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Paul Hogan, de ser 'Cocodrilo Dundee' a vivir a sus 85 años pendiente de una máquina

El popular actor Paul Hogan, conocido por su papel en ‘Cocodrilo Dundee’, padece una enfermedad renal severa.

El popular actor Paul Hogan, conocido por su papel en ‘Cocodrilo Dundee’, padece una enfermedad renal severa.
Cordon Press

Las series de televisión y el cine han creado héroes, ídolos, iconos o como se quiera llamarlos. Uno de esos personajes míticos en la gran pantalla fue el protagonista de "Cocodrilo Dundee", un canadiense llamado Paul Hogan, que se hizo muy popular en todo el mundo en la segunda mitad de los años 80. Desgraciadamente lleva ya un tiempo alejado de las cámaras, víctima de una enfermedad que lo tiene pendiente de una máquina, débil, sin apenas fuerza. Se casó tres veces, padre de seis hijos; dos de ellas con la misma mujer. Ahora que es víctima de esa cruel jugada del destino, abandonada su salud de antaño, está prácticamente solo, únicamente acompañado del menor de sus hijos. La vida para aquel aventurero siempre teniendo a mano un machete gigante es hoy un doloroso viaje en su final incierto, contemplando los días en la cama o en silla de ruedas con pocas ganas ya de ver salir el sol cada mañana.

Paul Hogan tiene en la actualidad ochenta y cinco años, natural de Sidney, Australia, donde nació el 8 de octubre de 1939. Lo de ser actor fue en él una pirueta en la que jamás había pensado, pues sus estudios lo llevaron a ser aparejador, interviniendo como tal en la construcción del puente de Nueva Gales del Sur, obra importante en su país de origen.

Paul tenía un físico llamativo. Y de la noche a la mañana un cazador de caras nuevas en el cine llamó su atención, proponiéndole debutar en la pantalla. Hogan se lo tomó un poco a broma, pero luego resultó que sería el medio de ganarse la vida estupendamente, ganando millones de dólares cuando se estableció en Los Ángeles para rodar su primera película en 1986, "Cocodrilo Dundee". Fue tal el éxito que la productora hubo de continuar filmando varias secuelas: la de 1988 fue "Cocodrilo Dundee 2". Ni qué decir que solo con esos dos títulos Paul Hogan, con su sombrero tejano que parecía no quitárselo ni para dormir, fue considerado uno de actores de Hollywood que más dinero daba a ganar a la industria cinematográfica. Él decía que no ganaba tanto como se creía, que si esas películas arrojaban ganancias millonarias, a él apenas le quedaba un pequeño porcentaje. Suficiente, desde luego, para llevar una existencia feliz y sin problemas económicos. Ya decimos: con sólo dos películas.

Como quiera que lo de "Cocodrilo Dundee" dejó marcado a Paul Hogan, directores y productores no querían contratarlo para otras películas porque el público lo hubiera identificado siempre con aquel personaje de ficción. Y así ocurrió que en 1996 le ofrecieron otra historia que también tuvo un notable recorrido en los cines: "Flipper". Paul Hogan pudo mantener su "status" de actor taquillero durante unos pocos años más.

Pero ya con el nuevo siglo XXI su estrella fue dejando de brillar. Y él, que también era productor además de protagonista, resolvió "resucitar" a Cocodrilo Dundee, una vez en 2001 y mucho más tarde también, en 2020, ya en el ocaso de su carrera. Ese par de secuelas no le aportó gloria alguna ni tampoco ganancias.

En Sydney, Paul Hogan, muy atractivo, concitaba la admiración femenina. Y quien conquistó su corazón sería una muy guapa Noelena Edwards con quien se casó en 1958, lejos todavía de la entrada de Paul en el cine. Matrimonio enamorado que duró en su primera etapa hasta 1981. Y decimos tal cosa porque un año después ambos se echaron de menos, conviniendo una segunda boda en 1982. El matrimonio se rompió definitivamente en 1989, tras haber sido padres de cinco hijos. Ya por entonces él se había convertido en un astro cinematográfico.

Fue en 1990 cuando sintiéndose en soledad Paul Hogan fijó su mirada en su compañera de las dos películas de "Cocodrilo Dundee", la actriz Linda Kozlowski. Se casaron en 1990, fueron padres de un varón, hasta que se divorciaron en 2014. ¿Era Paul Hogan un seductor que le era infiel a su esposa? La pregunta queda en el aire.

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Paul Hogan en 2021

Un suceso acaeció en 2010: la madre de Paul Hogan falleció entonces en Sidney, a la edad de ciento un años. El actor, como es natural, acudió a las exequias. Y cuando quiso regresar a su residencia en Los Ángeles, las autoridades canadienses se lo impidieron. ¿La razón? El fisco le reclamaba ciento cincuenta millones de dólares (alrededor de ciento cinco millones de euros). Defendió Hogan como pudo esa circunstancia que le impedía volver a su lugar de trabajo. Al final, llegó a un acuerdo, pese a que él se defendía aduciendo que siempre había cumplido a la hora de satisfacer sus impuestos. Y así, pudo al fin regresar a California.

En la segunda decena del siglo XXI el nombre de Paul Hogan ya se había ido desvaneciendo y los productores de Hollywood lo tenían poco menos que olvidado del todo. Coincidió ese descenso con la aparición de una grave enfermedad, que empezó a minar su hasta entonces buena salud. "Tuve un problema en la aorta del riñón – contaba el actor – y fui perdiendo toda mi grasa corporal y todos mis músculos; estoy casi sin fuerzas, me noto muy débil…"

Continuaron progresivamente sus males, al punto de que intentar abrir, por ejemplo, una lata de conservas, le era imposible. Desde el inicio de la enfermedad renal empezó a recibir el imprescindible tratamiento, que pudiera aliviar sus continuos inconvenientes para cualquier faena cotidiana. Lleva una dieta hipercalórica. Tan delgado está que tiene frío a todas horas. Por si fuera poco hace ya tiempo que le pusieron un marcapasos.

La prensa norteamericana, sobre todo la que ejerce en Los Ángeles, no informaba sobre Paul Hogan, por la sencilla razón de que se le tenía por desaparecido por decisión propia. Unas declaraciones del actor recientemente han dejado claro por qué había preferido esconderse de los medios informativos: está irreconocible.

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