Aunque actualmente lleva un vida discreta alejada de los medios de comunicación, en 2008 Alfonso Díez se convirtió en uno de los rostros más populares de nuestro país al comenzar una relación sentimental con Cayetana Fitz-James Stuart, la duquesa de Alba. El médico formalizó su romance con la aristócrata en una austera boda celebrada en 2012, aunque su matrimonio apenas duró dos años pues Cayetana falleció en noviembre de 2014.
Desde entonces se le ha relacionado con otras socialités como Isabel Preysler, a la que le une una gran amistad, y se ha retirado de la vida pública para llevar una vida tranquila y apenas acude a eventos. Hace unos días se pudo ver a Alfonso en una de estas fiestas, donde no solo presumió de un buen estado físico a sus 73 años, sino que también lució un rostro completamente nuevo, rejuvenecido, fruto de algún tipo de intervención o tratamiento estético.
Lo cierto es que el viudo de la duquesa de Alba comenzó a realizarse este tipo de tratamientos hace dos años. La primera vez que apareció con un nuevo aspecto fue en un evento de la Fundación Bertín Osborne donde involuntariamente se convirtió en el protagonista.
Bótox, ácido hialurónico y un posible lifting, aseguran los expertos que son los tratamientos a los que el viudo se habría sometido.
Una vida tranquila y acomodada
Este miércoles Alfonso también asistió al funeral de la princesa Ira de Fürstenberg, fallecida el pasado 19 de febrero a los 83 años. Varios personajes conocidos de la alta sociedad se han dado cita en la Real Basílica de San Francisco el Grande de Madrid para despedir a la actriz. Entre los asistentes se ha encontrado con su amiga, Isabel Preysler quien ha acudido con un impresionante look en color malva.
Actualmente el día a día de Alfonso Díez es tranquilo, está jubilado de su puesto como funcionario en el Instituto Nacional de la Seguridad Social y disfruta de una vida tranquila, ya que tiene dos pensiones que le permiten vivir cómodamente. Aunque, lamentablemente, ha tenido que hacer frente a varios varapalos en estos últimos años: ha perdido en este tiempo a tres de sus hermanos, a los que estaba muy unido. Dos de ellos, además, fallecieron en cuestión de 15 días, lo que provocó que el golpe fuera todavía más fuerte.