
El rapero Sean ‘Diddy’ Combs, imputado por delitos relacionados con tráfico sexual, crimen organizado y trata de personas, se encuentra bajo vigilancia por posible suicidio en el centro de detención de Brooklyn (Nueva York) en el que está bajo custodia desde el pasado lunes 16 de septiembre.
Según la cadena NBC News, que cita a una fuente familiarizada con el asunto, los guardias del Centro de Detención Metropolitano de Brooklyn están monitorizando al músico "de cerca", un procedimiento común que se lleva a cabo con "figuras de alto perfil". "Combs se mantiene fuerte y centrado en su defensa", aclara la fuente contactada por el medio. El Centro de Detención Metropolitano de Brooklyn, que cuenta con más de 1.300 presos, es conocido por sus severas condiciones y por la violencia en sus instalaciones.
Here's the life-changing moment for Diddy: federal agents unexpectedly arrest him in a New York City hotel lobby, possibly marking his last moment of freedom.
As soon as he steps into the lobby, law enforcement moves in, swiftly stopping the music mogul and pulling him away… pic.twitter.com/zrNbIy7xfB
— Shadow of Ezra (@ShadowofEzra) September 20, 2024
El músico, que se declaró no culpable de los tres cargos que se le imputan, permanece internado en este centro después de que dos jueces distintos rechazasen la libertad bajo fianza que pedía su abogado al considerarlo un peligro para la sociedad con alto riesgo de fuga.
La fiscalía acusa a Combs de participar de manera continuada "en un esquema generalizado de abuso hacia mujeres y otras personas". El rapero organizaba asiduamente encuentros sexuales forzados entre mujeres y trabajadores sexuales, llamados "freak offs", que se ‘camuflaban’ en fiestas, podían durar días y normalmente incluían el uso de drogas como éxtasis o ketamina.
Además, se le acusa de ser el jefe de una empresa criminal, Combs Enterprise, cuyos miembros participaban en actividades de tráfico sexual, trabajo forzado, trata de personas, delitos relacionados con estupefacientes, secuestro, incendio provocado, soborno y obstrucción de la justicia, entre otras.
El fantasma de Jeffrey Epstein
El caso de Sean Combs se ha comparado en Estados Unidos con el de Jeffrey Epstein, el magnate que apareció muerto -aparentemente a causa de un suicidio- en una cárcel de Nueva York donde permanecía ingresado a la espera de ser juzgado por explotación sexual y tráfico de menores.
En los documentos descalificados por la juez se encontraban testimonios de víctimas que señalaban a amigos de Epstein como Bill Clinton, Donald Trump o incluso el príncipe Andrés de Inglaterra, que llegó a un acuerdo económico con una de las víctimas. Además salió a la luz una buena lista de poderosas amistades del magnate como Oprah Winfrey, Naomi Campbell o Leonardo DiCaprio, cuya implicación nunca ha sido probada en los delitos por los que se le acusaba.
Como ocurría con Epstein, Sean Combs, uno de los hombres más poderosos de la industria musical estadounidense, siempre ha estado muy bien relacionado. En una de las demandas presentadas contra él, se menciona su relación con personalidades poderosas del país y sus fiestas eran famosas entre la jet set, desde los citados DiCaprio y Campbell hasta sus íntimos amigos Jay-Z y Beyoncé, las hermanas Kardashian o el príncipe Harry de Inglaterra.


