
Richard Gere fue padre por primera vez hace un cuarto de siglo cuando se casó con la actriz Carey Lowell, una vez disuelto su anterior matrimonio con la modelo Cindy Crawford. Deseaba el popular actor tener un hijo y la llegada al mundo de ese varón contribuyó a su felicidad conyugal.
Aquel chico acaba de cumplir veinticinco años. Se llama Homer James, dos nombres que fueron los de sus dos abuelos. A los que le añadió otro, Jigme, que en lenguaje tibetano significa valiente. Sabida es la creencia de Richard Gere hacia esa religión cuyo líder es el Dalai Lama. Tanto cuando vino al mundo su primogénito como después en su tercer matrimonio con otros dos retoños, todavía en edad infantil, Richard se ha mostrado siempre como un auténtico padrazo.
Aquel segundo matrimonio del galán naufragó dos años después de nacer Homer. Las diferencias entre Richard y Carey surgieron porque en tanto él prefería llevar una vida tranquila, hogareña, esa modelo y actriz sostenía lo contrario, amiga de fiestas y expansiones varias. Su divorcio fue tenso, alargándose hasta 2016; varios años litigando judicialmente porque la pareja no se ponía de acuerdo a la hora de repartir el patrimonio. No habían firmado previamente a la boda la separación de bienes. Más tarde que temprano cedió Gere cuanto pudo, estimándose que su fortuna fluctuaba entre cuarenta y cincuenta millones de dólares.

Pero ¿qué fue del hijo de la pareja? Homer quedó bajo la custodia materna, aunque Richard podía verlo tantas veces como quisiera, lo que así sucedió. No deseaba el actor despegarse del contacto con el chico, al que siempre quiso, atendiendo su educación. Nunca dejó de verlo.
Homer, demostraría conforme iba haciéndose mayor, una inteligencia precoz y avidez a la hora de emprender estudios diversos. Se matriculó en la carrera de Psicología, que terminó, como asimismo cursó estudios audiovisuales. Por si no fuera suficiente se interesó por la Neurociencia Terapéutica en un laboratorio tras licenciarse en la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Brown. Semejante currículo no termina ahí, puesto que últimamente ha escrito guiones cinematográficos, dirigido varios cortometrajes, y protagonizando incluso el titulado "August", en 2022. La música nunca le fue ajena: fue su propio padre quien lo animó a interesarse por la clásica. Él mismo tiene buena voz, ha cantado en público y domina algún instrumento. Homer se ha entusiasmado en esa otra faceta hasta integrarse en una banda "punk" de la que es vocalista y líder. No nos extrañaría verlo cualquier día en Madrid visitando a su progenitor.

