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Mitos y verdades sobre el ajo crudo

El ajo es uno de los alimentos más conocidos por sus propiedades medicinales. Sin embargo, en torno a su consumo existen multitud de mitos.

ajo, condimento, dientes de ajo | Pixabay/CC/Anrita1705

El ajo es un ingrediente que ayuda a dar un sabor espectacular a muchísimos platos. Además tiene multitud de beneficios para la salud, sin embargo, existen mitos sobre su consumo que han generado confusión con respecto a sus propiedades.

Si bien es cierto que se trata de un alimento nutritivo y saludable, algunos de los efectos casi milagrosos que se le atribuyen no son ciertos. Al igual que otros alimentos, este bulbo puede contribuir al cuidado de la salud cuando se incluye en el marco de una dieta sana y equilibrada. Y aunque su potencial farmacológico ha sido ampliamente estudiado, ciertos efectos no son más que falsas creencias. Por ejemplo, el ajo cuenta con potenciales propiedades anticancerígenas, sin embargo, no se recomienda su consumo como una prevención del cáncer.

El ajo es una especia muy utilizada en la cocina mediterránea y de otras partes del mundo. A menudo, se emplea para condimentar carnes, pescados, sopas y arroces, entre muchas otras recetas. Además, tal y como lo recopila una revisión en Avicenna Journal of Phytomedicine, su principal compuesto activo, la alicina, le confiere efectos antibióticos, antiinflamatorios, antihipertensivos, hipoglucemiantes, antiproliferativos y antivirales.

De este modo, por sí solo o como terapia complementaria, su ingesta coadyuva en la prevención y el tratamiento de varios trastornos de salud. ¿El problema? Muchos de sus efectos no son tan mágicos como algunos piensan. Incluso, varias de sus aplicaciones se han catalogado como un mito.

Lo que hay que entender es que comer ajo crudo no es malo, en rasgos generales, de hecho, se puede hacer sin ninguna contraindicación, lo que ocurre es que los estudios científicos no están seguros de que comer ajo crudo sea tan bueno para el cuerpo. Aún no se han establecido dosis, ni frecuencia ni los efectos secundarios que pudiera tener un consumo continuado y grande de ajos crudos.

Mitos sobre el ajo crudo

Esto no es un mito, el ajo crudo funciona como antibiótico natural. Esto se debe a la alicina, un compuesto que lleva el ajo y que ayuda a pelear contra diversas bacterias como la salmonela o el E. Coli. Además también se han encontrado efectos positivos para ayudar a la flora microbiana de la placa dental, lo que ayuda a que los dientes estén sanos.

Seguimos con afirmaciones positivas ya que el ajo crudo es un antifúngico natural estupendo, porque los extractos de esta planta provocan una reducción de la necesidad de oxigeno en los hongos, lo que ralentiza su crecimiento e impide la síntesis de ácidos nucleicos, proteínas y lípidos. De hecho, en muchas zonas rurales se utilizan extractos de ajo para combatir las plagas de hongos, ya que son muy efectivos y no contaminan nada.

En este caso sí es un mito ya que el ajo no funciona como un antivirus. Diversos estudios han observado que el consumo de ajo tiene algún beneficio contra la gripe, pero no contra el resfriado u otros virus. Aún quedan estudios por hacer para tener claro si será una ayuda clara contra los virus.

No, el ajo no ayuda a controlar el colesterol. Diversos estudios han demostrado que, si se consume entre medio gramo y un gramo de ajo al día, bajan los niveles de colesterol. El problema es que la bajada es tan pequeña que es insignificante y, con el paso del tiempo, ya no hace ningún efecto sobre este.

El ajo es un gran aliado para controlar la presión sanguínea. El motivo es que el sulfuro que contiene aumenta la producción de ácido nítrico en las venas, lo que provoca una elasticidad mayor y un mejor flujo de sangre. Es por esto que es recomendable tomar un diente de ajo o dos en ayunas si se sufren problemas de presión sanguínea, pero nunca debe sustituirse por la medicación que diga el médico.

Sí, los extractos de ajo contienen antioxidantes que ayudan a prever y combatir enfermedades degenerativas, teniendo un efecto paliativo en ellas. El problema es que habría que consumir grandes cantidades de ajo crudo para notar sus beneficios.

Sí, el ajo es un antitóxico natural. Diversos estudios han demostrado que el consumo de grandes cantidades de ajo funciona como una barrera natural contra metales pesados como el plomo o el mercurio. Además ayuda a tratar los síntomas como el dolor de cabeza o la presión sanguínea alta.

Hay quienes consumen ajo crudo con la idea de purificar o desintoxicar la sangre. El argumento es que los compuestos sulfurosos de este alimento pueden promover la eliminación de las toxinas de la sangre al estimular el funcionamiento hepático.

Pero, ¿es esto cierto? Por desgracia, es otro de los tantos mitos. No existe evidencia científica de que el ajo crudo, el ajo envejecido o cualquier suplemento de este alimento limpie la sangre. Por el contrario, expertos en medicina y nutrición advierten que cualquier cosa que afirme «desintoxicar» es probable que no sirva de nada. La razón es muy simple: tanto el hígado como los riñones se encargan de filtrar la sangre y descomponer las sustancias de desecho.

Uno de los mitos más difundidos sobre el consumo de ajo es que su consumo en ayunas puede ayudar a perder peso. Se afirma que masticar un diente de ajo a primera hora del día, tanto solo como combinado con una cucharada de aceite de oliva o de miel, activa el metabolismo y promueve la quema de grasa. No obstante, estas afirmaciones han sido desmentidas tanto por médicos como por nutricionistas y científicos.

En primer lugar, no existen evidencias de que comer ajo en ayunas tenga un efecto superior que si se toma en otros momentos del día Por otro lado, no hay un alimento o un compuesto que por sí mismo pueda generar una pérdida de peso significativa. El proceso de adelgazar requiere un abordaje multidisciplinar, en el que han de involucrarse nutricionistas, médicos, entrenadores físicos y hasta psicólogos.

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