
Cuando uno se imagina un bebé su mente lo idea dormido con un chupete puesto, llorando o en brazos de la madre o cualquier familiar. No obstante, el chupete ha sido siempre un tema que ha generado gran controversia en la sociedad. Entre los motivos de esta problemática destaca que su uso prolongado puede formar parte de la deformación de la boca del niño, otitis media e incluso trastornos en el habla. Sin embargo, si se abandona a tiempo, el chupete tiene sus beneficios, como reducir el riesgo de muerte súbita del lactante.
Pero, ¿Qué es el chupete? El chupete es un objeto pequeño y suave que, a primera vista, parece cumplir una función sencilla: calmar al bebé chupando. Sin embargo, su utilidad y propósito van mucho más allá de simplemente proporcionar consuelo, tanto es así que el chupete es una herramienta multifacética que puede desempeñar varios roles importantes en el desarrollo y bienestar de los bebés. Chupete en inglés se dice pacifier (pacificador) y también dummy (tonto, maniquí, ficticio). Este idioma parece bastante clarificador de lo que significa un chupete para un bebé y su natural instinto de succión. De lo que no hay duda es de su capacidad para relajar a un niño inquieto.
Por todo ello, por norma general, el uso del chupete se encuentra muy arraigado en las sociedades desarrolladas, ya que calma el llanto del bebe, le ayuda a conciliar el sueño, y reduce el estrés y el dolor en procedimientos desagradables, situaciones que provocan preocupación y ansiedad en los padres. Por ello, muchos profesionales sanitarios y la sociedad en general piensan que son inofensivos e incluso beneficiosos y necesarios para el desarrollo del lactante, pero su utilización es motivo de controversia entre los profesionales, algunos de los motivos son que su uso se ha relacionado con el acortamiento del tiempo de amamantamiento y dificultades en la lactancia, el aumento de frecuencia de otitis media, problemas dentales y riesgo de accidentes.
Sin embargo, estudios recientes relacionan su uso, particularmente durante el sueño, con disminución del riesgo de muerte súbita del lactante. Otros beneficios están relacionados con su efecto analgésico y con el estímulo de la succión no nutritiva en niños pretérmino y a término. No obstante, con mucha frecuencia se han destacado las posibles consecuencias negativas que su uso podría causar en los niños. Pero también hay quienes defienden su empleo, sobre todo a partir de que, hace algunos años, el chupete comenzara a mencionarse como posible factor preventivo contra el síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL). ¿Qué dicen los expertos?
En primer lugar, no hay que olvidar que el chupete puede actuar como una fuente de consuelo y seguridad para los bebés. El motivo es que la succión es un reflejo natural que los bebés desarrollan desde una edad temprana, y el chupete puede ayudar a satisfacer esta necesidad de manera no nutritiva. Por lo que ofrecer un chupete puede calmar al bebé cuando está inquieto, lo que puede ayudar a los padres a lidiar con situaciones en las que el llanto del bebé es incontrolable.
Además, en niños alimentados con sonda nasogástrica, el chupete al estimular la succión y la deglución, puede ayudar al paso a la lactancia. Incluso en bebés prematuros, su uso se ha vinculado con una mayor ganancia de peso, un mejor tránsito intestinal y el alta hospitalaria más temprana. El reflejo de succión es el que hace que muchos bebés se lleven el dedo a la boca, incluso desde antes de nacer: algunos incluso nacen con un callo en el pulgar, debido a la intensidad con que lo chupan, en tal sentido, se suele decir que el uso del chupete es positivo, ya que se le puede quitar al bebé en cualquier momento, a diferencia del dedo, que el niño siempre sabrá dónde encontrar.
Incluso, el chupete puede tener un impacto positivo en la reducción del riesgo de síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL), tanto es así que algunos estudios sugieren que el uso del chupete al dormir puede ayudar a mantener las vías respiratorias abiertas y reducir el riesgo de asfixia, lo que hace que el bebé respire de manera más segura.
Pero la Asociación Española de Pediatría (AEP) cuenta que sus principales beneficios son otros ya que, por ejemplo, está demostrado que el chupete disminuye la estancia de los niños prematuros en los hospitales y el riesgo de muerte súbita infantil. El síndrome de muerte súbita del lactante se define como la muerte repentina de un niño de menos de un año cuya causa no puede ser explicada después de una minuciosa investigación. Colocar al bebé boca arriba es quizá el factor protector más conocido, pero el uso del chupete durante el sueño, sea nocturno o diurno, es otro.
Sin embargo, es importante destacar que el uso del chupete debe ser moderado y controlado ya que el uso excesivo del chupete puede estar relacionado con problemas dentales a largo plazo, como malformaciones en la mandíbula o problemas en la alineación de los dientes. Además, la introducción del chupete no debe interferir con la lactancia materna, que es fundamental para la nutrición y el vínculo entre la madre y el bebé.
Cuándo ofrecer el chupete a los bebés
En este sentido, hay que dejar claro que se debe evitar durante los primeros días de vida en los recién nacidos amamantados. La razón es que, como la forma de succionar el chupete es diferente a la de succionar el pecho, el uso del chupete hace más difícil que el bebé aprenda a mamar de forma eficaz. Esto puede producir que al bebé le cueste más agarrarse al pezón, lo cual tiene dos consecuencias negativas: que no obtenga toda la leche que necesita, y que no gane peso o incluso lo pierda, y que los pezones se agrieten, causando dolor. Por tanto, el chupete debe introducirse cuando la lactancia ya se ha establecido, algo que suele suceder entre las 4 y 6 semanas de vida del bebé.
Riesgos del uso prolongado del chupete
Uno de los mayores riesgos del uso del chupete más allá del tiempo recomendado son las deformaciones en la boca del niño. Si este hábito se extiende hasta los seis años de edad, los problemas son variados como que los dientes centrales inferiores se desvían hacia dentro, mientras que los superiores se separan y desvían hacia fuera. Además, las arcadas dentarias inferior y superior pierden la alineación correcta y dan lugar a una mordida alterada, cruzada o abierta. Y también el paladar se deforma y estrecha.
Otros investigadores han señalado otros riesgos, como posibles trastornos en el habla. Según un trabajo realizado por científicos de Estados Unidos y Chile, los niños que usaron chupete durante tres años o más tuvieron hasta el triple de probabilidades de padecer dificultades para pronunciar ciertos sonidos o palabras. Tales problemas se debieron, según la hipótesis de los investigadores, a que la presencia del chupete impidió que algunos músculos de la boca se desarrollaran con normalidad.
También se ha señalado como un posible riesgo del uso del chupete la aparición de otitis media. Un estudio estimó que las posibilidades de padecer este problema serían de un 20% a un 30% superiores en los niños que usan chupete en relación con los que no. Sin embargo, esta afección es muy infrecuente durante el primer año de vida, por lo cual, si se tiene en cuenta el consejo de los pediatras de no llevar más allá de los doce meses de vida el uso del chupete, este riesgo aparece como improbable.
Ventajas del chupete
- Satisface el reflejo de succión: La primera ventaja de un chupete es que satisface la necesidad de un bebé de mamar. Mientras que el pecho o el biberón pueden satisfacer esta necesidad, los chupetes pueden ayudar a calmar al bebé entre las sesiones de alimentación. Pero hay que tener en cuenta que los chupetes no se deben usar ni como reemplazo, ni para retrasar las comidas.
- Calma al bebé durante los procedimientos dolorosos: Si el bebé debe vacunarse o hay que extraerle sangre, un chupete es una excelente manera de reducir el dolor y mantenerlo tranquilo en la consulta del pediatra.
- Ayuda a que el bebé se duerma: Los padres a menudo se preguntan "¿el bebé puede dormirse con el chupete?". Definitivamente, el chupete puede usarse para ayudar al bebé a quedarse dormido, justo antes de la siesta o después de una comida. El motivo es que la mayoría de los bebés encuentran relajante la succión.
- Se puede controlar su uso: A diferencia de si se habitúa a chuparse el dedo, se puede controlar cuándo el bebé usa un chupete. Esto da la capacidad de limitar el uso, o quitárselo. También facilita romper el hábito cuando llegue el momento.
Desventajas del chupete
- Confusión con el pezón: Si bien la "confusión con el pezón" es una preocupación para muchos padres, no hay evidencia científica real que la respalde. Sin embargo, se recomienda que se espere hasta que el bebé se esté amamantando bien antes de ofrecerle un chupete, que suele ser alrededor de las tres o cuatro semanas de vida.
- Se caen fácilmente: Los chupetes tienden a caerse o escupirse fácilmente al suelo, lo que exige una limpieza adecuada antes de volver a colocarlos en la boca del recién nacido.
- Recurso limitado: ¿Qué pasa cuando un recién nacido está acostumbrado a su chupete y lo pierde? Que el bebé puede estar más irritable cuando necesite su chupete. Si se va a confiar en los chupetes para satisfacer las necesidades de succión del bebé, hay que asegurarse de tener algún chupete de repuesto en caso de que el bebé lo pierda.
- Problemas con los dientes: Tal vez esta sea una de las preocupaciones más comunes entre las nuevas madres que sopesan si usar un chupete o no: el efecto del chupete en los dientes. Es cierto que el uso inadecuado o prolongado de un chupete puede provocar problemas dentales, incluyendo problemas de alineación de los dientes.

