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Sofía Loren cumple 90 años: una gloria del cine, una mujer apasionada

Sofía Loren cumple 90 años y reside tranquila desde hace años en GInebra, onde celebrará esta fecha.

Sofía Loren cumple 90 años y reside tranquila desde hace años en GInebra, onde celebrará esta fecha.
Gtres

Alcanza Sofía Loren los noventa años cuando todavía su físico retiene destellos de su gran belleza. Ha sido una de las más grandes actrices europeas. Toda una estrella, primero por su espectacular anatomía y, conforme iba asumiendo papeles importantes, demostró un talento natural tanto para la comedia como el drama. Su vida particular transcurrió entre una desgraciada niñez, con un padre que no la reconoció legalmente en principio, una lucha por salir de la pobreza, y cuando encontró al hombre de su vida tardó en casarse con él acusada de relacionarse con un bígamo. Hasta injustamente fue a la cárcel, y eso siendo ya muy famosa. Hoy, madre de dos hijos, reside tranquila desde hace tiempo en su casa de Ginebra (Suiza) donde celebrará este nonagenario cumpleaños.

Sofía Constancia Brígida Villani Scicolone vino al mundo el 20 de septiembre de 1934, aunque siempre se sintió napolitana; a esa región la tuvo que llevar su madre a poco de comenzar la II Guerra Mundial, a un pueblo llamado Pozzuoli. Nació de las relaciones de su madre, soltera, Romilda Villani, con un amante de nombre Ricardo Scicolone, padre también de otra niña, a las que abandonó. En Pozzuoli vivieron unos años, en casa de una abuela que regentaba una taberna, y allí Sofía servía comidas y limpiaba platos.

Sofía se consideraba una muchacha fea, demasiado alta y muy delgada. Pero tras ir venciendo esos complejos pudo trabajar como actriz de fotonovelas, los "fumetti" italianos. Su primer novio era un cantante muy atractivo, llamado Achille Togliani, intérprete entre otras canciones de éxito de "Parlami d´amore Mariú". Aún muy jovencita, Sofía estaba muy enamorada de Achille, hasta que la relación fue enfriándose; él la consideró como "un cuento de hadas muy hermoso". Se intercambiaron mucha correspondencia. Las cartas que él guardaba quisieron adquirirlas siendo Sofía ya muy conocida, pero él se negó. Carlo Ponti fue uno de los que no las consiguió.

Ponti, uno de los productores de cine más importantes de Italia, la descubrió cuando formaba parte del jurado de Miss Roma, certamen en el que se clasificó en segundo lugar. En adelante, Carlo Ponti se convirtió en su protector, su Pigmalión, la fue introduciendo poco a poco, desde pequeños papeles en sus películas. Hasta que en los estudios de Cinecittá aquella impetuosa joven, que en principio se hacía llamar Sofía Lazzaro, llegó a ser protagonista de importantes filmes.

Cerca de cien títulos aparecen en su filmografía. Comedias costumbristas dirigidas e interpretadas algunas por Vittorio de Sica, el realizador que mejor la comprendió. Su mejor compañero en los repartos resultó ser Marcello Mastroianni, con quien coprotagonizó títulos inolvidables, como "Matrimonio a la Italia" y "Una jornada particular". De todas sus películas, no todas desde luego alabadas por la crítica, creemos que la mejor fue "La ciociara" (Dos mujeres), que le supuso obtener el Óscar a la mejor interpretación en un filme de habla no inglesa. Su papel iba a interpretarlo Anna Magnani, no lo aceptó y entonces el personaje de la hija en principio pensado en Sofía, pasó a otra actriz y ésta hizo el de la madre. Así se introdujo en la cinematografía de Hollywood después de haberse convertido en una estrella de las pantallas europeas

En España rodó cinco películas. Una, en 1961, fue "El Cid", en el papel de doña Jimena, junto a Charlton Heston. Otra, "Orgullo y pasión", en la que Cary Grant se enamoró de ella, al margen del poco riguroso guion en el que ella abordó el personaje de una guerrillera contra las tropas invasoras napoleónicas. "La caída del imperio romano", rodada en La Rozas, el año 1963, (a medio centenar de kilómetros de Madrid) en los estudios de Samuel Bronston, resultó un fracaso y la ruina de este ambicioso productor.

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Sobre el acoso que Sofía Loren sufría de vez en cuando con sus galanes, aparte de que terminara en la cama con Cary Grant, le paró un día los pies al mismísimo Marlon Brando, que quiso "meterle mano" sin un preludio previo. Y Sofía le amenazó con más o menos estas palabras: "Si te atreves, verás de lo que soy capaz". Acto seguido, él se dio media vuelta. No todo el monte es orégano, debió pensar.

Su relación sentimental con Carlo Ponti se inició en 1965, cuando éste la contrató para la película "La mujer del río", muy estimable. Les diferenciaba, entre otras cosas, unos cuantos años. Del productor, ella decía: "Es el padre que nunca tuve". Sentíase a su lado protegida, ya sin problemas económicos, y así pudo ayudar a su madre. Pero Ponti ya estaba casado con Giuliana Fiastri. Para regularizar su estado civil, celebraron una boda por poderes en México, donde ambos fueron representados por una pareja de abogados. La fecha exacta el 17 de septiembre de 1957. Creía Ponti que con su divorcio mexicano no tendría problemas en Italia, donde el Vaticano tiene sus evidentes influencias religiosas. Dicho lo cual el productor fue acusado de bigamia, quedando sin validez aquel enlace mexicano.

Dada la fama de ambos, sobre todo ya de Sofía Loren, no le favorecía a ésta su situación, pues en algunos sectores era considerada una concubina. Al cabo de un tiempo resolvieron adoptar la nacionalidad francesa, casándose en París, cuando ya desde el Vaticano la pareja pendía de una amenaza de excomunión. El propio Presidente de la República Francesa, George Pompidou, firmó la documentación legal para Carlo y Sofía, desde entonces ciudadanos galos. Transcurría el año 1966.

Famosa en el cine, sin embargo Sofía Loren arrastraba una obsesión continua al no conseguir la ansiada maternidad. Se sometió a numerosas consultas médicas. Padeció dos abortos no deseados. Al fin encontró la solución en la clínica suiza del doctor Watteville. Y así pudo ser madre en 1968, primero de Carletto, luego de Eduardo.

En la década de los 70 el Fisco italiano denunció al matrimonio por haber sacado ilícitamente de Italia diez mil millones de liras. Y en 1982 Sofía Loren fue a parar con sus huesos a la cárcel de Caserta, donde permaneció diecisiete días enjaulada. Una historia que llenó páginas enteras de la prensa mundial. En 2013 la exoneraron, estableciéndose que ese supuesto fraude no lo había cometido, era inocente. ¡A buenas horas, mangas verdes!

Para entonces, ya la filmografía de la estrella fue espaciándose y aunque la siguieron contratando para la gran pantalla, se prestó para trabajar en series televisivas. En esa última etapa, cuando Sofía Loren todavía era un reclamo en las taquillas, intervino en "Prè-à-porter" (1994), "Nine" (2009) un corto dirigida por su hijo Eduardo en 2014 y nuevamente a las órdenes de éste en 2020, "La vida por delante", que es hasta la fecha su última aparición cinematográfica.

He tenido la satisfacción profesional y personal de entrevistar varias veces a Sofía Loren, y saludar de paso a Carlo Ponti (que falleció el 9 de enero de 2007 por problemas pulmonares). La primera de esas ocasiones fue en 1971, cuando la estrella vino a rodar "Bianco, rosso, verde", dirigida por Alberto Lattuada, donde por vez primera se vestía de monja en el papel de sor Germana. Me dijo entre otras cosas: "Lo de vestirme con un hábito es lo de menos. Lo interesante es que ese personaje es fuerte, muy humano. Me pregunta usted sobre mi matrimonio. Consiste en el equilibrio y contraste de pareceres. Carlo es milanés, yo napolitana. Él es un hombre de mucha paciencia, inteligente y un padre formidable".

Aproveché para pedirle al señor Ponti la opinión sobre su esposa: "Precisaría de un mes entero para estar hablando de ella con usted y, si me apura, no sólo le digo que es una buena actriz, sino una gran artista. Se nace o no se nace así, y ella lo es".

¿Cuál fue el día más feliz de su vida, Sofía? ¿Quizás cuando recibió el Óscar de Hollywood? Y la respuesta: "No. Cuando nació mi primer hijo".

Defínase en pocas palabras: "Soy toda ilusión". ¿Qué detesta? "El aburrimiento". ¿Se considera una diva? "No entiendo a las divas, no existen para mí. Yo no lo soy". Y el dinero, ¿qué lugar ocupa en su vida, sabiendo que cobra doscientos millones de pesetas por película? "Tampoco entiendo de dinero. ¿Sabe que yo me siento todavía pobre? No se sorprenda, no. Quiero ser rica en sentimientos". ¿Sigue de cerca la moda? "Para mí no existe. Es cambiante. Cada mujer se viste según sus propios gustos". Cocina en casa, creo. "¡Claro! Mis especialidades, como buena napolitana, son los "spaghettis" y la "pizza". ¿Sabía usted que durante mi primer embarazo me entretuve escribiendo un libro de recetas culinarias?"

A España regresó en 1974, al Festival de San Sebastián donde presentó una película con Richard Burton, "El viaje". La recuerdo siempre afable y atenta con los periodistas. En cambio Burton demostró ser un tipo antipático. Para entonces, Sofía había tenido otro hijo, Edu, ya con dos años en tanto Carletto sumaba cinco.

Con ellos, con su marido, Sofía Loren se instaló en Ginebra donde allí sigue, muy tranquila. Ha comentado que la vida ha sido muy generosa con ella, pero que le ha parecido muy corta. Espera celebrar sus noventa años si es posible con sus hijos. Mientras el primogénito es director de orquesta, el otro ya quedó dicho que es director y productor de cine.

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