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La ¿acabada? historia del “fuego amigo” y la guerra del fútbol

El cuatro de junio terminó de confirmarse un rumoreado pero sorprendente acuerdo entre Sogecable y Mediapro que parece poner fin a la llamada guerra del fútbol. Tras meses de querellas y furibundos ataques, toca el turno de las fusiones. ¿Tregua o paz definitiva?

LD (Mercedes R. Martín) La larga historia de enfrentamientos entre Sogecable y Mediapro pareció terminar hace diez días con un pacto para explotar los derechos del fútbol de manera conjunta en las tres próximas temporadas. Además, según explicaron las propietarias de las dos productoras, Prisa e Imagina (que también es accionista de LaSexta), en un mes estará listo un acuerdo de integración de sus negocios audiovisuales, que puede suponer desde el intercambio de acciones a la fusión, de la que se hablaba en las últimas semanas, de LaSexta y Cuatro.

 

Podría terminar así la historia de un conflicto que tuvo sus orígenes en la autorización del Gobierno para la creación de un nuevo canal en abierto, LaSexta, cuando acababa de conseguirlo Prisa para Cuatro. Y que se recrudeció con la batalla por los derechos del fútbol y con el cruce de descalificativos entre las direcciones de los dos imperios mediáticos. El declive del fundado por Polanco, atenazado por una deuda que supera los 5.000 millones de euros, estaría detrás de un acuerdo que pone fin al que parecía un enconado e irresoluble enfrentamiento entre los dos principales grupos mediáticos de la izquierda.

La batalla comenzó hace casi tres años, con la firma de un acuerdo entre Sogecable, Mediapro, y sus accionistas de referencia para explotar los derechos audiovisuales de la Liga y la Copa españolas. Según el acuerdo, Mediapro podría emitir en abierto, a través de LaSexta, un partido en cada jornada durante tres temporadas. Sogecable comercializaría los partidos emitidos por pago por visión y a través de Canal Plus.

La paz firmada entre las dos productoras tardaría muy poco en romperse: Mediapro se hizo con los derechos del Madrid y el Barcelona y en julio de 2007 llegó la primera de una larga lista de demandas: Audiovisual Sport exigió en los tribunales a la productora de Roures una indemnización por daños y perjuicios, alegando que la compra de los derechos, según el acuerdo firmado entre ambos, correspondía a Sogecable. Mediapro no sólo hizo caso omiso, comenzando a retransmitir partidos destinados, en principio, al pago por visión, sino que continuó adquiriendo derechos de clubes de fútbol hasta hacerse con los de la inmensa mayoría de clubes españoles a partir de la temporada 2009/2010, es decir, a partir del próximo mes de septiembre.

Desde ese momento, la rivalidad entre las dos empresas llegó al punto de dejar algún domingo a los espectadores sin partidos en abierto, a la retransmisión simultánea de encuentros en abierto o en pago por visión… El espectáculo continuaba, después, en las tribunas, con la nada disimulada animadversión entre las directivas de los dos grupos mediáticos. Los ataques entre Jaume Roures, José Manuel Contreras y Juan Luis Cebrián se sucedían en foros de todo tipo. Por parte de Cebrián y Prisa, no faltaban las alusiones al Gobierno, al que acusaban, de forma más o menos velada, de favorecer al imperio mediático de Roures. Los ataques llegaban también desde algún editorial de El País. Fue la época en que Felipe González acuñó el término de “fuego amigo”. Y cuando Cebrián estrenó otro: el de los “brujos visitadores de la Moncloa”.

Desde Mediapro no se quedaban atrás en las alusiones y ataques más o menos velados a sus rivales en las ondas y en los tribunales. José Manuel Contreras, consejero delegado de LaSexta, habló de presiones desde Prisa al Gobierno, y llegó a llamar a Cebrián “soberbio”, “mentiroso” y “prepotente” al referirse al “autoritarismo” de su grupo. Hace muy pocas semanas, Jaume Roures, se mofaba de la precaria situación económica de sus competidores. Ahora todos ellos se sientan juntos para fundar un nuevo imperio mediático.

En menos de un mes se conocerán los detalles del acuerdo, del que hace pocos días se negó a dar detalles Cebrián. Sí reconoció lo evidente: que era prácticamente indispensable para salvar a Prisa, que estaba a punto de quedarse sin la Liga.

El objetivo de Roures, según lleva anunciando en los últimos meses, es emitir los partidos a través de una TDT de pago que muy oportunamente va a autorizar el Gobierno. En un último amago de queja, Cebrián aprovechó la última y amarga Junta General de Accionistas para tachar de “ilegal” el plan de Industria que permitirá la creación de Gol TV. Pero aludió a la inminente creación de “una de las empresas más importantes del sector a nivel global”, en alusión al pacto con Mediapro, para consolar a sus socios. Habrá que ver en qué queda este futuro nuevo monopolio en el panorama mediático español.

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