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Amando de Miguel

Es aconsejable asomarse al exterior

En los viejos trenes de vapor se podía leer este letrero (creo recordar que en español y en italiano): "Es muy peligroso asomarse al exterior". Era una metáfora política.

Esta seccioncilla se centra en el lenguaje y por eso nos referimos casi siempre a España. Pero a veces se aconseja echar una mirada al exterior. En los viejos trenes de vapor se podía leer este letrero (creo recordar que en español y en italiano): "Es muy peligroso asomarse al exterior". Era una metáfora política.

Roberto Tojo me envía una preciosa información sobre los sindicatos alemanes. Parecería que la noción de "sindicato" fuera comparable a la española, pero tienen poco que ver. En Alemania los sindicatos viven exclusivamente de las cuotas de sus afiliados, no conocen la figura del "liberado sindical" y, en caso de huelga, los gastos son abonados por ellos. La Constitución alemana prohíbe todo tipo de huelgas políticas, es decir, las que no se basan en falta de acuerdo en una negociación entre trabajadores y empresas. Esas diferencias las expuso Michael Sommer, representante de los sindicatos alemanes, en su visita a España. Hay que imaginarse lo mal que lo pasarían los siameses Toxo-Méndez.

Varias veces nos hemos referido aquí al chino mandarín; la última para discutir su carácter conciso. Estaba yo en un error al creer que la concisión se debía a su escritura ideográfica. Un español residente en Shangai (que prefiere que no lo cite por su nombre; supongo que será un espía) me dice que, efectivamente, el chino mandarín es un idioma extraordinariamente conciso y no sólo porque se escribe con ideogramas. Por otra parte, el informado espía me aclara que no hay un único chino mandarín. Cada provincia tiene uno tan diferente de los otros como el español del alemán, aunque empleen los mismos signos para escribir. Lo que nosotros llamamos chino mandarín es el idioma de la capital (Pekín o  Beijing), el que se va imponiendo oficialmente. Nuestro espía me dice que es el idioma que se pronuncia a la perfección en los altavoces del Metro de la capital.

Juan Luis Valderrábano nos aclara el misterio de por qué los bancos españoles pasaron los "stress tests" del Banco Central Europeo. Resulta que esos famosos tests solo se hicieron  a los Bancos que cotizaban en Bolsa. Por tanto, las Cajas no se sometieron a las pruebas. Añado mi sospecha que los del Banco Central Europeo andarán maravillados de esa peculiaridad folclórica de los Consejos de Administración de las Cajas, en donde medran políticos y sindicalistas. Se comprende que desde Alemania vean con desconfianza  la situación de nuestro sistema financiero. Desde luego, no parece el más sólido del mundo, como dictaminó un egregio político español antes de recibir el Premio Nobel de Economía.

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