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Cómo Roberto Leal dio el salto de cajero en un supermercado a estrella de la televisión

Roberto Leal ha visto cumplido su sueño de triunfar en televisión.

Roberto Leal ha visto cumplido su sueño de triunfar en televisión.
Roberto Leal y Sara Rubio. | Gtres

Los sueños, a veces se cumplen. Y Roberto Leal puede decirse que los ha alcanzado. Desde abajo. Hijo de un albañil. Nacido en la localidad sevillana de Alcalá de Guadaíra en junio de 1979. Cumplirá entonces cuarenta y tres. Parece más joven, con su sonrisa, su desenfadado estilo ante las cámaras. No es fácil ser presentador de un programa musical, como él hizo en Operación Triunfo. Y tampoco en un concurso, Pasapalabra, puesto que heredó de otro simpático colega. Roberto no defraudó a la audiencia. Se le ve feliz. Lo que nos lleva a recordar que ha celebrado los seis años de matrimonio con Sara Rubio, con quien tiene dos hijos. Una compañera ideal, en la vida y en la misma profesión.

Al principio, en su adolescencia, Roberto, diestro en el dibujo, aspiraba a ganarse la vida con esa habilidad. En casa no sobraba el dinero. La madre, costurera, y el progenitor, como dijimos albañil, se sentían contentos cuando Roberto lo ayudaba con ladrillos y paletas. Sabedor de que el chico no iba a sufrir las mismas privaciones que él, quien procuraba llevar algún dinerito a casa, trabajando como cajero en un supermercado. ¡Quién había de decirle que un día iba a ganar un dineral animando dos programas en una cadena de televisión nacional!

Se sacrificaron sus padres para darle estudios, ingresó en la Universidad de Sevilla, en la Facultad de Periodismo. Amén de esa vocación, tenía otra, la de cantar: fue vocalista del grupo de música electrónica Formol Base, con el que se presentó a las pruebas de Operación Triunfo en 2002. Bromeaba comentando que "le pusieron una pegatina en la boca".

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Roberto Leal en Pasapalabra | Archivo

Fue Roberto Leal reportero en Canal Sur. Desde donde dio el salto definitivo a Madrid. En Telecinco compareció en un programa de Jesús Vázquez, donde aseguró haberse comido ¡cincuenta brevas!. De una tacada, por una apuesta. Luego, ya reafirmando sus dotes de presentador, aterrizó en Antena 3. Los estudios de televisión suelen tener un comedor para sus trabajadores. Y un día, almorzando, Roberto se fijó en una preciosa compañera, que no conocía, y que "le hizo tilín". Se sentó a su lado, ante la sorprendida joven. Quería ligársela. Pero ella resistió el asedio del sevillano, al que le costó seis meses conquistarla. Era Sara Rubio, catalana, cinco años menor que él, que había sido colaboradora en Punto Pelota, de Josep Pedrerol, reportera de un espacio comandado por Toñi Moreno y finalmente presentadora de Espejo público, época en la que Sara y Roberto se enamoraron "hasta las cachas", aunque su boda se hizo de rogar, puesto que mantuvieron un noviazgo de seis años nada menos para casarse el 18 de septiembre de 2015.

Roberto suele decir a veces, en las entrevistas, cuando se suscita su boda, que él se casó con Sara ¡tres veces! ¿Y por qué tantas?, se preguntará cualquiera. El sevillano lo explica. La primera fue en Las Vegas, donde cualquier pareja puede contraer matrimonio en un pispás, sin papeleo, dándole unos dólares a quien oficia la ceremonia. Dirán ustedes que eso huele a broma. En las películas americanas lo hemos visto a menudo. El novio, simulando ser Elvis Presley, y la novia, Marilyn Monroe. Naturalmente el evento no tiene validez alguna. Pero los protagonistas se sienten marido y mujer, que es lo que hicieron entonces Roberto Leal y Sara Rubio. Ya en España, de regreso, en una fiesta familiar, Roberto se plantó de rodillas ante Sara y le declaró su amor. Para ambos era "su segunda boda". Claro está de novelesca e imaginativa sensación. Planearían un año después su boda civil a fines del verano. Digamos que la única seria, la legal. Lola y Leo, sus hijos, han alimentado ese amor que se profesan, que diría cualquier edulcorado cronista.

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En OT | Archivo

Roberto Leal sostenemos que "cae bien" no sólo a la numerosa audiencia de Pasapalabra, sino de otro reciente programa, El desafío. Y él, en buena lógica, se ha labrado un presente profesional inmejorable, bien remunerado. Astuto, ha montado con su esposa una empresa de comunicación, una agencia artística y una productora independiente. Así es que aquel imberbe cajero de un supermercado es en la actualidad un popularísimo presentador barbado, "que hace caja" para sí y su familia. Se lo ha "currado"...

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