama causó heridas a seis personas, una de ellas de gravedad, lo que activó una intervención de emergencia por parte del Ayuntamiento de Sevilla.

Según los informes técnicos, el árbol padecía podredumbre interna, hongos xilófagos, raíces aéreas invasoras y daños estructurales que afectaban al templo, por lo que en 2022 se autorizó una poda drástica tras un dictamen técnico y patrimonial. Desgraciadamente, los trabajos provocaron daños irreversibles en el árbol y ni los cuidados paliativos con nutrientes ni los tratamientos contra los hongos consiguieron revertir el deterioro.

"Símbolo de memoria colectiva"

Finalmente, en 2024, los informes técnicos declararon que el árbol estaba "muerto" desde el punto de vista biológico. La plataforma del Ficus de San Jacinto ha asegurado que se acordó la conservación física del ficus vivo o muerto, consolidando su estructura para que quedara para la memoria de los sevillanos.

Sin embargo, la plataforma ahora denuncia que nadie les ha avisado de que iban a comenzar los trabajos de tala, a pesar del acuerdo al que aseguran haber llegado con el gobierno municipal.

Con mucho desconsuelo, lágrimas y emoción a flor de piel, los portavoces de las asociaciones ecologistas han dado este lunes su último adiós al ficus, que pese a llevar muerto un año, seguía siendo un "símbolo de memoria colectiva".

Ver los comentarios Ocultar los comentarios

Portada

Suscríbete a nuestro boletín diario