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El cuerpo de Marcos Llorente dice basta: lesión muscular tras diez meses de vida extrema

La dolencia muscular del incombustible futbolista, que jugaba todo, pone en jaque su estricta dieta paleo y rutinas extremas.

Marcos Llorente conduce el balón en un partido con el Atlético de Madrid. | Cordon Press

La lesión muscular de Marcos Llorente sufrida ante el Getafe ha sido la peor noticia para el Atlético de Madrid en el arranque de la semana. El motivo es que el jugador, indispensable para Diego Pablo Simeone, se perderá al menos los dos próximos encuentros y está por ver si no caerán más. Tras la victoria por 0-1 en el Coliseum, los rojiblancos regresaron a los entrenamientos este lunes pensando en el Inter de Milán, pero las pruebas médicas confirmaron que Llorente sufre una lesión en el muslo que lo dejará fuera de combate.

Mientras Oblak y Giuliano Simeone siguen al margen por diversas molestias, el internacional español afronta su primera ausencia de la temporada. Un golpe duro para el Atlético, que tampoco ha proporcionado un tiempo de baja estimado. Aun así, para este tipo de lesiones la recuperación mínima ronda las dos semanas, lo que compromete su presencia ante Inter, Oviedo y, probablemente, Barcelona. Además, si la baja del español se extendiera, también podría perderse el duelo frente al Athletic Club y los compromisos ante PSV y Valencia en la semana del 8 al 14 de diciembre.

Diez meses sin lesionarse: el efecto de una vida extrema

Pese al contratiempo, el hecho de que sea su primera lesión en casi 10 meses de jugarlo prácticamente todo tiene un matiz que habla muy bien de Llorente... De hecho, en un fútbol plagado de bajas por sobrecarga, el madrileño ha sido un bastión de continuidad, recordemos que no se perdía un partido oficial desde los cuartos de final de la Copa del Rey del curso pasado. Desde marzo no existía registro de un partido completo del Atlético sin él.

Marcos Llorente ha disputado los 90 minutos de todos los encuentros de esta temporada, convirtiéndose en el jugador de campo del Atlético con más minutos y uno de los más exigidos de LaLiga. Sus cifras, en un contexto de calendario saturado, resultan casi inverosímiles. Y aquí entra su modo de vida.

Un método tan estricto como controvertido. De hecho, las críticas hacia Marcos Llorente, especialmente en los últimos meses, han sido constantes. Se le ha visto paseando sin camiseta en invierno a 4ºC, defendiendo prácticas de fotobiomodulación con lámparas LED, usando gafas de cristal amarillo para bloquear la luz azul antes de dormir y siguiendo una férrea dieta paleolítica que evita cualquier alimento procesado. Sus teorías sobre la luz, los ritmos circadianos y la biología han generado burlas, pero el futbolista las defiende con convicción.

"Hace tiempo hablé sobre ello… se rieron e intentaron ridiculizarme", escribió hace unas semanas en su perfil de Instagram. Y añadió: "La ciencia les ha pasado por encima". En otro mensaje, explicaba que comprender "cómo funciona la luz y la naturaleza" le obliga a compartirlo por responsabilidad con quienes lo siguen.

Su estilo de vida ha sido objeto de debate, pero los números están ahí: salvo aquella temporada 2021/22, en la que sufrió cinco lesiones, Llorente apenas ha tenido dolencias significativas. Su genética y su disciplina han construido un jugador físicamente excepcional, cuya resistencia extrema ha permitido a Simeone disponer de un comodín inagotable durante la campaña.

Un futbolista total para Simeone

Llorente es más que un portento físico: es una herramienta táctica. Su polivalencia permite a Simeone modificar el plan sin cambiar nombres ya que, a lo largo de un mismo partido, puede actuar como lateral derecho, central diestro, centrocampista o incluso atacante. En esta temporada ha jugado íntegros todos los partidos de Liga y los tres de Champions.

Ni en Primera División hay muchos como él. Apenas ocho jugadores han disputado todos los minutos de Liga, pero todos ellos han descansado en competiciones europeas o en Copa. Llorente no: ha jugado siempre, sin respiro, hasta caer en Getafe a los 14 minutos.

No obstante, parece que la lesión es leve y no compromete su temporada, pero sí detiene una racha de resistencia casi sobrehumana. Llorente ha demostrado que su estilo de vida está íntimamente ligado a su rendimiento. Ahora afronta un pequeño parón tras casi diez meses de plenitud absoluta. Un respiro que su propio cuerpo exigía, pero que no cambia una realidad: Marcos Llorente se ha convertido en uno de los jugadores más fiables del fútbol español gracias a una combinación de genética, cuidado extremo y una disciplina que pocos están dispuestos a asumir.

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