
Los hermanos Medina Sidonia se encuentran en plena batalla judicial por la herencia de la difunta Luisa Isabel Álvarez de Toledo, y los frentes cada vez se vuelven más difíciles de solucionar. El pequeño de los hermanos, Gabriel González de Gregorio, está muy preocupado por las cuentas pendientes con la Justicia y que convierten el problema en un bucle sin salida.
La primera victoria judicial de Gabriel y sus hermanos fue la reclamación de la legítima herencia que dejó su madre, conocida como la duquesa roja, pero ahora siguen varios frentes abiertos. Por un lado, está el recurso de la Fundación Medina Sidonia, ya que la Junta de Andalucía no recurre el fallo judicial que da la razón a los hijos, al reconocer sus derechos como herederos de la legítima. Por otro, los recursos que ellos también presentaron.
Los hermanos Gabriel y Pilar han recurrido las tasas de una parte del proceso, mientras que el actual duque de Medina Sidonia también pide su parte proporcional de la Fundación. No obstante, el valor de los porcentajes es casi imposible de materializarse porque resulta imposible vender el patrimonio de la Fundación (el palacio y el valioso archivo), considerados bienes de interés cultural protegidos por el Estado.
"En el mercado internacional, el valor de ese legado sería incalculable. Pero ante la Ley de Protección me temo que no se va a poder llegar ni a las cifras estimadas según las cuales a mi hermana Pilar y a mí nos corresponderían cerca de 6 millones de euros para cada uno, mientras que a Leoncio sería algo más del doble", asegura Gabriel al citado diario.
Si no quieren convertir la Fundación en una sociedad en la que la viuda Liliane Dahlmann tendría participación, los tres hermanos se tendrían que poner de acuerdo y mantenerse unidos. Para ello, Gabriel prepara una carta-documento que espera acepten Leoncio y Pilar.
