
Limpiar nuestro hogar puede ser un auténtico quebradero de cabeza si no tenemos tiempo suficiente para ello. Sea por el motivo que sea, si no disponemos de las horas necesarias para cuidar nuestra casa, la sensación de desorden y suciedad puede hacer que nos sintamos a disgusto en nuestro propio hogar.
Si tienes tan solo unos minutos para limpiar y quieres sacarles el máximo rendimiento posible, te dejamos a continuación unos consejos y técnicas que te vendrán muy bien para hacerlo de forma eficiente, sin perder ni un solo segundo:
Tecnología
Los electrodomésticos han avanzado enormemente en los últimos años, gracias a nuevas tecnologías que se implementan en diferentes dispositivos, haciendo nuestro trabajo más llevadero.
En el ámbito del hogar, por supuesto, también encontramos todo tipo de novedades, en forma de variados dispositivos que nos ayudarán a llevar a cabo una rápida y eficaz limpieza. Por ejemplo, podemos comprar para nuestro hogar un robot aspirador que trabaje incluso en las horas en las que no estamos en casa.
Robots limpiacristales, aspiradores escoba, lavadoras programables… Cada vez tenemos más opciones disponibles en el mercado y esto complica la elección. Pero no se trata de comprar los productos más avanzados (por lo general más caros), sino de encontrar los que pueden ayudarte a ahorrar tiempo en la limpieza, ya que un exceso de tecnología puede provocar todo lo contrario; que pierdas tiempo programando o aprendiendo a utilizarlo, en lugar de ayudarte a ahorrar tiempo, de ahí la importancia de elegir bien tus compras de productos para hogar.
Productos adecuados
No revisar bien para qué lugares de la casa se debe usar cierto producto o para qué tipo de superficies es aconsejable cierto limpiador, puede conllevar igualmente que la limpieza no sea ni mucho menos impoluta.
Así pues, cerciorarse de que aplicamos lejía para desinfectar en los lugares oportunos o comprar el friegasuelos adecuado en función del tipo de suelo que tenga nuestra casa (cerámico, baldosas, parquet o madera, etc.), es realmente importante a la hora de lograr que todo quede brillante y sin gérmenes, sin tener que repetir el trabajo una y otra vez.
De la misma forma, algo similar ocurre a la hora de aplicar el producto. No es lo mismo utilizar una bayeta normal y corriente que una de microfibra, por ejemplo, que absorbe mucho mejor el polvo. Estos pequeños detalles marcan la diferencia a la hora de poder tener una casa reluciente sin emplear un exceso de tiempo.
Protege tu casa
Cubriendo una serie de superficies que se ensucian de forma habitual, podremos igualmente facilitarnos el futuro trabajo de limpieza. Ponerle una funda al sofá, por ejemplo, sobre todo si tenemos animales en casa, es una buena solución para no tener que pelearnos con los pelos y las pequeñas porquerías que puedan caer en el mismo.
Igualmente, si tenemos algunos objetos grandes o una habitación que sabemos que no vamos a usar en un tiempo, podemos cubrir todo para que no acumule polvo, tirando posteriormente, en el momento en el que necesitemos algo de lo guardado, lo que hayamos usado como capa protectora.
Lo mismo se aplica a cosas pequeñas, como pueden ser los libros, cajas variadas y demás. Podemos meter todo en un armario, incluyendo en el mismo una bolsita antihumedad, para que el gel de silice ayude a mantener todo intacto.
Utiliza la lógica
Muchas veces, el simple hecho de aplicar el sentido común nos puede ahorrar tener que repetir ciertos trabajos. Por ejemplo, cuando limpiamos una pared, debemos hacerlo siempre de arriba abajo, ya que si empezamos por la zona inferior, cuando limpiemos la superior, toda la porquería que no atrape nuestro útil caerá, teniendo que volver a limpiar la zona más baja.
Por el contrario, a la hora de barrer el suelo, será al revés, puesto que si primero limpiamos el polvo de los muebles y luego barremos, es probable que esparzamos suciedad, al pasar la escoba, y por lo tanto tengamos que repasar nuestros muebles. En este caso, es mejor primero barrer (abajo) y luego limpiar el polvo (arriba).
No lo hagas todo en un día
Cuando afrontamos proyectos que sabemos que nos van a llevar mucho tiempo tendemos a procrastinar y dejarlo para más adelante, o simplemente no hacerlo, por la pereza que da el simple hecho de pensar en todo el trabajo que nos queda por delante.
Para que esto no nos pase, siempre será mejor recoger y limpiar día a día que dejarlo todo para una única fecha. Con una limpieza superficial diaria evitaremos que se acumulen grandes cantidades de suciedad que posteriormente serán más complicadas de limpiar.
Para otro tipo de tareas que no es necesario hacer a diario, como puede ser limpiar las ventanas, podemos aplicar la misma máxima, y simplemente limpiar una cada día. Llevando a cabo estas tareas de forma constante evitaremos la pereza que da empezar a limpiar varias habitaciones.
Siguiendo estos consejos, podrás mantener tu hogar limpio y ordenado, sin tener que emplear un exceso de tiempo. Y es que no hay nada mejor que llegar a casa y poder decir "hogar, dulce y limpio hogar".
