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Gabilondo le otorga a Iglesias su bendición

El veterano periodista sólo discrepó de Iglesias en las críticas de Podemos a la generación que hizo la Transición.

El veterano periodista sólo discrepó de Iglesias en las críticas de Podemos a la generación que hizo la Transición.
Pablo Iglesias e Inaki Gabilondo

El líder de Podemos tuvo este domingo de invitado en su programa de entrevistas nada menos que a Iñaki Gabilondo, uno de los periodistas más importantes de nuestra historia reciente, cuya larga y fecunda trayectoria ha decidido prolongar con un videoblog en el diario El País, donde coloca a diario unas homilías deliciosas bajo el rótulo "La voz de Iñaki". Si el título para la sección de Gabilondo en la web de Prisa no es ciertamente original, qué podemos decir de los programas de la productora de Pablo Iglesias para la web de Público TV: Otra Vuelta de Tuerka (dirigido y presentado por el propio líder supremo), En Clave Tuerka, Tuerka News, Tuerka Distrito Federal y, en un arrebato de originalidad cercano a la locura: El Tornillo. En fin, lo normal en un partido que pone la imagen de su candidato en las papeletas electorales, para que no queden dudas de que se trata de un movimiento asambleario, ciudadano y superdemocrático a rabiar.

Pablemos es incapaz de prescindir de ese tonillo autosuficiente tan próximo a la cursilería que ya se ha convertido en su principal seña de identidad, aunque hay que reconocer que anoche intentó reprimir sus alardes de afectación porque, coño, estaba entrevistando a Iñaki, un respetito. Gabilondo por su parte actuó como el viejo maestro curtido en mil batallas, que se ve en la obligación de reprimir el fervorín revolucionario de las nuevas generaciones para evitar errores difíciles de reparar. Iñaki está de acuerdo con pablemos en que hay que acabar con la casta y con la izquierda traidora vendida al neoliberalismo, pero hablando bajito y pidiendo las cosas por favor, sin violencias ni malos modos.

Pablo Iglesias, al que últimamente riñen todos los periodistas excepto Jesús Cintora, recibió anoche la correspondiente reprimenda de Iñaki, al que también le cuesta evitar esos modos de cura progre empeñado en salvar al pecador que todos llevamos dentro. Gabilondo no ve bien que se cuestione a la generación que hizo la GTE (Gloriosa Transición Española), porque trajo la democracia, la sanidad, la educación pública y modernizó el país pero, sobre todo, porque él formaba parte de ella y no va a tolerar que unos niñatos le enmienden la plana a estas alturas de la función.

Gabilondo pidió a Iglesias que trate con respetito la obra de la GTE y a sus protagonistas; en lo demás está de acuerdo, incluido el que llevar a la cárcel a Arnaldo Otegui por colaborar con la ETA fue "un disparate". Ahora bien, la larga conversación entre los dos titanes del pensamiento, el periodismo y la política tuvo momentos de gran intensidad de los que ninguno de los dos pareció darse cuenta. Uno de ellos fue cuando Gabilondo relataba con repugnancia cómo era el periodismo en la España del franquismo, cuando sólo había medios de comunicación públicos, y Pablo Iglesias asentía también con asquito en lugar de hacerlo de manera efusiva, dado que defiende que la existencia de medios privados socava el derecho de información. O cuando Gabilondo criticó como uno de los grandes males de nuestro país el que las licencias de radio y televisión las concedan los políticos, un argumento típico de los partidarios de la libertad de empresa, que tampoco suscitó ningún reproche del líder político que defiende que la información es un derecho democrático que tiene que ser ordenado por la autoridad estatal.

La entrevista también sirvió para que nos enteráramos de quién fue el autor del mensaje de SMS que desencadenó la oleada de manifestaciones ante las sedes del PP en toda España la noche del 13 de marzo. ¿Adivinan? ¡Exacto, fue él! Pablo Iglesias, junto con un grupo de demócratas de la Universidad Complutense, que decidieron organizar un flashmob superdemocrático para que Aznar no se fuera "de rositas" después de los atentados del 11M. En todo caso, explicaron ambos, las concentraciones ilegales ante las sedes del Partido Popular no cambiaron el resultado de las elecciones del 14 de marzo. De hecho, Gabilondo contó que unos días antes la ya exministra Ana Mato le confesaba que si la campaña electoral duraba unos días más Zapatero iba a ganar fácilmente a Rajoy, cosa que finalmente sucedió con las consecuencias que ahora todos disfrutamos.

El programa sólo tuvo un momento reprochable al final, cuando Iglesias dejó en mal lugar a Ana Pastor porque en el repaso televisivo que le metió hace dos semanas en La Sexta no paraba de consultar el guion en lugar de mirarlo a los ojos como siempre hace Iñaki. Ya le llegará su hora a esa presunta periodista vendida al capital, ya, en caso de que Podemos se alce con la victoria en las elecciones generales del año próximo como vaticinan algunas encuestas. Contando desde anoche con la bendición del Padre Iñaki, a ver quién para ahora a Pablo Iglesias en su viaje a La Moncloa.

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