Cambiar tu ciudad por la de otro: así funciona el intercambio de casas
Esta fórmula de alojamiento, que nació en los años 50 como una solución económica para viajar, vive ahora un nuevo boom en España
Lo que comenzó en la década de 1950 como un truco ingenioso para ahorrar en alojamiento durante las vacaciones se ha convertido en una de las formas más económicas y auténticas de viajar. El intercambio de casas –ceder tu vivienda a otra persona mientras tú disfrutas de la suya– crece año tras año en España. Según datos de HomeExchange, solo en verano de 2024 se registraron más de 420.000 pernoctaciones de este tipo, un 147 % más que hace cinco años.
Esta fórmula, que también se puso de moda tras el estreno de películas como The Holliday –donde las protagonistas intercambian sus viviendas durante las Navidades– puede reducir el presupuesto de viaje entre un 50% y un 70%. Además, ofrece algo que los hoteles no pueden dar: la experiencia de vivir como un local y el confort de un hogar. Y no solo se intercambian casas. Muchos acuerdos incluyen coche, bicicletas o material deportivo, lo que permite viajar más ligero y aprovechar al máximo la estancia.
¿Cómo funciona el intercambio de casas?
La idea es tan original como simple: dos propietarios acuerdan ceder sus viviendas por un tiempo determinado. Puede organizarse de forma privada –mediante redes sociales o conocidos–, aunque esta opción implica más riesgos, o a través de plataformas especializadas.
Algunas de las webs más populares son: HomeExchange, Homelink, People Like Us, Intervac, Love Home Swap o HomeForHome. Estas webs ofrecen verificación de identidad, valoraciones de otros usuarios, seguros y flexibilidad en fechas.
Cabe destacar que existen distintas modalidades para estos viajes. En primer lugar, que sea recíproco, es decir, ambos propietarios intercambian sus viviendas simultáneamente o en fechas pactadas. También se puede prestar la segunda residencia, por lo que quienes tienen una casa de vacaciones pueden ofrecerla sin dejar su vivienda habitual o hacerlo por hospitalidad, de forma que se ofrece alojamiento mientras el otro anfitrión puede hacerlo más adelante y no en el mismo momento. Estas aplicaciones también suelen contar con intercambio de puntos: los usuarios los acumulan al hospedar viajeros y luego los pueden canjear por estancias en otras viviendas.
¿Y si vivo de alquiler?
En caso de estar de alquiler, el intercambio de vivienda resulta más complejo. Hay contratos que prohíben expresamente ceder la vivienda a terceros, por ello lo ideal es consultar al propietario y obtener su autorización por escrito para evitar problemas legales o futuros conflictos.
La clave está en la comunicación previa: fechas, reglas de la casa, uso de servicios, aceptación de mascotas o tareas como regar plantas. Antes del intercambio conviene documentar el estado de la vivienda, guardar objetos de valor y avisar a vecinos de la llegada de huéspedes.
Los huéspedes, por su parte, deben respetar la propiedad y comunicar cualquier incidencia. Si surge un problema grave, las plataformas suelen ofrecer reubicaciones o compensaciones.
El intercambio no se limita a pisos o chalés. Hay quien ofrece casas flotantes, ranchos, faros o caravanas. En cuanto a la duración, es flexible, puede ser desde un par de noches hasta varios meses, especialmente en estancias por trabajo o estudios.
Por otro lado, también se puede disfrutar de alojamiento gratuito gracias al cuidado y limpieza de hogares. Denominado como house sitting –cuidado de casas–, consiste en cuidar y limpiar una casa mientras los dueños están fuera de viaje por trabajo o vacaciones. Plataformas como Trusted House Sitters, Nomador, MindMyHouse o House Carers conectan propietarios con personas que quieran hospedarse en sus casas a cambio de cuidarlas. Los requisitos varían dependiendo del usuario y la plataforma.
El boom del pet sitting
En paralelo al intercambio de casas, gana fuerza una modalidad para los amantes de los animales: hospedarte gratis cuidando mascotas. En el pet sitting –cuidado de mascotas–, el viajero se encarga de alimentar, pasear y cuidar a los animales de la casa a cambio de alojamiento gratuito.
Plataformas como Trusted House Sitters, Rover, Gudog o PetBacker conectan a propietarios y cuidadores, con sistemas de verificación de identidad y valoraciones para mayor seguridad.
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