
La higiene de cuerpo y cabello está más que asumida, la de las brochas de maquillaje empieza a llevarse a raja tabla, sin embargo, la de los peines y cepillos de pelo es la gran olvidada… De hecho, ¿alguien recuerda cuándo fue la última vez que cambió el cepillo o el peine? Es más que probable que el que se tiene ahora mismo en el cajón sea tan bueno en su función que a uno no se le ocurra que pase a mejor vida, pero quizá sea el momento de comprar uno nuevo.
Aunque no siempre se ve a simple vista, los cepillos del pelo se estropean. Empezando por las cerdas, ya que si uno se fija bien, lo más seguro es que algunas ya no estén y que a otras se les note el uso y eso es una clara señal de que hay que cambiarlo por uno nuevo.
No obstante, siempre se puede alargar un poco la vida del cepillo si se cuida correctamente. De hecho, aunque pueda parecerlo, no es nada extraño limpiar el cepillo con champú, es una buena forma de que aguante durante más tiempo, además es importante que en el día a día, se eliminen los restos de cabello que se quedan en el cepillo.
Otro de los motivos por los que hay que cambiar los accesorios del cabello es que son verdaderos nidos de microbios, normalmente contienen impurezas y restos de productos capilares, por eso, hay que limpiarlos regularmente. ¿Cada cuánto tiempo? Según los expertos, depende de la utilización que se realice de peines y cepillos. A menudo el cepillo plano se utiliza todos los días, para peinarse o desenredar el cabello; mientras que el cepillo redondo sirve normalmente para brushings, por lo que su utilización es más puntual; y finalmente, el peine sirve para desenredar tras los lavados.
Por ello, todos estos utensilios han de lavarse cada semana o, como mucho, cada 15 días. Por un lado, los peines hay que remojarlos en agua tibia con lejía para desinfectarlos correctamente, aclararlo bien y secarlo. En cuanto a los cepillos, planos o redondos, hay que eliminar el cabello atascado y después, utilizar jabón emulsionado con agua y aclararlo perfectamente, finalmente, secarlo con el secador, teniendo cuidado para no quemar los pelos del cepillo.
Un truco que revelan algunos expertos para sacar el cabello atascado en el cepillo (antes de limpiarlo) es pasar el peine por el cepillo para eliminar los restos de pelo y, sobre todo, no esperar a la limpieza semanal o quincenal del cepillo para eliminar estos restos, sino hacerlo después de cada uso.
Pero incluso siguiendo esta rutina de higiene con peines y cepillos hay algunos expertos que aseguran que un cepillo usado a diario sería recomendable cambiarlo al año, ya que las cerdas suelen dañarse en la punta y pueden herir el cuero cabelludo.
¿Cómo limpiar un cepillo de cerdas naturales?
Los cepillos de cerdas naturales pueden ir acumulando grasa, pelo, restos de piel muerta, polvo, etc, que deberán retirarse con frecuencia para evitar que esta suciedad pase al cabello o cuerpo. Es por ello que la limpieza de las cerdas resulta indispensable para mantenerlos como nuevos durante el mayor tiempo posible.
- Cada vez que se cepille el pelo se deberán retirar los pelos que hayan podido quedar atrapados entre las cerdas. Es tan sencillo como quitarlos directamente con la mano o ayudándose de un pequeño peine de púas para hacerlo.
- Lavar las cerdas naturales del cepillo para conseguir que estas permanezcan siempre limpias. Para ello, lo recomendable usar un jabón neutro que evitará que estas puedan deteriorarse y tampoco las impregnará con aromas excesivos.
- Aplicar un poco de jabón sobre las cerdas y sumergirlas en agua. Lo más común será que el mango del cepillo sea de madera, por lo que deberá evitar mojarse o podría rajarse e incluso pudrirse.
- Enjuagarlo bien con agua tibia para eliminar los restos de jabón y conseguir así eliminar por completo la suciedad acumulada.
- Dejar secar el cepillo de cerdas naturales boca abajo sobre una toalla o papel de cocina absorbente para que vaya cayendo toda el agua y se seque por completo. Es importante que el cepillo no retenga exceso de agua o se pudrirá y proliferarán gérmenes.

