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Manuel Benítez 'El Cordobés' quiere torear un festival junto a sus dos hijos toreros

Manuel Benítez, recién cumplido 88 años y quiere celebrarlo en los ruedos.

Manuel Benítez, recién cumplido 88 años y quiere celebrarlo en los ruedos.
Manuel Benítez El Cordobés | Archivo

Manuel Benítez "El Cordobés" festejó el pasado 4 de mayo su octogésimo octavo aniversario en un encuentro familiar, con sus hijos y la mujer de la que desde hace ocho años está muy enamorado, María de los Ángeles Quesada Sánchez. A ella la conocía desde que era muy niña. Tiene veinticinco años menos que él. Era hija de un picador de su cuadrilla. Hay un dato algo confuso al respecto, pues también se asegura que María de los Ángeles contrajo matrimonio con un picador asimismo a las órdenes de Benítez, del que enviudó, sin tener hijos.

Lo que no admite dudas es de lo que ocurrió cierto día 13 de un mes del año 1982 cuando María de los Ángeles entró a robar con un compinche en una finca del mítico torero, "La Mata", que ella conocía muy bien y pudo acceder hasta una habitación donde se apropió de un puñado de joyas y cien mil pesetas en efectivo. La Guardia Civil, una vez puesta la correspondiente denuncia, apresó a los autores del robo y el juez que dictó sentencia condenatoria los envió a la cárcel de Lora del Río. Nunca se conocieron más detalles de lo que sucedió después: ni el tiempo que permanecieron los convictos ladrones tras las rejas, ni si devolvieron la totalidad de lo sustraído, que es muy posible que lo hicieran al haber sido detenidos poco después de aquella acción delictiva.

Lo que ocurrió sorprendentemente treinta y cuatro años más tarde es que Manuel Benítez se enamoró de María de los Ángeles, siendo correspondido, iniciando a su lado una convivencia hasta la fecha muy feliz. Para entonces, en 2016, "El Cordobés" se había separado de su esposa, Martina Fraysse, con quien llevaba medio siglo de vida en común, padres de cinco hijos. ¿Tuvo algo que ver el supuesto comienzo de la relación de Manuel y María de los Ángeles, infidelidad probable que supuestamente habría descubierto Martina? Al ser preguntado Benítez por qué había tomado por compañera a quien robó en una de las fincas del torero, cuando contaba veinte años, se limitó a decir esto, bastante consecuente en cierto modo: "Todo el mundo merece tener una segunda oportunidad".

María de los Ángeles Quesada Sánchez trabajaba de jardinera, después de haber cometido aquel citado delito. Se supone que llevaba una existencia modesta. Lo contrario desde se unió a Manuel Benítez, multimillonario. Pero ninguno de los dos presume de ello. Pasan los días en "Villalobillos", la gran finca de "El Cordobés"; él sólo se preocupa de recorrer sus propiedades, el campo es su vida diaria. Y María de los Ángeles comparte esa misma decisión. Se les ve poco por Córdoba, apenas viajan. Son dichosos cuando Manolo reúne a sus hijos para alguna celebración, como la del ochenta y ocho cumpleaños del cabeza de familia de hace pocas fechas. Recordemos que María de los Ángeles resultó fundamental cuando convenció a Manolo para reconocer a su hijo, Manuel Díaz. Ya cuando éste hubo presentado las pruebas de ADN, un juez lo consideró legalmente hijo de Benítez. Pero faltaba que éste accediera a reconocerlo en público, como ya es harto sabido sucedió. Insistimos que hasta que dio ese paso fundamental, María de los Ángeles no cesó de aconsejárselo amorosamente. "Es un ángel", dijo de ella Manuel Díaz, expresión cariñosa que se relaciona con el nombre de quien ahora pueda ejercer de madrastra, aunque no lo sea legalmente Hace no muchas fechas se celebró un acto en honor de Manuel Benítez en Córdoba, en presencia de Manuel Díaz. Y anunció que estaba dispuesto a organizar un festival taurino en "Los Califas", el coso cordobés, en nombre de la Fundación que lleva su nombre, cuyos beneficios se destinarían a promover ayuda a cuantos jóvenes de su tierra quieren ser toreros. Y se atrevió a decir que a sus ochenta y ocho años recién cumplidos haría el paseíllo junto a sus dos hijos, matadores de toros, Julio Benítez y Manuel Díaz, con la intervención de otros diestros cordobeses.

Lo que pensamos es que, de suceder tal festejo, ver colocarse ante una res, por muy pequeña que fuera, no deja de ser un riesgo a la provecta edad de este mito del toreo. En todo caso, en el supuesto de que ese festival tenga lugar (no siempre Benítez cumple con proyectos parecidos), con verlo hacer el paseíllo junto a sus dos descendientes toreros, ya será suficiente. Y si luego se atreve a dar unos capotazos al becerro que le echen, será historia de la tauromaquia pues que sepamos, si nadie nos corrige, ningún matador de toros de su edad, se ha atrevido a ello en los ruedos.

En Chic

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