
La repostería se puede llegar a complicar mucho para conseguir sabores y texturas de lo más innovadores, pero la repostería tradicional siempre se ha nutrido de las más sencillas combinaciones de ingredientes, los que ha habido más a mano, para crear auténticas delicias llenas de sabor y tradición.
Esta receta de panna cotta es todo un clásico de la repostería italiana, aprovechado un ingrediente tan delicioso y básico como la nata y simplemente cuajándola con gelatina, aportándole además un ligero toque dulzón. Es un postre que se sirve frío o a temperatura ambiente y se parece al flan aunque la panacota tiene una textura más cremosa.
Lo mejor de todo es que, partiendo de esta receta básica, se puede aromatizar con frutas, jugos, infusiones o incluso queso y siempre queda espectacular. Es, sin duda, un postre ideal para disfrutar en Navidad junto con la familia o amigos, además, es muy sencillo y muy versátil. Apunta esta receta de panna cotta geométrico y sorprende estas fiestas a tus familiares.
Ingredientes (para seis raciones):
- tres caquis
- dos gelatinas neutras
- 250gr de queso mascarpone
- dos cucharaditas de cacao puro en polvo
- 350ml de nata líquida
- un yogur griego
- 150gr de chocolate 85%
- seis dátiles
- 200gr de frambuesas
- 200ml de nata para montar
Preparación:
A la hora de prepararlo lo primero que debemos hacer, y como punto importante, debemos colocar los vasos en los que vamos a servir nuestra panna cotta unos encima de otros, inclinados y apoyados sobre servilletas de papel para que no se muevan.
Empezamos con la parte del chocolate. Lo primero que debemos hacer es calentar en un cazo la nata junto al chocolate, después echamos dos hojas de gelatina y, cuando esté todo disuelto y bien mezclado lo echamos en los vasos ya colocados. Dejamos enfriar durante una hora en la nevera y seguimos con la panna cotta de frambuesa.
Para la parte de las frambuesas necesitamos es la nata, pasta de dátil que sirve para endulzar, una vaina de vainilla, las frambuesas trituradas y dos hojas de gelatina. Hacemos igual que con la de chocolate, mezclar primero la nata y las frambuesas junto con la vainilla y después echar la gelatina. Lo calentamos todo en un cazo y, una vez listo, lo echamos en el vaso que previamente hemos girado para que nos queden dos triángulos de colores. Lo dejamos una hora en la nevera.
Como último paso nos queda montar la nata junto con el mascarpone y, si se desea, edulcorante. Cuando lo tenemos bien mezclado nos ayudaremos de una manga pastelera para echarlo en la parte de vaso entre la panna cotta rosa y la marrón. Nos queda decorar, que puede ser con sirope de fresa, de chocolate, frambuesas... lo que se desee, y a disfrutar.

