La firma de joyas Aristocracy ha desfilado por primera vez en la Fashion Week de Madrid obteniendo un gran éxito. Un desfile espectacular donde las modelos iban vestida con una malla negra ajustada, que recordaba la que lució Elena Anaya en la película de Almodóvar La piel que habito, y así los diseños con el fondo negro resaltaban mucho más. La convocatoria fue estupenda ya que era la primera vez que se presentaba un desfile de estas características y la familia Suárez acudió al completo, puesto que son los dueños de la firma.
Ana Rosa Quintana fue puntual a la cita. Estuvo charlando mucho tiempo con el recién nombrado fiscal general del Estado, Eduardo Torres-Dulce. Cari Lapique llegó acompañada de su hija Caritina y, hablando con las dos, negaron que pudiera haber crisis en su matrimonio. La propia Caritina comentó que en algún momento puede discutir con su marido, que también estaba, pero como cualquier pareja. "Ese rumor de crisis es totalmente incierto, es una locura", añadió.
Olivia de Borbón fue como siempre muy discreta cuando se le preguntó por el divorcio de Palomo Linares y Marina Danko, padres de su exnovio Sebastian. "Es una pena porque los quiero mucho", siempre se limita a decir lo mismo.
Después del desfile hubo una cena en uno de los restaurantes de moda, Luzi Bombón, donde coincidieron Carmen Lomana, que llegó con su novio, el periodista Ángel Casaña, y Nati Abascal. El morbo estaba servido para ver quién saludaba a quien y el saludo nunca se produjo. Se ignoraron mutuamente y Nati estuvo toda la noche con sus amigas, Cari Lapique, que se puso de los nervios cuando vio a Lomana, y con Maribel Yébenes, y los maridos de ambas. La que fuera duquesa de Feria no quiso hacer comentario alguno sobre su rival, mientras que Carmen fingió diciendo que ni la había visto, lo cierto es que no se pueden ver delante.
Sandra Barreda, Boris Izaguirre, Juanjo Puigcorbé, encantado con su papel de comisario en la serie Amar en tiempos revueltos, con su mujer la también actriz, Lola Marceli, también estuvieron presentes. Al final de la fiesta, cuando mucha gente ya se había ido, apareció Carlos García Revenga, el secretario de las infantas, que es íntimo amigo de los anfitriones. No hubo ni el más mínimo comentario porque tal y como están las cosas no era el momento más idóneo.