
Las mejores piscinas naturales de las Islas Canarias para disfrutar este verano
El archipiélago cuenta con más de 60 estanques naturales de agua salada. Estas formaciones surgen de la erosión del mar en la piedra volcánica, sin mayor intervención de la mano del hombre que para condicionar el entorno con escaleras, pasarelas o trampolines. Algunas de ellas conforman rincones idílicos donde darse un baño, tomar el sol, desconectar y sacar fotos increíbles.
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El Caletón de Garachico, Tenerife
Situado junto a un castillo del siglo XVI y de fácil acceso, este entorno natural permite disfrutar de un refrescante baño con las vistas de uno de los cascos antiguos más bellos del archipiélago, los espectaculares acantilados de la Culata y las vistas de la costa norteña. Sus piscinas naturales son fruto de la roca volcánica que se adentra hacia el océano. El protagonista indiscutible de estas piscinas naturales es un imponente roque, símbolo de la erupción del volcán Trevejo, que arrasó Garachico en 1706.
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Charco de Isla Cangrejo, Tenerife
Esta piscina natural se ubica en un bello rincón de la costa de Santiago del Teide, en la urbanización Isla Cangrejo. Resguardada de las olas por un muro de hormigón, la piscina ofrece un lugar tranquilo donde disfrutar de sus aguas turquesas y tomar el sol. La piscina no es muy conocida, incluso algunos tinerfeños desconocen de su existencia. Para acceder a este increíble lugar hay que bajar unas escaleras por la roca hasta la puerta que da acceso, que los días de mar brava permanece cerrada por estar prohibido el baño, pero generalmente sus aguas cristalinas y tranquilas permiten relajarse durante horas.
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Salinas de Agaete, Gran Canaria
Aunque en estas aguas no está recomendado bañarse cuando el mar está bravo, el conjunto de tres pozas es de lo más impresionantes de canarias. Se encuentra en un entorno dominado por acantilados, y sus charcos están conectados por tubos volcánicos. Cada una de las piscinas tiene una profundidad y es recomendable utilizar calzado adecuado para no resbalarse con sus rocas.
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Piscina Roque Prieto, Gran Canaria
Las piscinas naturales de Roque Prieto son una joya oculta entre los innumerables encantos de Gran Canaria. Se encuentran en Santa Maria de Guía y están formadas por dos charcos de diferente profundidad. Dada su cercanía al mar abierto, y prácticamente a la misma altura, está protegido por un muro y pilones de hormigón para preservar la seguridad de los bañistas los días de fuerte oleaje.
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Charco Azul, La Palma
También conocido como "Charco de las Damas", esta piscina de grandes dimensiones se encuentra en la costa del municipio de San Andrés y Sauces. Como su propio nombre indica, sus aguas son de un intenso color azul, tanto que podría ponerse en duda su origen natural y pensar que es fruto de una contracción como su pequeña piscina infantil, esta sí, artificial. En 2013 este enclave natural ganó el premio Ecoplayas por la calidad de sus instalaciones, entre las que destacan el solárium, una cascada, aparcamientos y vestuarios con ducha.
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La Fajana, La Palma
Las piscinas de La Fajana se encuentran en el municipio de Barlovento, en la costa Noreste de la isla de La Palma. En la antigüedad, estas charcas era donde se curtía el lino. Con el paso del tiempo, tras ser acondicionadas, se han formado tres piscinas de diferentes tamaños, todas aptas para el baño y de poca profundidad. Todas ellas poseen escaleras y están conectadas por pasarelas, donde poder tumbarse a tomar el sol. La más pequeña posee una cascada, que convierte el paraje natural en un relajante spa marino.
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Aguas Verdes, Fuerteventura
Ubicada en la Playa del Valle, en la localidad de Betancuria, se encuentra un paraje rocoso con seis kilómetros de charcos y entrantes, en donde no existe ningún tipo de intervención humana. Es posiblemente de las zonas más naturales y espectaculares de las muchas que posee la isla de la arena. A pesar de estar ubicada en una zona de gran oleaje, las piscinas son tranquilas y ofrecen un paraje de ensueño rodeado de ardillas locales y grandes cangrejos.
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Puertito de Lobos, Fuerteventura
¿Es posible disfrutar de una perla del Atlántico deshabitada y que fue refugio de lobos marinos? Sí. Solo hay que ir a Fuerteventura, coger un barco en Corralejo y llegar 20 minutos después al Puertito de Lobos, una zona con algunas casas en un pequeño islote casi virgen de 4,5 kilómetros cuadrados. Con diversas piscinas tranquilas de agua salada, esta isla Reserva Natural es la mejor opción para conectar con la naturaleza, relajarse y pasear por un paraje volcánico.
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Los Charcones, Lanzarote
No muy lejos de la localidad de Playa Blanca, pero si apartado de sus pobladas playas, están las piscinas naturales vírgenes de Los Charcones. Una colección de charcos de diferentes tamaños y formas. Su ubicación en el suroeste de la isla, benefician esta zona de un clima más fresco con vientos casi constantes que calman el peso del sol, que durante los meses de verano puede disfrutarse hasta las ocho de la tarde.
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Punta Mujeres, Lanzarote
En el pueblo pesquero del municipio de Haría, al nordeste de la isla de Lanzarote, se encuentran las piscinas naturales de Punta Mujeres, dos kilómetros de charcos, entrantes de mar y pequeños cabos. Un lugar donde el sol, la lava y el placentero océano han formado un pequeño parque acuático natural. Un lugar excepcional cercano a los dos centros turísticos más visitados de Lanzarote: los Jameos del Agua y la Cueva de los Verdes.
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La Maceta, El Hierro
La pequeña isla de El Hierro cuenta con su propia piscina infinita. Situada en la bahía del Golfo, en el municipio de Frontera, varios charcos de diferentes dimensiones y profundidades ofrecen una vista infinita del océano Atlántico. Este paradisiaco lugar se disfruta con la mar tranquila, y aunque la temperatura es más baja que en otros lugares de la isla, merece la pena. Es de fácil acceso en coche y dispone de solarium y aparcamiento.
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Pozo de las Calcosas, El Hierro
Ubicada en el municipio herreño de Valverde, se encuentra esta pequeña bahía natural cerrada por un acantilado donde poder conocer el tipo de construcción ancestral de las casas de la zona, con tejados pajizos y piedras volcánicas. Según sea el oleaje, estará permitido o no el baño en mar abierto. Llegar a esta poza no tiene dificultad, pero es necesario acceder en coche hasta la parte alta del acantilado para después descender por el pueblecito pesquero hasta llegar a las aguas cristalinas del Atlántico.
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Charco del Conde, La Gomera
En Valle Gran Rey, se encuentra uno de los rincones más bellos y con más contrastes de las Islas Canarias. Esta piscina natural hace las delicias de adultos y niños: mientras la plenamar deja un lago placentero, la retirada parcial del agua transforma el lugar en un charco casi siempre protegido del mar abierto. Esta piscina natural debe su nombre al señor de la isla tras la conquista castellana del siglo XV. La vegetación y la arena para dejar toallas y poner sombrillas se convierten en un cóctel perfecto para el disfrute familiar bajo un sol asegurado casi todo el año.
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