Cuando ninguno conocíamos lo que era el amor, ni imaginábamos lo que era, pero los dos queríamos descubrirlo. Cuando nos teníamos que esconder. Cuando sentíamos algo fuerte y lo vivíamos en silencio, lejanos de todo y de todos. Pero no nos importaba... porque éramos felices.
Nuestro amor empezó siendo aún unos críos. Se inició con miradas. Siguió con besos. Continuó con ternura, con amor, con deseo. Y avanza, avanza tan fuerte que nada ni nadie puede pararlo, ni contenerlo, ni juzgarlo...
Nadie sabe lo que es este amor. Ni espero que lo sepa porque es solo nuestro, porque nos pertenece, porque nos hace tan felices como el primer día (o más si cabe). Porque es algo que no podemos controlar, ni explicar, porque está cargado de sentimientos y matices que a veces ni nosotros mismos podeos comprender, pero que sabemos que están ahí.
Porque ambos tenemos en mente lo difícil que soy de tratar. Tú siempre me dices que soy única, y eso es lo que te gusta. Pero ambos sabemos que no siempre lo pongo fácil. Pero ahí estás... a pesar de todo, para quererme, para mimarme, para cuidarme...siempre...
Y no todas las veces sé valorar esto. Lo sé. Y lo siento. Pero te quiero, te quiero y te quiero.
Te quiero por todo. Te quiero por tanto. Te quiero cuando estamos juntos. Te quiero cuando no nos vemos. Te quiero cuando discutimos. Te quiero cuando nos miramos y sin hablarnos, nos entendemos. Te quiero cuando ríes. Te quiero cuando callas. Te quiero cuando lloras.
Pero a veces me equivoco. Y no valoro lo suficiente lo que haces por mí. Y luego me arrepiento, porque en el fondo sé que siempre estás, siempre has estado y sé que en todo momento estarás.
Porque nada puede acabar con algo tan fuerte como lo que sentimos, como lo que deseamos, como lo que tenemos. Por eso hoy he decidido escribirte esta carta, más especial que las muchas que te he entregado a lo largo de estos años de relación. Para decirte lo importante que eres en mi vida.
Porque hay personas débiles, como yo, a las que la vida las da personas especiales, importantes compañeros de viaje, que las saben llevar y las hacen sentir la vida de verdad, como me has hecho sentir y disfrutar tú...sólo tú, mi único, mi primer amor.
Se me saltan las lágrimas al escribir estas líneas, pero quiero terminarlas así:
Te quiere, Bea.
