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Por qué nos mordemos las uñas y consejos para dejar de hacerlo

Morderse las uñas es un hábito común, especialmente en niños, que puede ser compulsivo. ¿Es dañino para la salud? ¿Cómo puede evitarse?

Mujer haciéndose las uñas en el salón de belleza para evitar mordérselas. | Pixabay/CC/spabielenda

Morderse las uñas es conocido también como onicofagia y, si no puede controlarse, puede llegar a ser una compulsión. Además, aunque puede parecer un comportamiento inofensivo suele tener raíces psicológicas y físicas que hay que entender para poder combatir la necesidad de morderse las uñas. Ansiedad, trastorno emocional, manía… son varias las causas que pueden llevar a este comportamiento.

Pero, ¿en qué consiste realmente la onicofagia? Es un síndrome psicológico relacionado con un trastorno obsesivo compulsivo. Este síndrome consiste en esa necesidad constante de morderse las uñas, tanto que se realiza aunque esto provoque problemas estéticos, sociales o de salud. La persona que padece onicofagia puede llegar al extremo de dejar la piel al descubierto y provocarse un deterioro estructural permanente.

¿Quién es más habitual que sufra onicofagia? Lo presentan un 30% de niños entre los siete y diez años, y puede llegar al 45% de los adolescentes. De estos, aproximadamente el 10% mantendrá el hábito en la edad adulta. Pero la onicofagia no va sola sino que, con frecuencia, se acompaña otros trastornos o conductas compulsivas, como la tricotilomania y tricofagia, consistente en arrancarse y comerse el cabello o la mucomanía, que consiste en comerse secreciones o mocos.

¿Cuáles son los riesgos de esta manía? Se pueden sufrir cambios en la morfología de la uña, inflamación de la piel que rodea la uña, infecciones por bacterias, hongos y virus y, además, el mordisqueo continuo y frenético puede producir dolor en la articulación temporomandibular. Esto produce dificultad y dolor al masticar

Causas de morderse las uñas

Uno de los principales motivos por los que las personas se muerden las uñas es la ansiedad o el estrés. Esto es porque este hábito funciona como una forma de liberar tensión acumulada, ofreciendo una sensación temporal de alivio. En otros casos, puede estar relacionado con el aburrimiento o incluso con el perfeccionismo, ya que algunas personas intentan "arreglar" imperfecciones percibidas en sus uñas. También puede convertirse en un hábito automático que se realiza sin pensar, especialmente en momentos de concentración o inactividad.

La timidez y los pensamientos obsesivos son también rasgos que pueden relacionarse con esta conducta. La necesidad de liberar tensión en estos casos puede conducir a este tipo de hábitos que, inconscientemente, buscan ese efecto de liberación. En este sentido, comerse las uñas puede ser una señal de que la persona en cuestión tiene una baja autoestima.

Sin embargo, morderse las uñas puede tener consecuencias negativas. Desde un aumento en el riesgo de infecciones en los dedos y las uñas hasta problemas dentales, además, el acto repetitivo puede dañar la piel alrededor de las uñas, haciéndola más vulnerable a bacterias.

Problemas que trae morderse las uñas

Remedios para dejar de morderse las uñas

Más allá de ayuda psicológica, es importante reconocer la causa de esta conducta, hay que tomar conciencia e identificar las situaciones que estimula la onicofagia. Para ello, uno puede apoyarse en técnicas de relajación como mindfullness, yoga, tai- chi o chi- kung. Además, sería interesante consultar a un odontólogo para que confeccione una férula especial que impida que se puedan juntar los incisivos superiores e inferiores e imposibilitar así que se pueda cortar la uña con los dientes. Otros consejos que se pueden aplicar son:

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