
Máxima de Holanda volvió a su Argentina natal para pasar en familia las fiestas navideñas. En Bariloche, al sur del país, posee un exclusivo e idílico hotel llamado Estancia Pilpilcura, uno de los tesoros más discretos de la realeza y, al mismo tiempo, un destino para quienes buscan disfrutar del lujo en su forma más serena y reservada.
En los alrededores se dejó ver relajada y despreocupada, con un look casual y sin el personal de seguridad que normalmente la acompaña, lo que llamó mucho la atención al tratarse de un miembro de la realeza holandesa. También paseó por el centro de Villa La Angostura como si fuera una turista más, según la revista Caras.
Vestida con pantalón blanco recto, chaqueta marrón y zapatillas a juego, Máxima recorrió el centro de la ciudad con amigas, se llevó a su perro caniche Mambo y aprovechó para hacer compras en una tienda de pesca. "Hizo una parada en una casa de campamento y de allí salió con un mediomundo para pescar. Es posible que en los próximos días se la vea cerca de algún río neuquino, debido a que la temporada de pesca comenzó en noviembre", relata la citada revista.
Una propiedad de ensueño
Ubicado a 75 kilómetros de Bariloche, Estancia Pilpilcura ha recibido a personalidades destacadas por su elegancia y discreción, que se entrelazan con un entorno natural de incomparable belleza. Fue, además, el escenario donde nació la amistad entre Máxima y la ex primera dama Juliana Awada.
Con vistas excepcionales al río Pichileufu desde sus salas principales y sólo cinco habitaciones decoradas con cálidos detalles en madera nativa y tejidos artesanales, cada rincón de la estancia está pensado para ofrecer un ambiente de tranquilidad.
