La familia de Camilo Blanes confía en que su detención suponga un antes y un después en sus adicciones
La familia de Camilo Blanes, que ahora quiere ser conocido como Sheila Devil, está muy preocupada porque no se da cuenta que tiene un problema.
"Desesperados". Así están los familiares y amigos de Camilo Sesto Júnior después de su detención la pasada noche del lunes por posesión de drogas. El hijo del cantante pasó la noche en el calabozo tras ser pillado consumiendo cocaína en plena calle. Solo, desorientado y en plena noche.
Estamos acostumbrados a sus idas y venidas y a sus comportamientos estrafalarios. Desde hace tiempo luce una imagen muy deteriorada, se viste de mujer, afirma llamarse Sheila Devil y la penúltima es que su madre es Rocío Dúrcal. Porque la última tuvo lugar el lunes, en la localidad en la que vive, Torrelodones (Madrid).
Camilo había pasado el día con su abogada, que, además de llevar sus asuntos legales, intenta acompañarle para evitar que se relacione con las personas que le llevan por mal camino. Después de cenar, se despidieron, y el joven, en vez de marcharse a casa, quedó con los amigos que, presuntamente, le proporcionan las sustancias ilegales que consume. La Guardia Civil de Galapagar le cazó cuando consumía en una terraza y procedió a su detención porque la cantidad incautada supera el límite permitido para "consumo personal". Ese día además la patrulla no pertenecía al cuartel de Torrelodones, en el que los agentes, que ya le conocen, suelen incluso llevarle a casa como buenos samaritanos.
"Un toque de atención"
Lourdes Ornelas, la madre de Camilo, lleva años intentando que su hijo deje sus adicciones. Sabe que está enfermo, que es un camino difícil. Pero no deja de intentarlo. Le lleva comida, agua. Intenta razonar con él. Pero sabe que es un inconsciente y que lo sucedido responde precisamente a esa inconsciencia. "No se da cuenta de que tiene un problema y por eso actúa así", nos comenta.
Por eso, Lourdes quiere que la detención suponga un antes y un después en su trayectoria, un toque de atención. La ley impide que Camilo ingrese en un centro de desintoxicación. Es un adulto, y como tal, la decisión sólo le corresponde a él. Lourdes se muestra impotente, pero confía en que el arresto le haga recapacitar. No quiere que su hijo entre el la cárcel (habrá que esperar a la resolución judicial pero la cantidad de droga con la que ha sido detenido podría terminar en una condena en prisión) pero sí le gustaría que los jueces le obliguen a entrar en una clínica en la que pueda tratar sus adicciones. Y quiere que sea pronto. "Ayer estaba asustado, pero si esperamos más tiempo se le va a pasar el miedo", nos confiesa desesperada.
Hoy está previsto que la abogada de "Camilín" hable con él para orientarle y, ojalá, para convencerle de que puede salir victorioso de todo esto.
Las famosas obras
Lourdes Ornelas ha sido vista además en la casa de su hijo acompañada por albañiles y algunos periodistas han asegurado que están intentando arreglar los desperfectos que dejan las malas compañías de Camilo que entran y salen de la casa a su antojo. Pero nada más lejos de la realidad: Lourdes nos cuenta que están arreglando la cocina porque tiene 60 años y ya hacía falta una reforma. Tuberías antiguas y fugas de agua que han obligado a levantar el suelo para modernizarlo.
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