Descubre los tipos de dietas más dañinos que existen

Cuando llegan las vacaciones, tanto de verano como de Navidad, supone un cambio radical de hábitos y rutinas para muchos, incluso de horarios. Por ello, en estas épocas del año es habitual coger unos 2-3 kilos de media. El motivo es que son periodos de tiempo donde se suele aumentar la ingesta de alcohol, se hacen más comidas fuera de casa y se realiza menos ejercicio.... todo ello lleva a un aumento de peso y, lo que es peor, de grasa corporal.

Por ello, a la vuelta de estos días de descanso las personas buscan quitarse esos kilos de más, generalmente de manera rápida. Es entonces cuando acuden a las llamadas 'dietas milagro' , que no solo no son buenas para la salud, sino que además pueden provocar el llamado 'efecto rebote'. recordemos que la mayoría de ellas se caracterizan por una ingesta de pocas calorías durante varios días o semanas que provocan una pérdida de peso brusco poniendo en peligro nuestra salud. El motivo de que sean peligrosas es que, debido al déficit de calorías y, ocasionalmente, nutrientes, pueden provocar deficiencias nutricionales, problemas metabólicos y trastornos alimenticios.

Como norma general no hay que olvidar que la primera norma para que una dieta funcione es que esta cree adherencia, por lo que no debe ser muy restrictiva. Actualmente, las dietas que más están de moda se vanaglorian de tener casos de éxito del estilo he perdido 30kg en 2 meses. Eso no es un caso de éxito. Eso es una pérdida de peso drástica y excesivamente rápida.

Cómo bajar de peso

El cuerpo tiene tres mecanismos para bajar de peso. No todos son saludables, ni sus efectos son igual de duraderos.

• Perder líquidos: Así funcionan las dietas diuréticas o la práctica de deporte con impermeable y es que se pierden líquidos por la orina o el sudor. Con estas prácticas hay riesgo de deshidratación, por lo que el cuerpo recupera los líquidos en cuanto puede. La sensación es de sed, aturdimiento, nerviosismo y mucho cansancio físico y mental.
• Perder masa muscular: Dietas hipocalóricas tan severas como las que restringen a 500 calorías diarias, donde el cuerpo degrada masa muscular para sobrevivir. Aquí se mueven la mayoría de las dietas milagro porque los efectos son muy rápidos y se pueden perder hasta 8 kilos al mes. La sensación es de cansancio máximo, por eso se abandonan dando lugar al efecto yoyó.
• Perder grasa: La más lenta y más efectiva. Consiste en una dieta hipocalórica moderada, variada y acompañada de actividad física regular y personalizada. De esta forma se activa el metabolismo basal, se construye músculo y se quema grasa poco a poco. Lo normal es bajar entre 0,5-1 kilogramo a la semana.

Tipos de dietas más dañinas

• Dietas extremadamente bajas en calorías: Las dietas que restringen severamente la ingesta calórica, como la dieta de la luna o algunas variantes de ayuno extremo, pueden causar fatiga, pérdida de masa muscular, déficit de vitaminas y un metabolismo más lento. Además, suelen generar el efecto rebote, en el que se recupera el peso perdido rápidamente.
• Dieta cetogénica mal aplicada: La dieta cetogénica puede ser beneficiosa pero, cuando se lleva al extremo puede causar problemas digestivos, aumento del colesterol, déficit de fibra y pérdida de masa muscular. Además, como norma general, suprimir por completo los carbohidratos puede generar fatiga y afectar la función cognitiva.
• Dieta Dukan: Fue creada por el francés Pierre Dukan y las personas con problemas en los riñones o en el hígado deberían permanecer alejadas de ella. Si bien es cierto que es efectiva, hay que hacerla siempre con cabeza, siguiendo a rajatabla los consejos y pautas que ofrece el plan, ya que de lo contrario puede llegar a ser perjudicial para la salud. ¿Cómo se lleva a cabo? Esta dieta consta de cuatro fases, y en la primera, que dura de 2 a 7 días, solo puedes comer proteínas (nada de hidratos de carbono ni grasas, dos macronutrientes esenciales para el organismo, con el peligro que ello conlleva).
• Dieta Atkins: El método nutricional de Atkins se atribuye al cardiólogo estadounidense Robert C. Atkins. Este médico publicó a principios de la década de 1970 un libro en el que preconizaba la pérdida de peso a través de una dieta caracterizada por el consumo de alimentos de bajo contenido de glúcidos. Realmente esta es una dieta cetogénica en la que se promueve el consumo de grasas y proteínas y se reduce al máximo el consumo de hidratos de carbono. La cantidad ingerida de vitaminas y minerales puede no ser suficiente, ya que se limita el consumo de frutas y vegetales.
• Dieta 'Sirt Food': Se caracteriza por ser un régimen hipocalórico que además va acompañado por la práctica de ejercicio y que, como seña de identidad, incluye el predominio de alimentos que estimulan la formación de sirtuínas. Las sirtuínas son unas proteínas presentes en las células que tienen actividad enzimática. La dieta cuenta con tres fases: la primera es de tres días y en ese periodo de tiempo se ingieren 1.000 calorías repartidas en una comida sólida y tres batidos vegetales. En la segunda fase las calorías aumentan hasta 1.500 y se añade otra comida sólida, pero se mantienen los batidos. En la tercera fase, que es la de mantenimiento, se aumentan las calorías a 1.800 y se añade una tercera comida sólida, manteniendo igualmente los batidos. Al tratarse de una dieta hipocalórica durante la primera fase se suele perder músculo y sentir debilidad, mareo, caída del cabello, piel seca o uñas quebradizas.
• Dieta del ayuno: Las dietas de ayuno en días alternos han aumentado en popularidad debido a que muchas personas encuentran serias dificultades para seguir una dieta de adelgazamiento en la que tienen que ingerir tipos de alimentos determinados. No obstante, los efectos del ayuno en días alternos se puede equiparar a la restricción diaria de calorías sobre la pérdida de peso, el mantenimiento del peso y los indicadores de riesgo de enfermedad cardiovascular. Esta dieta es especialmente peligrosa porque cuando no comemos, nuestro organismo se pone en situación de defensa, y cualquier cosa que comamos, por mínima que sea, se acumulará en nuestra despensa corporal, la zona abdominal frontal y lateral, donde más grasa acumulamos. Dejar de comer además puede causar insuficiencias en las defensas que pueden afectar al sistema inmunológico y ser así más propensos a contraer cualquier enfermedad. Además, se pueden producir mareos y desvanecimientos por falta de energía.
• Dietas de un solo alimento: Dietas como la de la piña, la sopa de repollo o la del huevo prometen una rápida pérdida de peso basándose en el consumo exclusivo de un solo alimento. Sin embargo, estas dietas carecen de nutrientes esenciales y pueden generar desbalances severos en el organismo, además de ser insostenibles a largo plazo.
• Dietas detox y de zumos: Las dietas basadas en batidos y jugos para "desintoxicar" el cuerpo no tienen respaldo científico, ya que el hígado y los riñones ya cumplen esa función de manera natural. Además, suelen ser muy bajas en calorías, lo que puede provocar pérdida de energía, deshidratación y deficiencias de proteínas y grasas saludables.
• Dieta hiperproteica: Consiste en ingerir todas las proteínas que se quiera evitando tomar hidratos de carbono, e incluso, en las versiones más radicales se propone eliminar también verduras y frutas. Con este tipo de dietas se pierde peso rápidamente debido a que las proteínas sacian y el organismo obtiene energía a través de la quema de grasa almacenada. Es decir, el cuerpo entra en cetosis. Sin embargo, el cuerpo tiende a deshidratarse y los huesos pueden descalcificarse. Además, pueden producirse cálculos renales y existe el riesgo de sufrir enfermedades como la gota. También se alteran las funciones renales, hepáticas y la endocrina produciéndose una alteración hormonal.
• Dieta de la limonada: Otro gran peligro para la salud, que consiste en alimentarse de cinco a siete días exclusivamente de agua con limón. Supuestamente, elimina toxinas del organismo al estar tanto tiempo sin ingerir alimentos sólidos, pero puede ocasionar síntomas como dolores de cabeza, náuseas y mareos.

¿Por qué son peligrosas este tipo de dietas?

No se puede negar que la obesidad es un problema de salud pública, pero perder peso con estos métodos acelerados también puede comportar un peligro para la salud. El motivo es que, cuando una persona con los niveles de IMC entre 29 y 30 y un peso por encima de lo saludable de unos 20 kilos, está perdiendo y ganando mucho peso de forma cíclica, puede tener un mayor riesgo de tener problemas cardiovasculares, ya que las variaciones continuas de frecuencia cardíaca, tensión arterial, glucosa, insulina o lípidos no son recomendables. Incluso, se han descrito estos riesgos en personas en normopeso y que están continuamente en ciclos de perder y ganar peso por hacer dietas milagro.

Por supuesto, las personas que viven continuamente con este tipo de dietas tienen un desequilibrio nutricional. Si bien es cierto que suelen ser ciclos que se repiten cada 6 meses, con 6 meses de descanso de la dieta. Por ello, se puede pensar en una persona que de enero a junio sigue una dieta hiperproteica y deja de comer los hidratos de carbono de lácteos, verduras y frutas, legumbres o cereales integrales. El resto del año vuelve a comer variado y equilibrado, y al año siguiente retoma la dieta milagro.

Y, como no puede ser de otra forma, este tipo de dietas llevan asociadas la adicción y otros trastornos psicológicos. Cuando se analiza a quién afecta más las dietas milagro encontramos perfiles proclives a las conductas adictivas y a aquellas que buscan soluciones rápidas, incluso sabiendo que son solo parches, que habrá efecto yoyó y que volverán a engordar. Por ello, se puede decir que el mayor riesgo de las dietas milagro es que, al ser tan efectivas a corto plazo, son adictivas. Pero no solo eso, es que jugar con la dieta sin el debido asesoramiento profesional puede estar en la base de una ortorexia u otros trastornos de la conducta alimentaria. Otras veces, generan frustración.