La pasada semana el actor-cantante-bailarín Adrián Lastra resultó triunfador en dos programas concursos de distintas cadenas. Por un lado, en Antena 3, El desafío, en su cuarta edición, donde se impuso al resto de participantes en una prueba circense propia de un émulo de aquella genial trapecista que se llamó Pinito del Oro. Pero es que un par de noches después, asimismo fue el brillante ganador de esa jornada en Bailando con las estrellas, interpretando con su pareja un añejo foxtrot, que emite Telecinco. No es normal que suceda tal cosa y en tan breve espacio de tiempo. Pero ¿quién es este artista, tan preparado en tales experiencias citadas?
Luis Adrián Álvaro Lastra, apelativo que parece pertenecer a un personaje aristocrático, desciende en cambio de una humilde familia radicada en Palomeras Bajas, zona obrera de Madrid del distrito del Puente de Vallecas. Allí nació en 1984. Fue contemplando por televisión uno de los primeros programas de Operación Triunfo cuando se le despertó la idea de ser cantante. Se fue preparando para ello, recibiendo clases de una profesora de relieve. También extendió esas lecciones con otras de danza. Así es como pudo presentarse a convocatorias de algunos espectáculos musicales, como Hoy no me puedo levantar, donde se escenificaban éxitos del trío Mecano. Recibió también cursos de arte dramático en la escuela de Cristina Rota, que es donde conoció a la que iba a ser su compañera sentimental, Clara Chaín.
En adelante, Adrián Lastra (que así decidió anunciarse acortando su largo nombre) alternó ese género con varias series televisivas, en breves cometidos: Yo soy Bea, Fuga de cerebros, Los hombres de Paco…Hasta que lo contrataron en la que iba a ser su trampolín para ser conocido, Velvet, y después su secuela, Velvet Coleccion, en el papel de Pedro, el ordenanza de esos grandes almacenes, sobrino en la ficción de José Sacristán. Y en teatro, temporada de 2015, fue protagonista a las órdenes de Magüi Mira de El discurso del Rey (obra antes llevada al cine sobre la vida de Jorge VI de Inglaterra), que le obligó a estar toda la función tartamudeando, como así se comportaba en la vida real aquel monarca.
Tan valoradas series citadas antes, que se emitieron en México, permitieron a Adrián Lastra trabajar en el país azteca. Y como asimismo se programaron en un canal de Miami, allí se radicó algunas temporadas y, a través del canal Univisión tomó parte en Mira quien baila All Star, versión americana de idéntico espacio en España, donde revalidó su condición de experto bailarín. Transcurría 2018 cuando en la Nochevieja del nuevo año vivió una romántica experiencia en pleno Time Square de Nueva York en compañía de la que iba a ser su gran amor, Clara Chaín. Se besaron una vez transcurridas las doce campanadas. Que un año antes ya él las había retransmitido para la antes citada cadena de Univisión.
En aquel 2019 Adrián y Clara se juraron amor eterno. Y desde entonces han convivido en Nueva York, Miami y luego Madrid. Antes de este ello, Adrián ya había tenido otras relaciones, aunque breves, con las muy conocidas Lara Álvarez y Cristina Pedroche. Su encuentro con Clara Chaín resultó más sólido, como se demuestra que lleven ya cuatro años de feliz armonía.
Clara Chaín es quince años menor que Adrián, oriunda de Jaca (Huesca), modelo, actriz y bailarina. Con Adrián ha compartido varios musicales. Muy jovencita, "la pillaron" en aguas de Ibiza en 2014 en "top-less", imágenes publicadas en el semanario Qué me dices.
Adrián Lastra, que el próximo 26 de febrero cumplirá cuarenta años, representó en temporadas últimas otro musical de gran éxito, sobre todo para la grey infantil, Billy Elliot. Ha rodado algunas películas, pero con menos repercusión para él que sus pasos por televisión. Por el momento, es el medio que lo está convirtiendo en un personaje admirado. Dada su complexión atlética, pues practica ejercicios gimnásticos regularmente, espera que en "El desafío" le corresponda la prueba de apnea en una piscina del estudio de Antena 3, al igual que en Telecinco haya de enfrentarse a las de baile. Clara Chaín, que está siempre a su lado, no le quita ojo. Para admirarlo… y para que ninguna "fan" se le acerque demasiado.