La surrealista entrevista a Quim Gutiérrez y Ernesto Alterio en 'El Hormiguero' con cuatro interrupciones

Quim Gutiérrez y Ernesto Alterio visitaron anoche El Hormiguero para presentar Un funeral de locos, la nueva comedia de Manuel Gómez Pereira que se estrena en cines este viernes 11 de abril. Lo que debía ser una entrevista habitual terminó siendo una de las entregas más caóticas del programa de Antena 3.

"Hoy en El Hormiguero hemos organizado nuestra propia premiere", anunció Pablo Motos al inicio del programa, sin anticipar que lo que venía a continuación sería de todo menos previsible.

Las irrupciones

La entrevista apenas había comenzado cuando Motos anunció la presencia inesperada de Inma Cuesta, que en la película interpreta a la prima de los protagonistas. "Estamos pasando la noche con dos de los protagonistas. Con tres, porque me dicen que tenemos por aquí a Inma Cuesta", explicó Motos, dando paso a la actriz. Cuesta apareció entre risas: "Perdón por la interrupción, que yo vengo al estreno y no sé por qué puerta he entrado que he acabado aquí".

Minutos después, el presentador volvió a interrumpir a sus invitados para informar de una nueva visita sorpresa: "Me están diciendo que está Belén Rueda por aquí…". La actriz, que en la película interpreta a la madre de los protagonistas, entró en plató vestida de negro, en sintonía con el título del filme.

La noche continuó con una tercera aparición inesperada: la de Antonio Resines. El actor veterano se sumó brevemente a la conversación, dejando tras de sí el comentario más espontáneo del programa. "Con Antonio nunca sabes si te va a dar un abrazo o una colleja", dijeron entre risas sus compañeros tras su salida del plató.

Ya en la sección científica del programa, cuando parecía que no habría más sorpresas, Arturo Valls irrumpió en el estudio, completando el plantel de actores de Un funeral de locos y cerrando una noche completamente fuera de lo común.

La sucesión de interrupciones acabó por convertirse en una especie de "homenaje improvisado" a la película que se presentaba. Con un ritmo frenético, el programa de Pablo Motos reflejó, casi sin querer, el espíritu caótico y cómico de Un funeral de locos.