
El pasado 1 de mayo Kevin Costner y su segunda esposa, Christine Baumgartner, firmaron el acta de divorcio del matrimonio, tras dieciocho años de convivencia, padres de tres hijos. Según ha manifestado el popular actor la idea no ha partido de él, quien deseaba salvar la pareja. Ella no ha querido confesar el motivo de su decisión. Diferencias insalvables según la sentencia, que obligaba en principio a Kevin a pagarle a su ex la cantidad de 248.000 dólares mensuales para su manutención y la de sus retoños. Finalmente, el acuerdo final se ha establecido de la siguiente manera: serán al cincuenta por ciento los gastos médicos, escolares y extraescolares de sus hijos, y ciento dieciséis mil euros que el actor ha de satisfacer a su ex, la mitad de los que ésta pedía. Téngase en cuenta que por mucho que Kevin quería librarse de pagar, se sabe que su patrimonio ha sido cifrado en doscientos veintiséis millones de dólares.
Kevin está algo confundido, pues no se esperaba que su mujer le planteara este desagradable final, sobre todo para él. De momento, insistimos, no han salido a la luz razones por la que Christine Baumgartner le pidiera el divorcio, ni se sabe si hay personas de por medio. En el caso de una figura tan conocida como él, ya se hubiera sabido si hubiera otra hembra a su lado.
Christine trabajaba como modelo y diseñadora cuando Kevin comenzó a cortejarla. Por su historial amoroso se sabe que le atrae esa profesión femenina, pues ya ha tenido idilios con más de una colega de quien iba a ser su segunda esposa. Salieron juntos durante seis meses. Daba la impresión que era ella quien no quería dar un paso en falso. Así, hasta que un juez los casó en 2004. Hasta esta primavera de 2023 no saltó la noticia de que ella quería romper con Kevin. Y en abril, la revista People se adelantó confirmando esos rumores. A sus cuarenta y nueve años, Christine Baumgartner cree que puede dar otro sentido a su vida.
Kevin Costner cuenta sesenta y ocho años, natural del estado de California. Está muy escamado con lo que le ha ocurrido ahora al tener que divorciarse; por eso, precavido, le hizo saber en su momento a Christine que, para bien de los dos era preciso que se casaran con división de bienes. Con su primera mujer, Cindy Silva, "la broma" al romper el matrimonio le salió carísima: hubo de indemnizarla con ochenta millones de dólares, que así se las gastan los potentados en los Estados Unidos. Sólo en gastos con los abogados, a quien lleva la peor parte le sale por un riñón todo el proceso judicial. Él se lo buscó, pues ella contrató a un detective privado, quien obtuvo las pruebas necesarias que Cindy presentía: Kevin la engañaba con más de una mujer.
El actor solía declarar en las entrevistas que era un hombre profundamente familiar. Con su rostro, daba la impresión de "no haber roto un plato" en su vida. Pero es que durante toda su vida no ha hecho más que, dejando a un lado su actividad cinematográfica, encamarse con la primera que se le ponía a tiro. Así una camarera londinense, cuando filmaba en la capital inglesa Robin Hood, príncipe de los ladrone". Se llamaba Sheri Stewart. Ésta, fue a la redacción de un periódico, de los muy populares "tabloides" y a cambio de un puñado de libras esterlinas contó la intimidad vivida junto a Costner y su forma de practicar el sexo. Cuanto allí se publicó llegó a oídos de la esposa e hijos del actor norteamericano. Esa variedad de posturas en la cama que la susodicha Sheri relató, era consecuencia de cuando tiempo atrás, no siendo todavía un actor de éxito, se había visto obligado a filmar películas eróticas y hasta "porno", donde obviamente tenía que ejercer de atleta sexual.
Kevin, como decimos, ha tenido hasta ahora suficiente experiencia con las mujeres. Buen gusto el suyo, al emparejarse con bellezas tales como Elle Macpherson, cotizada "top model", así como la estrella Mira Sorvino, Courteney Cox, la entonces modelo y cantante Carla Bruni, cuando no imaginaba que iba a vivir en el Elíseo como primera dama de Francia… Junto a la presentadora de televisión Bridget Roonie se dijo que había tenido un hijo, Liam, a finales de 1996. Pero con ellas nunca habló de matrimonio, sí con ya antes nombrada Cindy Silva, su primera esposa desde 1978 hasta 1994.
Siete son los hijos que tiene el actor. Tres con Cindy y otros tres con Christine. El séptimo fue, como dijimos, extramatrimonial, con la anteriormente citada Bridget Rooney. De toda esa parentela, la primogénita tiene treinta y nueve años, era actriz y actualmente productora. El resto de sus descendientes, casi todos tienen que ver con el mundo artístico, bien actores o dedicados a la música, salvo el chico que nació de su relación con Bridget Rooney.
De joven, Kevin Costner era un apasionado del deporte: practicaba béisbol, baloncesto, fútbol americano y piragüismo. Llegó a construirse él mismo una canoa con la que remontó el río Misuri, a la edad de dieciocho años. Estudió Ciencias Empresariales y al concluir la carrera fue contratado en una empresa de márketing. Pero ese empleo le duró un solo mes, por lo siguiente. Hizo un viaje en avión en cuyo vuelo acertó a coincidir con Richard Burton. Sin pensárselo dos veces lo abordó, diciéndole cuánto lo admiraba y lo que le gustaría a él mismo dedicarse al cine. El veterano actor británico, comprensivo, animándole, le dijo: "Siempre hay que luchar si se quieren cumplir nuestros sueños". Y Kevin no se lo pensó, porque se instaló en Hollywood en seguida.
Por supuesto que en la Meca del cine "no atan los perros con longaniza", como antes solía decirse aquí. Y para ganarse la vida en tanto le salía la primera oportunidad para debutar en la pantalla tuvo que trabajar como camionero, pescador y guía turístico en uno de los lugares más visitados de Hollywood, Bel-Air, que es donde los famosos del cine tienen sus lujosas mansiones. Entonces, Kevin quizás pensara que algún día él también podría codearse con aquellas celebridades. Y lo consiguió con mucho tesón, tras su primer papel, en 1981, por supuesto de breve cometido. Ya llegarían sus grandes películas como protagonista: Los intocables, J.F.K, en el papel del juez Jim Garrison, que llevó las riendas del juicio acerca del magnicidio del Presidente de los Estados Unidos, John Fitzgerald Kennedy, y sobre todo estos dos títulos: El guardaespaldas y Bailando con lobos, que lo consagró como uno de los más eficaces galanes de aventuras. Por esa última cinta ganó un Óscar de interpretación y dirección. Y es que, a sus cerca de sesenta filmes como actor, suma cuatro en su faceta de realizador.
He tenido algunos tropiezos como productor, perdiendo bastante dinero en el envite. Pero el pasado año ganó la friolera de diecinueve millones de dólares. Cierto que el Fisco norteamericano se lleva un buen pellizco, pero siempre a estrellas como Kevin Costner le queda lo suficiente para vivir como un potentado.
En las últimas temporadas ha preferido dedicarse a la televisión. Cinco temporadas permaneció como protagonista de la serie Yellowstone, de gran éxito. Por el momento no ha decidido si continuará en ella, pues ahora está dedicado a su próxima filmación en la gran pantalla, Horizon, donde va a debutar otro de sus hijos, Hayes, de trece años. Y respecto a su futuro sentimental, tendrá que plantearse casarse o no de nuevo. Las mujeres con las que se ha casado han estado a punto de semiarruinarlo.

