"Yo era muy pequeño, tenía cinco años y tengo recuerdos muy bonitos. Recuerdo las primeras veces que veníamos, la vela, los amigos. El tiempo pasa muy rápido". Así recordaba Felipe VI sus veranos en Mallorca durante la visita que realizó con la Reina Letizia, la Princesa Leonor y la Infanta Sofía a los jardines de Alfabia en 2023. Habían pasado 50 años desde aquel 4 de agosto de 1973, la primera vez en la que Juan Carlos y Sofía, acompañados de sus tres hijos, una niñera y la perra Laia, que llevaba el por entonces infante Felipe con una correa, llegaron a Marivent en un Seat 1400 desde la base aérea de Son Sant Joan.
Los orígenes de Marivent
Fue Nicolás Cotoner y Cotoner, mallorquín, marqués de Mondéjar, jefe de la Casa del Príncipe de España y considerado como un "padre adoptivo" para Juan Carlos, el encargado de convencer a la Diputación Provincial de Baleares para que cediesen el recinto de Marivent para los príncipes de España, aunque como apunta el periodista Marcos Torío en su libro ‘Veranos en Mallorca’ fue la gestión del príncipe georgiano Zourab Tchokotua, amigo de Juan Carlos desde que coincidieron en el internado de Friburgo, quién recurrió a su suegro, el empresario Pedro Salas, para rematar la operación.
Marivent fue adquirido en 1922 por el pintor Juan de Saridakis y su mujer, la escultora francesa Laura Mounier. Se trata de un terreno sobre un acantilado de 33.000 metros cuadrados, ubicado en Cala Mayor con vistas a la bahía de Palma. Eel arquitecto mallorquín Guillermo Forteza Piña construyó una mansión entre pinares, de estilo regionalista,que bautizaron como Marivent (mar y viento). Según el testamento, Saridakis donó Marivent a la Diputación Provincial de Baleares con una condición: los bienes facilitados debían destinarse "a la instalación de un museo de arte provincial y servicios culturales y de enseñanza y adiestramiento artístico complementario". Además advertía que "Si la residencia no se destinaba al uso deseado por el fallecido pintor y su esposa durante un período superior a seis meses, el palacio debía ser devuelto a su donante o a sus herederos".
Años más tarde, el heredero de Saridakis, demandó a la Comunidad Autónoma de las Islas Baleares la restitución de la colección de arte que decoraba las estancias de Marivent, al que había renunciado en 1978 mientras fuera utilizado por el jefe del Estado, su sucesor o su heredero como residencia para sus visitas a las islas. Se trataba de 1.300 piezas, entre ellas, cerámica española, cuadros de Santiago Rusiñol o del propio Saridakis, esculturas y obras atribuidas a Picasso o Sorolla, así como una biblioteca con más de 2.000 volúmenes y muebles de distintos estilos. Finalmente, en 1988 el Tribunal Supremo le dio la razón al demandante.
Marivent se decoró con obras y muebles de Patrimonio Nacional si bien se reformó en 1973, cuando se construyeron más habitaciones y cuartos de baño, se decoró con las telas tradicionales de la isla, se adaptó una terraza como comedor y se construyó una piscina en el jardín. Asimismo, el complejo cuenta con un helipuerto, playa privada, embarcadero y otras edificaciones como Son Ventet, que se adecuaron para las infantas Elena y Cristina, mientras que la de Son Vent se destinó para Felipe VI y su familia. Allí es donde residen los monarcas y sus hijas durante su estancia en Mallorca.
Desde mayo de 2017, tras un acuerdo entre el Gobierno balear (propietario del recinto y quien paga el mantenimiento) y la Casa de S.M. el Rey, los jardines de Marivent se pueden visitar todos los días del año, a excepción de Semana Santa y el mes de agosto, por razones de seguridad y de presencia de la Familia Real. En este jardín destacan las doce esculturas de bronce de Joan Miró, que convierten al jardín en un auténtico museo al aire libre.
De capital del verano a las vacaciones más reducidas: así ha cambiado todo
Quedan lejos esos días de excursiones a bordo del Fortuna, las salidas de las infantas y el príncipe al Club de Mar o Titos con los príncipes de Bulgaria o los primos Gómez-Acebo ( la infanta Pilar veraneaba con su familia en la isla). Unas vacaciones donde el rey Juan Carlos iba a su aire con su "particular corte" de amistades peligrosas y poco convenientes, y donde la reina Sofía era feliz paseando o de compras por la ciudad. También las cenas en Flanigan o Caballito de Mar así como los cursos de vela en Calanova, junto a sus primos griegos, hijos del rey Constantino y Ana María Grecia, que solían alojarse en Marivent, para enfado del rey Juan Carlos que se preguntaba si su residencia era un hotel, tal y como le comentó en una ocasión a un periodista isleño.
Asimismo, la Copa del Rey de Vela siempre ha contado con representación real entre sus participantes, desde las infantas, al rey Juan Carlos (que ganó el trofeo con el ‘Bribón’ hasta en 6 ocasiones) y que actualmente solo cuenta con la presencia del Rey, ya que ni la Princesa de Asturias ni la infanta Sofía ni han acudido a los cursos de vela de Calanova como el resto de sus primos, su padre y sus tías, ni tampoco tienen afición por la vela deportiva.
Si antes los Reyes permanecían todo el mes de agosto en la isla, Don Felipe y Doña Letizia suelen marcharse después de la entrega de premios de la Copa del Rey de Vela o la recepción a la sociedad civil balear, donde se sirve un cóctel preparado por un chef mallorquín con productos de la gastronomía balear, y que en los últimos tres años se celebra en Marivent en vez del Palacio de la Almudaina. Justo después del besamanos, los Reyes charlan en los tradicionales corrillos, a los que en este 2025, se incorporan la Princesa Leonor y la Infanta Sofía.
Fue el 8 de agosto de 2014, tan solo 50 días después de haber sido proclamado Rey, cuando se le dio un cambio a dichas recepciones ya que se pasó de únicamente incluir a autoridades políticas, militares o judiciales, a que participasen empresarios, miembros de ONG’s, jóvenes, deportistas, y representantes del mundo académico, científico, cultural, deportivo y de la comunicación de las Islas. Una vez concluida, los Reyes y sus hijas comenzaran con sus "vacaciones privadas".
La reina Sofía es la única que se mantiene fiel a Mallorca desde que se enamoró de ella siendo Princesa de España, ya que el recinto le recordaba a su infancia, al palacio de Tatoi. Allí acude en compañía de la princesa Irene, de Grecia, aunque desde que padece serios problemas de salud y movilidad, estas visitas se han espaciado.
Los visitantes ilustres de Marivent
Durante muchos veranos, Marivent se convirtió en el centro del interés informativo ya que fue escenario de visitas ilustres. Allí los Reyes ejercían de auténticos embajadores de la "marca España" como la de la reina Isabel II de Inglaterra y el príncipe Felipe de Edimburgo; los reyes Hussein y Noor de Jordania (con la que la Reina Sofía se paseó de compras por diferentes calles de Palma); los Grandes Duques de Luxemburgo o el rey Hassan II de Marruecos. Debido a la relación de amistad que mantuvieron don Juan Carlos y doña Sofía con Balduino y Fabiola de Bélgica, las visitas de los monarcas a la isla fueron frecuentes, incluso el rey Juan Carlos era el encargado de conducir el automóvil en los trayectos de ida y vuelta al aeropuerto. Lo mismo sucedió con Alberto II y Paola de Bélgica, quienes compartieron con los Reyes sus últimas vacaciones en Mallorca, después de que conociesen la isla durante su luna de miel en Formentor. Durante su estancia en Mallorca, los emperadores de Japón Akihito y Michiko, visitaron el centro histórico de Palma en calesa acompañados por los Reyes, donde incluso conversaron con una pareja de novios recién casados a las afueras de la basílica de San Francisco.
Pero fue, sin duda, las visitas de los por entonces príncipes Carlos y Diana de Gales las que más expectación levantaron. La primera vez que los príncipes de Gales y sus hijos se hospedaron en el palacio de Marivent fue en agosto de 1986, donde el príncipe Harry, de 3 años, se convirtió en protagonista al jugar con Archy, el pastor alemán del los Reyes. Regresaron en 1987 y 1988, donde el matrimonio se dedicó a hacer actividades por separado. 1990 fue la última vez que estuvieron, y donde posaron a bordo del yate ‘Fortuna’ junto a las familias reales española y griega. La pareja se separaría de forma oficial, en 1992.
Otros mandatarios que visitaron a los Reyes en Mallorca fueron Mijail y Raisa Gorbachov en 1992, aunque pernoctaron en el icónico hotel de lujo Castillo Son Vida en vez de Marivent. George Bush llegó a la isla en agosto de 1993 donde navegó a bordo del Fortuna por aguas de Dragonera. En julio de 1997 el presidente Bill Clinton, su esposa Hillary y su hija Chelsea realizaron una visita de tres días, donde isitaron Valldemossa, la Seo palmesana y el castillo de Bellver, del que Clinton se quedó fascinado. También navegaron a bordo del Fortuna, degustaron comida típica mallorquina junto al matrimonio Aznar-Botella e incluso Hillary, no dudó en lucir un collar de las tradicionales perlas Majorica que posteriormente llevó en un reportaje de la CNN. Asimismo, Marivent, sería el lugar donde firmarían la paz en 2008 Hugo Chávez y Don Juan Carlos tras el famoso "por qué no te callas".
Todos ellos se inmortalizaron junto a los reyes eméritos en la escalera de acceso a la puerta principal de la residencia, una escalera que también fue testigo de los posados familiares hasta el 2007, el último en el que posó la familia al completo, ya que en otoño de ese mismo año se anunció el cese temporal de la convivencia de Elena de Borbón y Jaime de Marichalar mientras que el caso Noos estallaría poco después. No sería hasta 2014, siete años después y ya convertido en Rey de España cuando Felipe VI recuperó la costumbre de posar frente a los fotógrafos en Marivent, si bien la Casa de S.M. el Rey ha convocado a los medios en distintos enclaves de Mallorca, como el Santuario de Lluch, los jardines de Alfabia o en las localidades de Petra o Valldemossa.