
Hay muchas formas de preparar un café de calidad, dependiendo de las costumbres de cada cultura, de la cafetera que se utilice y de los gustos personales. Está claro que tener una buena máquina es un primer paso importante, y, por supuesto, se puede invertir todo el presupuesto en una buena cafetera, pero no es lo único a tener en cuenta. De hecho, España está lleno de cafeterías plagadas de maquinaria profesional de las que salen bebidas que son más purgantes que cafés.
Seguro que más de uno reconoce alguna de estas frases, o suyas o de gente de su entorno: "No funciono antes de tomar café en la mañana" "no me hables antes de que me tomé mi café", esta y muchas otras frases son repetidas una y otra vez por los adultos agotados del mundo, pero no se trata solo de tomarlo porque da energía, sino por su sabor y por el placer que se siente al dar el primer trago de esa bebida caliente que llena cualquier lugar con el mejor aroma.
Hacer un buen café es un arte y tomarlo es bueno para la salud, si no se hace bien se puede terminar con algo quemado, con sabor amargo o "aguado", y por eso la mayoría de las personas decide comprarlo en lugar de prepararlo en casa, aunque eso implique un gasto extra o tener que esperar unas horas para poder probar la primera taza.
Todos sabemos que los baristas son expertos en el tema, ellos entrenan y practican por un tiempo hasta convertirse en maestros preparando las mejores tazas con todo y un poco de arte con espuma. Es por ello que son los que mejores consejos pueden dar acerca de un buen café. Al parecer, los expertos ofrecieron dar las claves para hacer buen café en casa, porque saben que a veces no se puede llegar hasta ellos por muy diversos motivos. De acuerdo con los expertos, hay consejos/secretos que aseguran que vas a preparar el mejor café todas las veces.
- Comprar buen café natural y olvidar el torrefacto
Hay diferentes variedades de café pero las más consumidas en todo el mundo son dos: arábica y robusta. El arábica contiene menos cafeína y proporciona un café más suave con aromas afrutados. Los robustas tienen más cuerpo, son algo más amargos, concentran una mayor cantidad de cafeína y se suelen percibir como más fuertes de sabor. También se pueden encontrar mezclas de ambas variedades en diferentes proporciones.
Sin embargo, de lo que hay que huir para siempre es del torrefacto, un crimen contra el café de calidad. Además, a pesar de lo que mucha gente sigue creyendo, no contiene más cafeína porque parece que es más "fuerte". Sencillamente es más amargo porque se mezcla con azúcar, que al calentarse se carameliza y se quema, destrozando las cualidades del café. Por ello, lo más importante es que el café elegido siempre sea café natural.
- Comprar café de grano entero
Los granos de café son una materia prima delicada que empiezan a perder propiedades cuanto más procesados están. Por eso es conveniente comprar café en grano para molerlo en casa, ya sea con una cafetera automática o con un molinillo que se compre aparte.
El café comienza a liberar sus aromas desde el mismo momento en el que se muele, perdiendo así sabor. Además le afectará más el contacto con la atmósfera, el aire y la luz. Es una pena comprar buen café que a los pocos días ya habrá perdido parte de sus aromas y de su cuerpo por estar molido antes de tiempo.
- Comprar una pesa
No, no es para saber si se ha subido de peso, es para poder tener una medida más exacta del café, esto hace que se logre el mejor sabor y la mejor concentración de café para que no se pase o quede demasiado ligero. 180 gramos es perfecto para 6 tazas, dicen los expertos.
- Moler solo lo que se va a usar
Para conservar la frescura y sabor del café, es importante que solo se muela la cantidad que va a utilizarse en ese momento, así puede guardarse el resto y usarlo después.
- Guardar el café en contenedores de cerámica
Si, el lugar en el que se guarda también es importante, el café debe almacenarse en lugares que lo protejan del sol, un recipiente de cerámica de color oscuro es la mejor opción ya que lo mantiene fresco. Además, es importante que no se guarde en el congelador ya que eso hace que absorba humedad.
Ya que uno se ha molestado en buscar un buen proveedor de café de calidad, natural y tostado a diario, merece la pena prestar atención a su conservación en casa. En primer lugar: no hay que comprar café de más. Los paquetes de 250 g son ideales si no son muchos en casa, incluso podría comprarse menos si se prepara café con poca frecuencia. Nada de dejarse llevar por ofertas ni acumular grandes cantidades; nos toca hacer viajes frecuentes para comprar si se quiere la máxima calidad.
A la hora de conservarlo siempre se deben buscar recipientes limpios, opacos, herméticos y sin aromas extraños. El calor es muy dañino, por eso hay quien lo guarda en la nevera, aunque salvo en veranos calurosos no es realmente necesario. Elegir frascos de un buen material, con la tapa hermética intacta, que no sean muy grandes, y guardarlos en un armario o en la despensa alejados de la luz solar.
- El agua también es importante
El otro ingrediente fundamental para preparar un café es el agua, y no debería tomarse a la ligera. Es la base de la infusión y debería ser de la mejor calidad posible, ya que un agua mala puede estropear cualquier preparación. Y jamás hay que usar agua caliente para acelerar el proceso, debe calentarse de forma gradual para no afectar al proceso natural de infusión.
Lo ideal es elegir agua mineral en la medida de lo posible, o al menos que no sea un agua dura. No debe presentar olores extraños, debe ser totalmente transparente y mejor de mineralización débil. Si es un agua que al beberla sugiere alguna nota de sabor, mejor desecharla. La temperatura debe ser siempre constante, y en los procesos manuales, se recomienda echar el agua justo antes de entrar en ebullición.
- El método importa
No todas las formas de preparar café son iguales, el aparato que se usa para hacer el café en casa afecta el sabor y la fuerza del café, así que debe elegirse uno que se ajuste a las preferencias de cada persona. Por ejemplo, la prensa francesa da un sabor más intenso.
- Limpiar la cafetera regularmente
No es solo por higiene, los granos de café tienen aceites naturales y, si no se retiran de la cafetera, estos afectan el sabor con cada taza que se prepare, incluso puede llegar a darle un sabor quemado. Por eso es importante limpiarla todos los días.
- Usar especias
Puede darse distintos sabores al café sin usar jarabes y otros productos, simplemente usando especias como la canela o la nuez moscada. También puede usarse un poco de chocolate y otros ingredientes para hacerlo más dulce. La cantidad de mezclas, saludables y no tanto, que pueden hacerse con un café es infinita y depende del gusto de cada persona.
- Poner atención en la leche
No se necesita ir a una cafetería para tener un capuchino, puede comprarse una máquina para preparar la leche de manera casera y conseguir esa espuma desde casa, incluso puede hacerse en el microondas si no quieres invertir en más equipo.
- La taza importa
Sí, hay muchas tazas diferentes con diseños de lo más variado, pero al final lo clásico se impone en cuestión de calidad. Hablamos de tazas para cafés espresso, ristretto o café solo, ya que las demás bebidas pueden adaptarse mejor a otro tipo de recipientes y jugar con ello. El color debería ser neutro, mejor blanco, porque así no afectará a la percepción psicológica del sabor, aunque va en gustos.
Tradicionalmente se usa porcelana porque es un material noble, resistente y porque conserva mejor el calor. El vidrio o cristal permite ver el interior, apreciar los colores y la textura del café, su uniformidad y su crema, pero pierde temperatura rápidamente. Una buena alternativa son las tazas de doble fondo, pero en cualquier caso hay que procurar que no estén frías antes de llenarlas de café. La forma cónica es adecuada para que la infusión caiga con delicadeza sobre la taza, sin salpicar.
¿Qué pasa si se pone leche en lugar de agua en una cafetera?
La advertencia de la organización de consumidores se centra en la cafetera italiana, una de las más populares en los hogares. Como explican, este modelo está diseñado para preparar café que infusiona con agua a presión y más de 100º de temperatura entre 15 y 25 segundos. ¿Qué ocurre si, en lugar de agua, se pone leche en la parte inferior? El resultado está lejos de ser lo que esperabas.
La leche, al contener nata y minerales, no responde como el agua ante las altas temperaturas. Al formarse burbujas, esta se desbordará al hervir y pueden atascar el conducto de salida hacia la parte superior, creando una sobrepresión. Además, aunque funcione bien, la grasa se puede requemar dejando un gusto amargo que afectará al sabor y textura del café.

