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Los 60 años de matrimonio de Juan Carlos y Sofía sin celebrar el acontecimiento

Juan Carlos se casó con Sofía en una ceremonia que apenas tuvo repercusión en España.

Juan Carlos se casó con Sofía en una ceremonia que apenas tuvo repercusión en España.
La boda de Sofía y Juan Carlos | Archivo

Se han cumplido seis décadas del enlace de don Juan Carlos de Borbón y doña Sofía de Grecia, acontecimiento que tuvo lugar el l4 de mayo de 1962 en Atenas. Sin embargo los protagonistas no lo han celebrado por razones obvias. Se vieron brevemente el pasado lunes, 23 de mayo, cuando él hizo escala en Madrid, tras su breve estancia en Sansgenjo, camino de su actual residencia en Abu Dhabi.

Aquella boda en la capital helena no tuvo apenas repercusión en la prensa española. Televisión Española no quiso, por órdenes gubernativas, darle el mismo tratamiento y boato que la de Fabiola de Mora y Aragón con Balduino de Bélgica. El Ministro de Información Gabriel Arias Salgado, siguiendo las instrucciones de El Pardo, dispuso que las imágenes de la ceremonia se difundieran después de la media noche, cuando la audiencia era escasa. Y desde luego los técnicos se cuidaron de no enfocar sus cámaras hacia don Juan de Borbón. Las razones estaban claras: Franco había dispuesto desde hace tiempo que no se publicara nada sobre el Conde de Barcelona, padre de don Juan Carlos. Y por otro lado faltaba aún bastante tiempo para que el Jefe del Estado dispusiera ante las Cortes proponer a este último como sucesor suyo a título de Rey. Se permitía por entonces que en círculos franquistas y falangistas llegaran incluso a insultarlo. Se dio la circunstancia, a propósito, de que el día del casamiento de don Juan Carlos y doña Sofía, el General recibiera en el palacio de El Pardo a Carlos Hugo de Borbón Parma, que aspiraba al trono de España.

Don Juan Carlos, antes de entablar amistad con doña Sofía, había conocido a otras jóvenes. Su padre tenía sus propios planes, aunque no daba con alguna princesa que pudiera convenir a la familia. El propio interesado había elegido por su propia cuenta a María Gabriela de Saboya, hija del Rey de Italia. Ella le correspondía. Una fotografía suya la había colocado él en la mesilla de noche cuando pernoctaba en la Academia Militar de Zaragoza. Hablaban por teléfono diariamente. Hasta que el duque de la Torre, que era el preceptor del entonces cadete, le ordenó que retirara aquella fotografía de su cuarto y dejara sus conferencias telefónicas. No hay que ser muy sagaz para adivinar de quién partía tal prohibición.

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Una imagen de la boda | Archivo

Parece que María Gabriela, joven demasiado moderna para el criterio de Franco, no le podría favorecer a don Juan Carlos pensando en su futuro. Así es que el primer disgusto de éste sucedió entonces: dejó de ver a su amada. Mientras tanto, los Condes de Barcelona hicieron quinielas con la lista de las princesas casaderas, encontrando que Sofía de Grecia era la más conveniente. Como quiera que la madre de la princesa helena, la reina Federica, asimismo pensaba en el futuro matrimonial de su hija, tarde o temprano aquella pareja estaba destinada a casarse. Sofía también pasó antes por otra decepción amorosa como le había ocurrido a don Juan Carlos. Y es que estaba enamorada del príncipe Harald de Noruega. Y cuando parecía que la boda estaba al caer, resultó que el Parlamento griego no dio su visto bueno a la petición del Rey Pablo de los griegos: cincuenta millones de francos antiguos en concepto de dote, pues se lo rebajaban a la mitad. Y doña Sofía se quedó compuesta… y sin novio.

Pasando por alto las vicisitudes acaecidas hasta el 14 de mayo de 1962, la fecha de la boda de don Juan Carlos y doña Sofía, les contamos que la noticia del compromiso nupcial le fue transmitida en su momento a Franco por parte del padre del novio. Don Juan de Borbón se lo manifestó por vía telefónica y de pronto el General dejó el auricular, quedando a la espera aquel ¡más de un cuarto de hora! Por fin, Franco reanudó la conversación leyéndole un comunicado que había escrito durante esos quince minutos de larga espera. De no ser asunto serio diríamos que eso parecía la escena de un vodevil.

Naturalmente Franco fue invitado a la boda junto a su esposa, declinando su asistencia. Harto sabido es que nuestro Jefe de Estado no se desplazaba fuera de España: únicamente lo hizo en tres ocasiones: para entrevistarse con Hitler en Hendaya, en otra ocasión con igual fin frente a Mussolini, en Civitavecchia, y en la frontera española con Portugal para hablar con Oliveira Salazar. En su lugar, como sus representantes, eligió al embajador, y periodista, Juan Ignacio Luca de Tena y al Ministro de Marina, Abárzuza.

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La boda de Sofía y Juan Carlos | Archivo

Los escasos enviados especiales de la prensa española "ignoraron" en sus crónicas los vivas al Rey, dirigidos a don Juan de Borbón, pues así lo llamaban. Lo mismo que otras expresiones y declaraciones en favor de la Monarquía española. Para completar el cuadro, un periodista, Víctor Salmador, con el dinero que le proporcionó Aristóteles Onassis, redactó él sólo y dio a la imprenta los contenidos del Diario Español de Atenas, que se difundió aquellos días donde el franquismo quedaba por los suelos, dicterios contra la dictadura, y parabienes a los recién casados. Conservo un ejemplar que desgraciadamente no he podido hallar cuando me dispuse a escribir este artículo.

Seis meses nada menos duraría la luna de miel de los recién casados, viaje por medio mundo, con una inolvidable estancia en los Estados Unidos, cuando fueron recibidos por el Presidente John F. Kennedy y su esposa, Jackie. También se desplazaron a Los Ángeles, visitando unos estudios cinematográficos donde tuvieron la oportunidad de encontrarse con famosos actores de Hollywood. De regreso a España, sin saber qué hacer, Franco les sugirió que viajaran mucho por España donde a veces los aplaudían, y otras, no. Hasta que en noviembre de 1975 llegaron al Trono. Lo demás, ya es historia. Un matrimonio ya sin amor, aunque hay quienes todavía creen que van a reconciliarse. Para vivir ¿en dónde, si no puede ser en la Zarzuela? Son "fake news", término muy de moda. Cuando puede muy bien escribirse noticias falsas. Ya es tarde para un monarca que se desvió de sus obligaciones matrimoniales. Y a la espera de ese posible juicio en Londres a instancias de la espabilada doña Corinna. Sólo faltaría que condenaran al Emérito...

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