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La larga espera de mejores papeles de Manuel Bandera

Manuel Bandera se convirtió en una grata sorpresa como galán cantante a partir de 1989 cuando formó pareja cinematográfica con Ángela Molina.

Manuel Bandera se convirtió en una grata sorpresa como galán cantante a partir de 1989 cuando formó pareja cinematográfica con Ángela Molina.
Manuel Bandera y Marisol Muriel. | Gtres

Manuel Bandera se convirtió en una grata sorpresa como galán cantante a partir de 1989 cuando formó pareja cinematográfica con Ángela Molina en Las cosas del querer, que luego tuvo una secuela, una segunda parte, trasunto en ambos guiones de la vida del mítico Miguel de Molina. Desde entonces Manuel cambió de repente, convirtiéndose en una cara nueva para la gran pantalla, desde donde saltó a la televisión y finalmente a los musicales teatrales. Mas como es harto sabido, los actores transitan siempre en una noria y este malagueño, que en diciembre último cumplió sesenta y dos años, ha sufrido un par de altibajos en su ascendente carrera del pasado. Pasó tres años, entre 2014 y 2017 "sin tocar pelo", dicho por él mismo; es decir, sin contratos. Acabó con sus ahorros, malvendió lo que pudo para poder comer, él, su mujer, su hijo. Y en estos momentos, a la espera de encontrar mejores ocasiones, actúa de vez en cuando en algunos "tablaos" flamencos andaluces con un espectáculo titulado "Bambino por Bandera", que ya estrenó hace unos años, sobre la vida y las canciones de aquel sevillano que aflamencaba boleros, baladas y rancheras, por rumbas. Hoy se le echa de menos, pues fue "un artista de artistas", muy personal en su estilo, con rendidos admiradores. Pero su mala vida lo llevó finalmente a su ruína. Y falleció de mala manera.

Manuel Bandera siempre quiso ser bailarín, preparándose duramente para ello, como también cursó estudios y prácticas para ser profesor de Educación Física, lo que nunca ejerció, pues acabó decantándose por la danza. Raúl Sender lo incluyó en su espectáculo Champán, en las temporadas de 1984 y 1989. Y entremedias tuvo tiempo de aparecer bailando en Un, dos, tres... y La bola de cristal, dos recordadísimos programas televisivos. Asimismo Paloma San Basilio lo llevó en su cuerpo de baile.

Todos esos trabajos, siendo todavía prácticamente poco conocido en el medio artístico, le sirvieron como se suele decir "para ir tirando". El coréografo Giorgio Aresu, encargado en Televisión Española de su "ballet", lo emparejó una Nochevieja, la de 1986 con una agente artística, Marisol Muriel. Y bailando les llegó el amor. Dos años después se casaron y en 1992 tuvieron su hasta ahora único hijo, Miguel, Una familia muy compenetrada.

Al año siguiente de aquella boda, a Manuel Bandera "le tocó la lotería", por así decirlo cuando el productor Luis Sanz (quien descubriera a Rocío Dúrcal) le propuso la película antes citada, Las cosas del querer. Y fue un aceptable actor que recreaba coplas de antes y después de la guerra civil. Mostró facetas para él entonces inéditas, sin importarle incorporar a un personaje bisexual, y tener contactos con algunos varones; naturalmente en la ficción. Cuanto, además de Las cosas del querer, segunda parte, sucedió después, fue encumbrando a Banderas como un galán muy a tener en cuenta en el cine y en series de televisión. Almodóvar lo tuvo a sus órdenes en 1990 bailando un tango en ¡Átame! y tres años más tarde en Kika. Hizo del rey moro Boabdil en Réquiem por Granada, para la pequeña pantalla. Y asimismo tomó parte en el drama Mariana Pineda. Y como los del cine no lo volvieron a llamar se dedicó al teatro y a la televisión.

Formó pareja televisiva con Bárbara Rey, año 1995, presentando al alimón Esto es espectáculo, intervino en musicales teatrales: El Zorro, Cabaret, Chicago, donde unía otra vez sus facetas de actor y bailarín. En la danza, se encontraba feliz, como antaño en sus comienzos; no nos extrañó que ganara la séptima edición del programa "¡Mira quién baila!" Jugaba, como se dice, en casa, partiendo de sus conocimientos. Y, más adelante, aparecería en series de gran audiencia: Amar en tiempos revueltos y Acacias 38. En medio de ambas fue cuando sufrió su grave parón laboral, recuperando su nombre, algo ya olvidado, al estrenar junto a su buena amiga Bibiana Fernández la comedia El amor está en el aire, compañía a la que se unió la pareja incombustible y "kitch" formada por Olvido Gara (Alaska) y Mario Vaquerizo.

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En El amor está en el aire | Archivo

Yo conocí a Manuel Bandera en el transcurso de un almuerzo cuando me fue presentado por su descubridor, el antes mentado Luis Sanz. Y volví a encontrarlo en Canarias, durante un viaje, cuando rodaba Réquiem por Granada. Me resultó atento, simpático. Mas, lo que son las cosas: lo llamé por teléfono tiempo más tarde y se negó a darme una entrevista: "No estoy en promoción", me dijo. Algo improbable en otra época que nos lo dijeran verdaderas estrellas del cine o el espectáculo, y pongo como ejemplos a Sara Montiel, Lola Flores o Paco Rabal, entre otros muchos consagrados, que jamás se negaban a atender a un periodista, ya fuera incluso un barbilampiño colaborador o un becario. Pero eso de "No estoy en promoción" creo a estas alturas de mi vida profesional – no lo olvido – que podría utilizarlo, en su desconcertante y traidora política, "el doctor Sánchez". Puesto que en una rueda de prensa o en un acto público cualquiera no admite preguntas de los periodistas, pues que diga eso: "No estoy en promoción". Quedará muy bien.

Y antes del punto final, asocio a Manuel Bandera con nuestro siempre amabilísimo Antonio Banderas, que siempre ha sido tan atento, amable con la prensa. Resulta que ambos, además de paisanos, nacieron el mismo año. Se da la circunstancia de que el apellido de nuestro actor más internacional (espero que no se enfade el casi siempre malhumorado Javier Bardem, otro que tal baila cuando lo persiguen los "paparazzi"), es el mismo que el de Manuel: es decir, Bandera, sin la ese final, que añadió para su apellido artístico, quizás porque le resulte más eufónico o comercial. No se conocían. Los presentó Pedro Almodóvar en su casa. Y en la temporada 2021-2022 Antonio contrató a Manuel para A chorus line, la brillante comedia musical de Broadway que se estrenó en Madrid y Barcelona.

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