Ha vuelto al teatro estos días, para unas breves representaciones en un teatro madrileño, la actriz Pastora Vega, con una comedia titulada "Paso a paso" cuyo argumento gira alrededor de la soledad y el transcurso del tiempo. Lo último que llevó a cabo en un escenario fue una obra clásica junto a María Galiana y Lolita. Pasan los años y Pastora, que ha cumplido sesenta y cuatro, es consciente de que cada vez encuentra más dificultades para que la contraten con personajes a su medida. Coincide en ello con otras colegas: "A la edad que tengo, mis posibilidades para trabajar no son las mismas que los hombres, quienes con los mismos años que yo no encuentran las mismas trabas". Lleva toda la razón, pero así se mueve el mundo del espectáculo, en Estados Unidos, en España y en todo el mundo. En cuanto a su vida íntima, se ha casado una sola vez, es madre de dos hijos de otra relación larga y ha mantenido varias relaciones, la última con el actor argentino Darío Grandinetti, que le ha proporcionado una estable convivencia, que dura ya ocho años.
Pastora Vega tiene un pasado que la liga a la fiesta de los toros y el cante y el baile flamenco. Porque por sus venas circula sangre gitana, proveniente de un matador de leyenda, coetáneo de Manolete, su gran amigo, llamado en los carteles Gitanillo de Triana, que fue su abuelo. Pero es que su bisabuela era Pastora Imperio, que reinó a comienzos del siglo XX y hasta mediados de esa centuria como bailaora de raza inigualable. Tarde o temprano, quizás sin intuirlo Pastora Vega, tenía que irrumpir como artista, porque en principio ella fue educada para no tener nada que ver ni con los tablaos flamencos ni nada parecido.
En efecto: su progenitor, Curro Vega, que regentaba un negocio hostelero, procuró que su hija recibiera una esmerada educación, pagándole sus estudios universitarios hasta licenciarse en la carrera de Derecho. En sus aulas se enamoró de un condiscípulo, Alberto Oliet Palá. Un matrimonio fallido. Cuando en 1984 se unió sentimentalmente a Imanol Arias, el padre de Pastora advirtió al galán que no le pasaría por alto estar con ella como si fuera un pasatiempo. El vasco le prometió tratar a Pastora con todo su amor. No se casaron, y en Google como también en algunas publicaciones aparecen como cónyuges, lo que no ocurrió. Veinticinco años transcurrieron muy unidos hasta que en 2009 tarifaron, tras tener dos hijos, Jon y Daniel, que también son actores. El primogénito ha aparecido junto a su padre en algunas funciones teatrales, es muy atractivo, pasó por televisión en una serie y tiene excelentes condiciones para el arte interpretativo.
La carrera de Pastora Vega como actriz se inició en 1985, aunque prevalecieron en ella sus responsabilidades como esposa y madre, en tanto Imanol Arias no cesaba de trabajar en el cine. Pastora, con el paso de los años, alternó la gran pantalla, la televisión y el teatro. No siendo en principio una actriz vocacional, puede decirse que su trayectoria ha sido notable. A su belleza y fotogenia une su entrega y en la actualidad aparece con frecuencia en el programa de la 1 de TVE "Aquí la tierra".
Una vez separada de Imanol Arias, y sin querer tampoco comprometerse matrimonialmente con nadie, mantuvo una relación sentimental con Juan Ribó entre 2010 y 2015, partiendo de su vinculación en una obra de teatro, la comedia "Relación pornográfica" y otros trabajos juntos. En ese quinquenio se suscitaron comentarios sobre la pareja, aduciéndose que Ribó tenía otro amor. El caso es que en 2015 se dijeron adiós, después de haber protagonizado portadas de revistas del corazón y espacios de programas de color rosa.
Muy poco después, en el año 2016, Pastora Vega encontró al hombre que, hasta la fecha, comparte su vida de manera estable, feliz: el excelente actor argentino Darío Grandinetti, quien aunque viaje de vez en cuando a su país, tiene su residencia en Madrid, compartida con Pastora.
Darío Grandinetti tiene un año más que Pastora: nació en 1959 en Rosario, capital donde desarrolló de jovencito su gran afición al fútbol. Trabajó en diversos puestos, como auxiliar de la Junta Nacional de Granos (donde laboraba su padre), en una empresa cafetera, estudiando Peritaje Industrial y ya en Buenos Aires, muy interesado en el teatro, fue desarrollando lo que sería su futuro. A estas alturas, reflexiona sobre su profesión y dice que no se explica cómo ha conseguido vivir gracias a ella.
Y lo ha hecho con un rigor extraordinario, tanto en el teatro, entre obras clásicas y modernas, series de televisión muy variadas de temática, y películas con acreditados realizadores argentinos. También con algunos españoles, como Pedro Almodóvar, que lo tuvo a sus órdenes en "Hable con ella". Otras de sus películas fueron "Sus ojos se cerraron…", compartiendo protagonismo con Aitana Sánchez-Gijón y Juan Echanove, en un trasunto donde es confundido físicamente con Carlos Gardel. También llevó a la pantalla la vida de Juan Manuel Fangio, su compatriota, famoso as del automovilismo con quien tuve, por cierto, el placer de conversar ante unos micrófonos, donde me confesó que conduciendo su coche por la ciudad, nunca rebasaba el mínimo permitido, jamás lo multaron ni tuvo accidente alguno. Grandinetti se dio el gusto también de aparecer en un docudrama sobre Maradona, el ídolo de tantos argentinos. Otra de sus felices intervenciones cinematográficas fue en la secuela de "Las cosas del querer", donde le disputaba a Manuel Bandera, en su recreación de Miguel de Molina, el amor hacia la cantante de coplas que representaba Ángela Molina, con apasionadas secuencias.
Un año después de que Darío Grandinetti se hubiera convertido en el nuevo amor de Pastora Vega, resultó que coincidió con Imanol Arias en la película "Despido procedente". Puede que se conocieran con anterioridad. No hubo problema alguno entre ambos durante el rodaje, ni por supuesto razones para ello.
El historial amoroso de Darío Grandinetti lo sintetizamos así. Estuvo casado primero con la actriz catalana Eulalia Lombarte Llorca, entre 1989 y 1992, con quien tuvo dos hijos, y en segundas nupcias con la ex modelo y actriz Marisa Mondino, padres de dos hijos, de ellos una niña muerta a poco de nacer, matrimonio que duró entre 1995 y 2006. Después, se le relacionó con una tal Adriana. Hasta que, como quedó dicho, en 2016 se convirtió en pareja de Pastora Vega.