
Si algo nos ha enseñado la moda, es que los complementos están aquí para ayudarnos, para potenciar nuestro outfit y para marcar la diferencia. Ahora bien ¿puedo ponerme todo tipo de pendientes o collares en todas las ocasiones? En realidad, aunque podríamos usar lo que quisiéramos en cada momento, hay algunos códigos que podríamos tener en cuenta para acertar con el complemento perfecto para cada ocasión.
Joyas para todo el día
Aunque como hemos dicho se trata más bien de cuestión de gustos, parece entendible que por el día se recomienden las joyas más discretas. Todo dependerá del estilo de cada persona, pero por ejemplo, podemos optar por pendientes pequeños pegados a la oreja.
En el cuello, siempre queda muy bien llevar una cadena fina. No obstante, desde hace algunas temporadas se lleva mucho superponer varias cadenas de diferentes tamaños.
Pulseras y anillos son bienvenidos, teniendo en cuenta que son complementos que quizá se vean menos y que, por tanto, podemos elegir con más margen, sobre todo en invierno.
A partir del mediodía
Las joyas por las mañanas se recomiendan pequeñas y sutiles, pero a partir del mediodía podemos ir sumando accesorios.
Si tenemos un plan durante todo el día, sería una buena opción apostar por pendientes tipo aretes. Un poco más llamativos que los que están pegados a la oreja pero igualmente con modelos sutiles para aguantar todo el día.
Si por la tarde y noche vas a lucir un escote de cuello redondo o en V, puedes intentar combinarlo con un collar con colgante para centrar la atención en el escote.
Una ocasión especial
En lo que a eventos formales se refiere, es cuando más variedad de joyas vamos a poder incluir en nuestro look, o por lo menos joyas menos discretas.
Vestidos de seda, satén y gasa, lucirán muy elegantes con joyas y complementos con piedras o gemas, siempre y cuando acertemos con los colores. Además, las perlas también pueden añadir un toque de sofisticación al conjunto.
El escote y el corte del vestido en general nos va a indicar qué complemento es más adecuado. Por ejemplo, un vestido con hombros descubiertos quizá sea perfecto para lucir unos pendientes largos.
Los escotes que muestran nuestro cuello y nuestros hombros, así como aquellos que son en V, pueden ser también una opción maravillosa para lucir una gran gargantilla o collar con mucho brillo.
Consejos generales para acertar
Escojamos lo que escojamos, siempre debemos tener un poco de cuidado. No conviene mezclar y combinar accesorios demasiado llamativos y pesados. Visualmente no será un acierto combinar unos pendientes XXL con una gran gargantilla.
Además, también es importante que nos fijemos en la ropa en sí. Los vestidos estampados o brillantes, por ejemplo, no suelen quedar bien con joyería de gran tamaño. En estos casos en los que la tela es la protagonista, es mejor optar por piezas mucho más sencillas o tendremos un look demasiado sobrecargado.
Para tenerlo claro, los expertos en moda dicen que el área de la cara y el cuello sólo debería tener un único accesorio llamativo. Lo mismo sucede con el área de las manos. Así que intenta combinar para no caer en el error del exceso.
