Alcanza Al Pacino en este abril ochenta y cinco años: larga vida dedicada al cine sobre todo, aunque haya realizado también importantes incursiones teatrales. Parte de sus amores los tuvo con actrices de sus películas, una de ellas, la más apasionada, con Diane Keaton, quien recibió calabazas del gran actor cuando ella le pidió matrimonio. Y en ese historial cinematográfico, su mejor amigo es precisamente un colega con el que muchos lo identifican como su mayor rival, cuando incluso los confunden a veces, sin razón física aparente: Robert de Niro. Recientemente se ha dado a conocer en la prensa norteamericana, ignoramos por qué conducto, una carta enviada por Al Pacino a su admirado compañero, con un texto emotivo, felicitándolo por el Óscar que éste obtuvo en 1981 en "Toro salvaje". No es muy frecuente que eso suceda en las gentes de la farándula. Y Al Pacino no es precisamente un actor que se relacione mucho con sus colegas.
En esa misiva, con una letra no muy armónica, el remitente le dice: "Bobby (por Robert), es una obra monumental y una inspiración para mí". El texto ocupa un par de folios, que concluye así: "Con amor. A". Y en el que recogemos lo siguiente: "Fue bueno que nos tuviéramos el uno al otro para hablar de las cosas ya que el peso de la fama era diferente en aquel entonces".
Robert de Niro se hizo más presente en el cine mucho antes que Al Pacino. Se conocieron en 1998. Habían coincidido en el reparto de "El Padrino. Parte 1", año 1974, con la aclaración que no compartieron secuencia alguna. Siendo los dos actores más taquilleros, los productores no llegaron a contratarlos juntos hasta que rodaron "Heat", y luego en 2008 "Asesinato justo", para filmar su hasta ahora última cinta encabezando ambos el reparto en 2019, "El irlandés". Hubo críticas a favor y en contra en esos estrenos.
Hay alguna curiosidad que los emparenta. Pongamos de ejemplo que a Pacino le ofrecieron el guion de "Taxi driver", lo rechazó y ese papel protagonista del taxista nocturno por las calles de Nueva York fue a manos de De Niro. Y si de negativas escribimos de otros títulos, sabemos que tampoco le pareció bien ser el ejecutivo que se enamoraba de una fulana en "Pretty Woman". Lo aprovechó Richard Gere, cosechando uno de sus más acusados triunfos.
Se obstinaba en no escribir sus memorias hasta que se publicaron en 2024 con el título "Sonny Boy". Fue un niño desgraciado, confesando que no había conocido a su padre apenas y esos años, incluyendo la adolescencia, los vivió con su madre y sus abuelos en el peligroso Bronx, barrio maldito de Nueva York, a merced de los delincuentes, con una existencia sórdida, de la que pudo salvarse gracias al cine.
Tenía dieciséis años cuando dejó la escuela secundaria y alquiló un apartamento con su primera novia. Se había procurado el dinero necesario para ello. Convivió con muchas chicas, pues era un seductor, al que una de ellas le ofreció vivienda gratis a cambio de sexo.
Larga es la lista de sus conquistas femeninas, razón por la que nos remitiremos sólo a las compartidas con actrices de renombre. Fue el caso de Jill Clayburg, con quien convivió durante un quinquenio. Cuando Al Pacino se cansó de ella, ésta cayó en un abatimiento tal que le echó en cara dejarla por las buenas, a lo que el actor, con absoluta frialdad, le espetó: "Yo ya he triunfado en el cine, tú no".
Admitió Pacino esto: "He sido deshonesto con las mujeres". Sin duda un machista de libro. Con Diane Keaton fue peor lo que ocurrió. Se vieron por vez primera en el bar O´Neal, en Nueva York, encuentro que ella recordaba así: "Me llamó la atención su nariz tan larga como un pepino". Continuaba así en sus memorias "The again" aquel momento: "Era un hombre que parecía haber sido criado por los lobos, por su conducta salvaje".
Diana Keaton coincidió con Al Pacino en "El Padrino". Y allí ella se enamoró de él, quien mantuvo con ella una relación intermitente. En total transcurrieron veinte años con idas y venidas de la pareja, y hasta ella tuvo un aborto. ¿Decisión de quién? Diane le pidió matrimonio y él se negó rotundamente. La estrella no lo olvidó: "Nunca pude tenerlo, perdí al hombre que nunca tuve".
Ninguna otra actriz de las que se emparejaron con él dejó en Al Pacino las huellas de Diane Keaton. Y con ninguna quiso comprometerse para casarse hasta la fecha. Y ya con ochenta y cinco años no creemos vaya a cambiar de opinión, ésta: "El matrimonio es un estado mental, no un contrato".
Sin él desearlo fue padre de una hija con la llamada Annie Praegar. Y lo mismo le sucedió con otra actriz, Beverly D´Angelo, a la que conoció en un vuelo Los Ángeles-Nueva York, y tuvieron en 2001 dos hijos mellizos. La tercera y última vez que repitió paternidad sucedió en 2022, contando ochenta y tres años. La madre era la productora Noor Alfallah, cincuenta y tres años más joven que él. Pacino no se lo creía a su edad, ya por cuarta vez progenitor. Tanto es así que, incrédulo, pidió una prueba de paternidad. A Noor no debió sentarle bien esa reacción. A los tres meses rompieron esa relación, aunque la reanudaron después. Pero él siguió a lo suyo y también se ligó a la actriz israelí Meital Dohen, quien al poco tiempo se fue de su lado, atacándolo de tacaño y viejo. Lo de ser de la cofradía del puño cerrado es algo consustancial en él, que ya lo comprobaron otras mujeres, como la actriz argentina Lucila Poldak, con la que mantuvo una relación nada menos que de diez años, aunque se veían de tarde en tarde porque ella residía en Buenos Aires. Le regalaba ramos de flores y Lucila también le reprochaba esa mezquindad cada vez que se metían en la cama. "La fama complica las relaciones personales", se defendía él de cuantas críticas recibiera de sus amantes.
Su amplia filmografía registra títulos importantes, de la mejor cinematografía norteamericana. Pero en sus memorias también se sincera de otros fracasos. Llegó a amasar una fortuna de cincuenta millones de dólares y llegó un día en el que los bancos llamaron su atención cuando estaba a punto de tener números rojos en sus cuentas. ¿Cómo es que llegó a esa situación? Él lo achaca, pese a su bien ganada fama de tacaño, que gastaba demasiado, que ignoraba sus propias finanzas y también a un hecho que comprobó: su contable le robaba, lo que llevó a éste a la cárcel, purgando su delito con siete años y medio ayuno de libertad.
¿Qué hizo Al Pacino para recuperar el dinero perdido? Intervino en seminarios, dando charlas a jóvenes actores. Aceptando anunciar una marca de café. Rodando una película sólo por lo que iban a pagarle, sin tener en cuenta su calidad. Y vendiendo algunas de sus casas: aunque era dueño de esas propiedades inmobiliarias, no tenía suficiente "cash", como decíamos.
Le sucedió también una contrariedad nada más terminar de rodar "El Padrino". Y es que la multinacional MGM lo denunció por interpretar aquel papel cuando con anterioridad el actor había firmado un contrato con tan importante productora para una comedia de mafiosos. En el transcurso de ese proceso judicial el actor hubo de pagar una fortuna a sus abogados, que en los Estados Unidos cobran unas minutas elevadas. Le facturaron quince mil dólares de la época.
Pero como Al Pacino siempre ha estado en la cresta de la ola después de esos episodios negativos para su peculio, se recuperó ya que sus contratos en el cine no se han interrumpido. Martin Scorsese siempre lo ha dirigido en distintas etapas de ambos, pues es su director favorito, como para éste lo es también el extraordinario actor. Al que abría que cantarle aquello de un viejo charlestón que interpretaba una mujer, cambiándole la letra si la interpretara un varón, en este caso él: "Solo en la vida / soltero y solo en la vida…"