Anthony Bourdain, el chef estrella que fue feliz lavando platos

La muerte de Anthony Bourdain, el mediático chef que alcanzó la fama con el programa Parts Unknown, ha provocado un enorme impacto en Estados Unidos, donde se suceden los mensajes de personalidades lamentando el fallecimiento de un gran divulgador de la gastronomía. Tanto Donald Trump como su antecesor, Barack Obama, han recordado al chef. El primero se declaró "muy triste" ante la noticia de la muerte del cocinero, "todo un personaje". Obama, mientras, recordó cómo Bourdain le entrevistó en Vietnam en uno de los capítulos de su programa en CNN.

También ha hablado la que era su pareja desde 2016, Asia Argento, que se ha declarado "devastada" tras la noticia y ha pedido privacidad para ella y para la familia del chef, a quien ha calificado como "su amor, su roca".

La Fiscalía francesa ha confirmado que Bourdain, hallado muerto en una habitación de hotel de Kaysersberg, se ahorcó. Mientras, sus conocidos se preguntan qué llevó al cocinero, en lo más alto de su carrera –había viajado a Francia para grabar un capítulo sobre Estrasburgo–, a quitarse la vida.

El chef Eric Ripert, quien lo encontró en el hotel, ha hablado de él como su "mejor amigo", un hombre "inspirador y generoso" y un gran "narrador de historias".

Otro amigo del cocinero, el escritor Michael Ruhlman, declaró a la CNN que lo último que sabía de él es que estaba "enamorado y feliz" y añadió que era un hombre "mucho más sensible de lo que la gente creía", algo que, a su juicio, había contribuido a convertirle en un presentador de éxito capaz de llegar al público con sus viajes.

Bourdain comenzó a trabajar en la cocina desde su adolescencia: en varias entrevistas confesó que había sido realmente feliz en su primer trabajo como friegaplatos:

"Era un adolescente ridículo, cobarde y tímido. Pero con ese papel, en un ambiente similar al de una fábrica, no había áreas grises, no había preguntas filosóficas que contestar. Los platos tenían que entrar en el lavavajillas y salir limpios, y hacerlo de forma competente hacía que fuera reconocido como un ser humano por personas a las que me quería parecer. El día en que ascendí a las patatas fritas estaba eufórico".

Tras su paso por una escuela de cocina, trabajó en varios restaurantes neoyorquinos hasta convertirse en el chef de locales como Brasserie Les Halles.

Alcanzó la popularidad cumplidos los 40, tras la publicación de un libro sobre los entresijos de los restaurantes basado en su propia experiencia. A partir de ese momento dejó atrás sus graves problemas económicos –llegó a comentar que no tenía ni para pagar el alquiler– y dio el salto a la televisión con No Reservations y Parts Unknown, que le llevaron a recorrer el mundo mostrando la gastronomía y costumbres de distintas culturas. "¿Queremos viajar en papamóviles herméticamente cerrados a través de las zonas rurales de Francia, México y el Lejano Oriente comiendo solo en Hard Rock Cafe y McDonald's?", se preguntaba Bourdainen uno de sus libros."¿O queremos comer sin miedo, devorando el guiso local, la humilde carne misteriosa de la taquería, la cabeza de pescado ligeramente asada? Sé lo que quiero. Lo quiero todo. Quiero probar todo una vez",

Antes de la fama, en su juventud, tuvo que lidiar con una adicción a la heroína que terminó superando y de la que también había hablado en distintos medios:

"Era un alma triste, con un gran problema con la heroína y el crack. Herí, decepcioné y ofendí a mucha, mucha gente y me arrepiento muchísimo. Es una vergüenza con la que tengo que vivir".

Bourdain, convertido en uno de los cocineros más influyentes del mundo y ganador de varios premios gastronómicos y televisivos, deja huérfana a su única hija, Ariane, de 11 años, que vive con la que fuera esposa del chef entre 2007 y 2016, Ottavia Busia.